Por Roberto Garcia Hernandez
La
Habana, 8 ago (PL) El tema de la seguridad nacional de Estados Unidos
entró de lleno en la campaña con vista a las elecciones presidenciales
de noviembre y promete ser un punto clave en la etapa final de la
contienda.
El candidato republicano Donald Trump acusa a su contrincante demócrata
Hillary Clinton de no ser lo suficientemente fuerte como para encarar
los incontables desafíos que enfrentará Washington en el futuro
previsible, mientras ella responde una y otra vez con el argumento de la
inexperiencia del multimillonario en estas lides.
Al debate se
sumaron en días recientes figuras que ocuparon puestos relevantes en
anteriores administraciones, como es el caso de Michael Morell,
exdirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), quien afirmó
este sábado que Trump constituye una amenaza para la seguridad nacional
de Estados Unidos.
De acuerdo con Morell, quien fue subdirector y
director interino de la CIA desde 2010 al 2013, el aspirante del
partido rojo carece de la calificación necesaria para convertirse en
comandante en jefe de las fuerzas armadas, y asumir asuntos sensibles en
la arena internacional.
Por otra parte, Trump recibe ataques
desde varias direcciones debido a su retórica acerca del empleo de las
armas nucleares y la posibilidad de que otros países accedan a esos
sistemas ofensivos, lo que despierta cuestionamientos entre expertos en
este tema.
Al menos así piensa Mark Fitzpatrick, director
ejecutivo de la Oficina sobre Estados Unidos en el Instituto
Internacional de Estudios Estratégicos, con sede en Washington D.C.,
para quien la posición del magnate inmobiliario al respecto es lo más
comprometedor que ha dicho en su campaña, "entre muchas cosas peligrosas
y estúpidas".
Medios de prensa estadounidenses recordaron en
los últimos días los comentarios del candidato del llamado Grand Old
Party (GOP) en los que sugería que Japón, Surcorea e incluso Arabia
Saudi debieran tener sus propios artefactos atómicos.
Pero la
semana pasada Joe Scarborough, excongresista republicano reveló que
Trump preguntó en repetidas ocasiones en meses recientes a sus asesores
por qué Estados Unidos no podía emplear las armas nucleares. Hasta el
presidente Barack Obama se sumó a esta ofensiva anti-Trump, al señalar
desde la sede del Pentágono que el empresario neoyorquino no está en
ningún sentido preparado para dirigir el uso de estos medios.
La
parte republicana rechaza estas acusaciones, las califica de injustas y
el propio Trump aseguró el sábado en un acto proselitista en Windham,
New Hampshire, que él sería el último en autorizar el uso del armamento
atómico en caso de que asuma la jefatura de la Casa Blanca.
En
el mismo evento, el aspirante del GOP cuestionó las capacidades de la
exprimera dama para enfrentar el terrorismo y señaló que el Estado
Islámico y otros grupos están deseosos de que ella asuma la presidencia
porque eso les haría las cosas más fáciles.
Para Roger Stone,
aliado tradicional del candidato del partido rojo, las nuevas
alegaciones contra Trump son parte de los esfuerzos de los demócratas
durante años por presentar a los de esa agrupación política como
propensos a utilizar las fuerzas nucleares.
Agregó que
Washington siempre utilizó este tipo de armas como medida disuasoria, y
Trump se inserta en esa misma tradición, pero no tienen sentido las
acusaciones de que él quiera lanzar una bomba atómica.
Pero
Stone fue más lejos e hizo notar los antecedentes de Hillary Clinton, en
particular su apoyo a la agresión contra Iraq, y rechazó que la
aspirante de los azules sea la "candidata de la paz mundial".
En
este contexto electoral y a pocos meses de los comicios, se debaten
asuntos clave sobre política exterior de Estados Unidos, en los que la
exprimera dama insiste en endurecer su postura en política exterior, en
particular la agresión de Washington y sus aliados contra Siria y el
apoyo a los grupos armados que intentan derrocar al presidente Bashar Al
Assad.
De todas formas, aunque triunfe Clinton o Trump,
expertos estiman que todo parece indicar que tendrán muy pocos cambios
las proyecciones de la Casa Blanca sobre el Medio Oriente, la expansión
de la OTAN hacia las fronteras de Rusia, el incremento de la presencia
militar en Asia, por solo mencionar algunos ejemplos .
Muy poco
puede hacer el próximo Presidente, sea demócrata o republicano, para
transformar de manera sustantiva estos y otros elementos que integran la
tradicional política hegemónica global de Washington.
lma/rgh |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario