jueves, 1 de octubre de 2015

La estrategia de guerra saudí

 
 
 
1/10/2015 09:26:15
Arabia Saudí ha sido siempre un actor predominante en la esfera regional de Oriente Medio. Sin embargo, en la actualidad, intenta más que nunca reforzar su influencia y promover los conflictos en la región.

En un momento en el que se produce el desenganche progresivo de EEUU de Oriente Medio, Arabia Saudí concentra sus esfuerzos en el campo militar, que había quedado relegado a un segundo plano en sus cálculos estratégicos. Este nuevo enfoque proactivo para los asuntos internacionales y regionales se ve claramente por el reciente anuncio de Nizar Obaid Madani, ministro de Arabia Saudita de Asuntos Exteriores, de la prevista creación de la Unión del Golfo a partir de lo que hoy es conocida como el Consejo de Cooperación del Golfo ( GCC). Este es el primero y más importante de los pilares sobre los que el reino basará su nuevo enfoque de la escena internacional para consolidar su posición central en el Medio Oriente y más allá.

AS ha puesto en marcha una política ofensiva, que busca eliminar a sus adversarios regionales, promovidos al rango de enemigos: Irán, Iraq, Siria y Hezbolá.

Contratos de varias decenas de miles de millones de dólares han sido concluidos con EEUU y Francia. Al mismo tiempo, AS se emplea en cuerpo y alma para formar un gran ejército. Según un estudio efectuado por Nauwaf Obeid, consejero del ministro saudí de Exteriores, Saúd al Faisal, y miembro del Centro de Ciencias y Cuestiones Internacionales de la Universidad de Harvard, dos nuevas fuerzas están en curso de formación. La primera contará con 100.000 soldados y oficiales de los cuales de 50.000 a 75.000 deberán ser saudíes. La misma proporción se contempla para el mando general conjunto.

En cuanto a la segunda, ella consiste en una fuerza de intervención rápida y deberá contar con un número de entre 50.000 y 250.000 militares, que se entrenarán en el desierto saudí, en las proximidades de la frontera jordana. Yemeníes, jordanos y marroquíes podrían formar la mayoría de esta fuerza, pero los consejeros que la entrenarán serán estadounidenses, británicos o franceses.

Según Obeid, Riad desarrolla otra estrategia de guerra para Siria. Ella consiste en unir a las diferentes milicias anti-Assad bajo una misma bandera con el fin de intentar provocar la derrota del líder sirio y detener la influencia de Irán.

Es en esta perspectiva que fue creado en el país el así llamado Frente Islámico, dirigido por Zahran Allush, un agente de los servicios de inteligencia saudíes, para unir a diferentes milicias que luchan contra Assad.

Pakistán parece también implicado en esta estrategia de guerra saudí. A este país se le ha confiado la misión de entrenar a una milicia siria a cambio de inversiones saudíes de miles de millones de dólares. Según el periódico iraquí Al Zaman, este acuerdo fue concluido durante una visita del ministro de Exteriores saudí, Saud al Faisal, a Islamabad y su encuentro con el actual primer ministro de Pakistán, Nauwaz Sharif.

En su estudio, Obeid revela cuales los objetivos de la estrategia política saudí en la región a corto y a largo plazo.

1 – Impedir la presencia de Irán en la conferencia de Ginebra-2 e insistir en la exclusión de Assad de un “gobierno de transición” en Siria.

2 - Llevar a cabo una guerra contra Hezbolá en el Líbano a través del fomento de un conflicto civil y el reforzamiento del Ejército libanés. Las armas francesas enviadas a este último, que ascienden a 3.000 millones de dólares y que han sido pagadas íntegramente por Arabia Saudí, sirven a esa política.

3 – Aportar un apoyo militar y financiero a grupos sunníes y a minorías étnicas en Irán para intentar provocar problemas étnicos y confesionales en ese país.

4 – Apoyar al general Abdel Fattah al Sissi en Egipto en su guerra contra los Hermanos Musulmanes.

Con respecto al dossier palestino, los esfuerzos de Riad irán en el sentido de buscar el aislamiento de Hamas sin querer, sin embargo, reforzar al presidente palestino, Mahmud Abbas.

El rey Abdulá intenta también crear una confederación en el Golfo. Una unión confederal con Bahrein podría tener lugar también este año de creer a fuentes occidentales. Esto se convertiría en el núcleo de una confederación del Golfo que uniría a Arabia Saudí con las otras monarquías de la zona, lo cual constituye el sueño del rey saudí.

En el plano internacional, Riad busca fortalecer los vínculos con Francia para que reemplace a EEUU, y continuará intentando presionar a Rusia para que abandone a Assad.
    
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