RAND CORPORATION SIMULA UNA GUERRA A GRAN ESCALA ENTRE EEUU Y CHINA

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Un nuevo estudio realizado por el Think Tank RAND Corporation, simula una probable guerra entre Estados Unidos y China y predice el vencedor en diferentes escenarios de conflicto.
La corporación RAND es un Think Tank que tuvo un peso importante durante la guerra fría, al realizar estudios sobre posibles escenarios de conflicto, bajo el lema de “pensar en lo impensable”.
Su jefe de estrategia por aquel entonces, en la década de 1950, era Herman Kahn. Kahn dedicó un libro a la guerra termonuclear, en el que se elaboraba una estrategia para que dicha guerra fuera “ganable” por los EEUU sobre la Unión Soviética.
Herman Kahn
Herman Kahn
El estudio que ahora ha presentado RAND Corporation, se basa en una serie de supuestos altamente cuestionables: que una guerra entre Estados Unidos y China no implicaría a otras potencias; que quedaría confinada a la región de Asia oriental; y que no se utilizarían armas nucleares.
En realidad, si se produjera una guerra con China, desde el principio se verían involucrados los aliados de Estados Unidos y por lo tanto, con toda probabilidad, rápidamente el conflicto escalaría hasta estar fuera de control, se extendería más allá de Asia Oriental, y aumentaría el peligro de que se utilizaran armas nucleares.
El estudio de RAND Corporation considera cuatro escenarios simplistas para el conflicto, definidos por dos variables: intensidad (ya sea leve o grave) y duración (desde unos pocos días hasta un año o más). También toma nota de que, dado el ritmo de los avances en la tecnología militar (en lo que ya es una carrera armamentística no declarada), los resultados cambiarían con el paso del tiempo.
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De este modo, se estudian las pérdidas y los costos de ambos lados para una guerra librada en el año 2015 y una librada en 2025.
El documento sostiene que:
“A medida que disminuye su ventaja militar, los Estados Unidos tendrán menos confianza en implicarse en una guerra con China que se ajuste a sus objetivos. La mejora de las capacidades militares de China, en particular sus tecnologías de negación de acceso y negación de área (A2AD), significa que Estados Unidos no puede contar con obtener el control operacional, destruir las defensas de China, y lograr la victoria decisiva si se produce una guerra”.
La conclusión es que en interés de los EEUU, una guerra con China debería ser iniciada más pronto que tarde. La acumulación de fuerzas militares de Estados Unidos en su “pivote hacia Asia”, prevé que un 60% de todos los medios navales y aéreos, estarán volcados en la región del Indo-Pacífico en 2020. Por otra parte, la inflamando deliberada por parte de Washington de las regiones calientes en Asia, especialmente el Mar del Sur de China, está dirigido a retratar a Beijing como “agresivo” y “expansionista” y generar con ello el casus belli necesario para iniciar el conflicto.
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En los posibles escenarios estudiados por la corporación RAND, tanto EE.UU. como China sufrirían grandes pérdidas en el ámbito militar y sus situaciones en otros ámbitos como el económico podría definir cuál de ellos saldría victorioso de una eventual guerra convencional no-nuclear.
En el primer caso estudiado por RAND, la guerra tendría lugar este mismo año, cuando aún hay, según los analistas y expertos militares, mucha diferencia de poder militar entre Estados Unidos y China, razón por la que China sostendrá graves pérdidas.
No obstante, Estados Unidos tampoco saldría de dicha guerra sin bajas: RAND pronostica que en aquella guerra EE.UU. perdería al menos un portaaviones, varias decenas de buques de guerra y aeronaves militares.
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Aun así, asegura el texto, el poderío militar en si no establece quien será el ganador y quien perderá dado que las consecuencias más severas para los dos países estarían en el sector económico: EE.UU. tendría que gastar un 15% de su producto interno bruto en los gastos de guerra mientras que la situación de China sería aun peor.
La economía de China, en caso de una guerra contra Estados Unidos, se contraería por más del 25%, provocando una crisis de dimensiones sin precedentes para China y dejándola sin socios económicos ya que no podría transportar sus productos desde sus costas debido a ataques de EE.UU. y Japón.
Por esta razón se podría decir que China seria el perdedor y Estados Unidos saldría como el ganador en un posible conflicto de esta magnitud.
En su asesoramiento al Pentágono y la Casa Blanca, el documento de Rand Corporation llama a realizar “preparaciones prudentes para poder librar una larga e intensa guerra con China”. y continúa diciendo: “No menos importante es la capacidad de Estados Unidos para limitar el alcance, la intensidad y la duración de una guerra con China a través de su planificación, su sistema de control civil y su capacidad para comunicarse con China “
La referencia a la necesidad de un “sistema de control civil” en los Estados Unidos, resulta particularmente siniestro.
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A espaldas de la población estadounidense, se han elaborado planes por parte de think tanks como la Corporación RAND, las fuerzas militares y policiales y por el aparato estatal, para aplicar medidas de estado policial con las que suprimir una posible oposición a la guerra, unas medidas que irían mucho más allá de las empleadas en la Segunda Guerra Mundial, cuando miles de ciudadanos norteamericanos de origen japonés fueron encerrados en campos de concentración.
El documento de la RAND Corporation es una confirmación de las advertencias formuladas por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) en su declaración del 18 de febrero del año 2016, titulado “socialismo y la lucha contra la guerra”.
La declaración señalaba que en un momento dado , el fatalismo militar siempre se convierte en un factor importante que contribuye al estallido de una guerra.
En la declaración se cita a un especialista en relaciones internacionales que escribió: “Una vez que la guerra se supone que es inevitable, los cálculos de los líderes y de los militares cambian. La pregunta que se hacen, ya no es si habrá o si debe haber una guerra, sino cuando debe iniciarse esa guerra para que resulta lo más ventajosa posible”.
Bien, pues esto es lo que parece estar haciendo la RAND Corporation.
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Este nuevo estudio indica que este cambio en el pensamiento ya está en marcha en Washington. Y aunque el estudio RAND Corporation descarta la posibilidad de una guerra nuclear, otros estrategas norteamericanos están planeando tal eventualidad.
Hace apenas dos semanas, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), que ha desempeñado un papel central en la planificación del “giro a Asia” de EEUU, emitió un informe de evaluación del arsenal nuclear chino. El documento se titula “Las fuerzas y las armas de destrucción masiva nucleares de China”.
El CSIS también restó importancia a la posibilidad de una guerra nuclear, pero no la rechazó de plano. “La historia es una advertencia sombría”, declaró, “la disuasión a veces falla, y la escalada se produce de una manera que no había sido planeada o controlada adecuadamente”.
No sabemos si al final todos estos locos tendrán “su guerra”, pero lo cierto es que sí están pensando en cómo la afrontarían…