Gresca entre grupos de civiles y militares en cuartel de Iguala
lun, 12 ene 2015 14:52
Iguala, Gro. Elementos de las policías Militar
y estatal se enfrentaron con decenas de padres de familia y normalistas
de Ayotzinapa que pretendían ingresar a las instalaciones del 27
Batallón de Infantería, como parte de la búsqueda de los 42 estudiantes
desaparecidos. La contienda dejó un saldo de seis lesionados.
Además, dos personas fueron retenidas una hora en el
cuartel, entre ellas María Inés Abraján, tía de uno de los 43
normalistas ausentes desde el 26 de septiembre pasado, quien luego de
ser liberada dijo que los soldados la amenazaron. “Me dijeron que no me
iban a dejar salir, que gente que llega aquí ya no sale”, acusó.
Cerca de las 13 horas de ayer, los contingentes de
padres y alumnos de Ayotzinapa llegaron en cuatro camiones a la sede del
27 Batallón de Infantería, en cuyo acceso había una valla de alambre de
púas que les impedía el paso. Pidieron ingresar al cuartel, pero les
fue negado el acceso.
Minutos más tarde, el señor Melitón “N”, padre de uno
de los desaparecidos, megáfono en mano, señaló que deseaba “informar a
los militares que el 26 y 27 de septiembre ellos también fueron
cómplices de estos hechos violentos ocurridos en Iguala.
“Hoy les venimos a exigir que nos entreguen a
nuestros hijos, porque ellos saben dónde los tienen; ellos se los
llevaron, cuando su función es cuidar a los ciudadanos de este país.
Ellos están criminalizando la lucha social y estudiantil, y sus armas
las utilizan para asesinar a las personas.
“Hoy le decimos a estos militares cobardes y asesinos
que no sirven para otra cosa, sino para matar a los estudiantes, pero
no para enfrentar a la delincuencia organizada, a la que le temen”.
Enseguida, los paterfamilias se juntaron e intentaron
echar abajo la valla de alambre de púas, pero no pudieron; entonces,
los estudiantes retuvieron un tráiler de la empresa Coca-Cola y lo
utilizaron para derribar el lado derecho de la puerta.
Los contingentes avanzaron unos 20 metros dentro de
las instalaciones del batallón, cuando se les plantaron unos 300
elementos de la Policía Militar, apoyados por agentes estatales, que les
impidieron el paso. Minutos después llegaron refuerzos.
Cuando los padres de los normalistas gritaban:
“¡Regrésennos a nuestros hijos!”, los soldados les lanzaron gases
lacrimógenos y polvo de extintores. Varias madres de los estudiantes
fueron empujadas por policías militares.
Se inició entonces un enfrentamiento dentro de la
base militar. Los policías antimotines corrían de un lado a otro;
lanzaban las piedras que momentos antes les habían arrojado los
normalistas y los padres.
Los policías militares y estatales, que superaban en
número a los manifestantes, desalojaron a éstos, quienes ya afuera del
cuartel se reagruparon. Justo en esos momentos circulaba un camión de la
empresa cervecera Corona, que los inconformes retuvieron y trasladaron a
las puertas del 27 Batallón de Infantería.
Los estudiantes se apropiaron de decenas de cartones
de cerveza vacíos y utilizaron los envases como proyectiles contra
efectivos castrenses y agentes estatales. En varias ocasiones se escuchó
la detonación de cohetones.
Mario González, padre de uno de los normalistas desaparecidos, resultó lesionado en un costado de la nariz por una pedrada.
“Así nos recibieron estos hijos de la chingada. Sólo
pedimos que nos dejaran entrar al cuartel para buscar a nuestros hijos, y
vea lo que gané”, aseveró.
También quedaron lesionados en la cabeza por
pedradas, una madre, dos padres, dos estudiantes y un reportero de
Telesur (cadena televisiva de Venezuela). Muchos de los normalistas
también recibieron pedradas en otras partes del cuerpo, pero no
requirieron hospitalización.
María Inés Abraján, quien permaneció retenida por más
de una hora en la base militar, denunció que los soldados la
amenazaron. “Me dijeron que no me iban a dejar salir, que gente que
llega aquí ya no se sale, y que me iban a hacer una investigación. ‘Cómo
de que no’, les dije, pero ellos me querían detener”. Junto a ella fue
retenido y también liberado el chofer del periodista de Telesur.
Queman dos camiones
La trifulca duró unos 50 minutos, de las 13:10 a las
14 horas aproximadamente. Veinte minutos después llegaron refuerzos de
la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (Ceteg), pero
junto con los estudiantes y padres de familia decidieron retirarse. Un
helicóptero de la Marina sobrevoló la zona durante más de una hora.
En la carretera federal Iguala-Chilpancingo, a la
altura del poblado El Tomatal, los manifestantes incendiaron dos
camiones rapartidores, uno de la empresa Oxxo y otro de Sabritas. A unos
30 kilómetros de ahí, en las inmediaciones al poblado de Filo de
Caballos, a una camioneta de jugos del Valle le prendieron fuego
también.
Más tarde, a las 16 horas, cuando los contingentes
arribaban a Chilpancingo, quemaron una camioneta en la entrada de las
instalaciones de la 35 Zona Militar, que desde las 11 de la mañana se
encontraba resguardada por policías antimotines de la Secretaría de
Seguridad Pública estatal.
Finalmente, contingentes de la Asamblea Nacional
Popular –integrada por organizaciones no gubernamentales y estudiantiles
que exigen justicia en el caso Ayotzinapa– realizaron un mitin en la
sede del 61 Batallón de Infantería de Tlapa, y exigieron la apertura de
ese cuartel.
En Acapulco, integrantes del Movimiento Popular
Guerrerense, la Ceteg, el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a
la presa La Parota se manifestaron frente a las instalaciones de la
octava Región Naval Militar, donde gritaron consignas e hicieron pintas.
(Con información de Héctor Briseño)
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