Premiados todos los jueces relacionados con Raúl Salinas (Primera Parte)
Premiados todos los jueces relacionados con Raúl Salinas (Segunda Parte)
Escrito por Jenaro Villamil
Reportaje original publicado en Revista Proceso No. 1990.
La Huella de los Salinas
La influencia de los Salinas en los
gobiernos de Arturo Montiel y de Peña Nieto no fue casual. Tanto la
liberación de Raúl Salinas, en junio de 2005, como el asesinato de
Enrique Salinas, en diciembre de 2004, ocurrieron en territorio
mexiquense.
En su libro La Década Perdida 1995-2006, Carlos Salinas de Gortari relató de esta manera el crimen contra Enrique Salinas:
“El 6 de diciembre de 2004 fue
encontrado el cuerpo sin vida de mi hermano Enrique. Era el cuarto de
cinco hermanos. Estaba dentro de un automóvil abandonado en el Estado de
México. Su muerte causó gran conmoción en mi familia. El dolor por su
ausencia persiste entre nosotros persiste. También la ira por el motivo
de su muerte.
“No fue un accidente. Las autoridades de
la Procuraduría de Justicia del Estado de México (PGJEM) determinaron
con celeridad que se trataba de un homicidio a consecuencia de asfixia
por sofocación. Quienes lo victimaron habían intentado extorsionarlo.
“Por una carta encontrada en su cuerpo
se determinó que había sido redactada bajo presión y que mi hermano se
encontraba en un estado anímico depresivo. Poco antes, un semanario
había publicado detalles personales y familiares de su divorcio, lo cual
alteró su estado de ánimo, pues consideró que ponía en peligro su vida y
la de sus hijos, como relató la PGJEM en un informe publicado
posteriormente”.
El semanario al que hacía referencia Salinas de Gortari era Quién. El episodio es relatado por el reportero Alberto Tavira en su libro reciente Los Salinas:
en la edición número 95, la revista publicó una entrevista con Gilda
Deneken, esposa de Enrique Salinas, quien relató detalles de sus
conflictos maritales. Antes de que se publicara el texto, Carlos Salinas
ya sabía de su contenido. Durante una visita a las instalaciones de la
revista les pidió a los editores de Quién: “No sean malos, ya dejen en paz a mi familia”.
El documento al que se refirió Salinas
en su libro fue el “Balance sobre la averiguación previa iniciada con
motivo del homicidio del ingeniero Enrique Eduardo Guillermo Salinas de
Gortari y las acciones legales contra probables responsables”, emitido
el 12 de mayo de 2005. La procuraduría mexiquense, a cargo entonces de
Alfonso Navarrete Prida, se convirtió en la instancia que al ex
presidente le pareció confiable y lograría desentrañar la trama del
asesinato de su hermano.
Carlos Salinas documentó que el
homicidio de Enrique estaba relacionado con la investigación de las
cuentas de Raúl, emprendida en Francia por los fiscales Patrick Fievet y
Henri Pons. El expresidente acusó a ambos de darle validez a los
testimonios de dos testigos protegidos enviados por la PGR, y acusó a
Jorge Madrazo Cuéllar y a sus dos principales colaboradores de fabricar
pruebas y violar los derechos humanos de los acusados.
El 2 de mayo de 2006, la Sala Número 11
del Tribunal de lo Penal en París anunció la absolución de Raúl y
Enrique. Sin embargo, Carlos Salinas dejó muy claro en su libro que aún
está pendiente “la responsabilidad y moral” en la muerte de Enrique, y
que enfrentaría la “perversidad” de los “procuradores neoliberales”,
entiéndase los del periodo de su sucesor Ernesto Zedillo. De esta
clasificación excluye a los procuradores estatales de los gobiernos
mexiquenses de Arturo Montiel y Enrique Peña.
Los dos casos se convirtieron en la
obsesión de Carlos Salinas. La defensa de sus dos hermanos, en especial,
por el caso abierto por enriquecimiento ilícito contra Raúl Salinas, lo
vinculaba directamente a él como ex presidente. El manejo de la
“partida secreta” y su presunto robo volvió a salir a escena cuando el
ex secretario de Comunicaciones y Transportes del calderonismo, Luis
Téllez, lo mencionó en una conversación grabada. También lo mencionó el
ex presidente Miguel de la Madrid en una entrevista con Carmen
Aristegui.
En ambos casos, Salinas de Gortari y su
“oficina de prensa” fueron implacables a la hora de desmentir estas
acusaciones y dichos. Luis Téllez tuvo que decir que no contaba con
pruebas para sustentar su afirmación de que los Salinas “se robaron la
mitad de la partida presupuestal”. Y el ex presidente De la Madrid mandó
una carta pública para afirma que sus respuestas “carecen de validez y
exactitud” ya que se encontraba “convaleciendo de un estado de salud que
no me permite procesar adecuadamente diálogos o cuestionamientos”.
El ex procurador mexiquense Alfonso
Navarrete Prida, quien conoció las primeras investigaciones sobre el
homicidio de Enrique Salinas, es actualmente el secretario del Trabajo
en el gabinete de Enrique Peña Nieto.
Su nombre se ha mencionado en distintas
columnas periodísticas como posible relevo de Jesús Murillo Karam, otro
viejo conocido político de Carlos Salinas de Gortari, al frente de la
Procuraduría General de la República, tras la crisis de Ayotzinapa.
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