La primavera árabe de Israel
Artículo anterior del 3 de Agosto de 2016
Lo que más llama la atención es que las autoridades israelíes ya no valoran tanto el caldeamiento de las relaciones con el mundo árabe con el objetivo de enfrentar el programa nuclear de Irán. Por el contrario, dicen contentarse con “contrarrestar al extremismo islámico” y que es a partir de esta base que se está produciendo la cooperación en seguridad. Durante la última ceremonia de graduación de los estudiantes de la facultad de seguridad nacional, Netanyahu se expresó de forma clara en su discurso al decir que los países árabes “han descubierto el inherente impulso de cooperar con Israel en el combate contra el extremismo islámico”. No es necesario mencionar aquí que la definición de “extremismo islámico” se limita a un punto de vista que beneficia exclusivamente a Israel.
Y con respecto a los países árabes con los que Israel dice estar trabajando a puerta cerrada, el régimen sionista postula que el reciente acuerdo nuclear firmado con Irán es la gran amenaza a que se enfrentan esos países. Israel ha vuelto de nuevo a pregonar la importancia de la “amenaza iraní” desde la firma del acuerdo patrocinado por EEUU. Esos países árabes que están constituyendo una nueva relación con Israel se sirven de la lucha contra el extremismo islámico para justificar el comienzo de una nueva era y una nueva relación con los sionistas.
Uno no puede ocultar aquí la reciente visita de autoridades saudíes a Israel y a los territorios palestinos bajo el liderazgo de Anwar Eshqi. El exgeneral saudí respondió a las preguntas sobre su visita diciendo que el objetivo principal era iniciar conversaciones alrededor de la Iniciativa Árabe de Paz, a pesar del hecho de que Netayahu no se ha cansado de repetir que ese plan no podría ser nunca la base de un acuerdo con los palestinos. No debemos olvidar que Netanyahu subrayó en numerosas ocasiones durante su última campaña electoral que el Estado de Palestina no verá nunca la luz del día mientras él esté a cargo del gobierno. Mientras tanto, otros ministros israelíes han estado trabajando para poner en marcha una serie de políticas que consoliden su dominio sobre la tierra palestina, incluida el Área C, que constituye el 60% de los Territorios Palestinos Ocupados. Asimismo, otras autoridades están presionando para que Israel se anexione los principales asentamientos israelíes en Cisjordania.
Quienes afirman que han entrado en contacto con los sionistas en aras a alcanzar un acuerdo de paz basado en la Iniciativa Árabe deberían al menos trabajar en la misma dirección que la UE, que no duda en imponer sanciones –aunque sólo sea simbólicamente- sobre Israel por la expansión de sus asentamientos y por sus proyectos de judaización. No necesito recordarles que Netanyahu aprobó más de 770 nuevas unidades de asentamientos menos de 48 horas después de la visita de Eshqi.
Varias cadenas de noticias israelíes afirmaron que la visita de Eshqi respondía a una iniciativa personal. Sin embargo, el 24 de julio, varios parlamentarios israelíes anunciaban que se estaban haciendo esfuerzos para organizar una visita oficial a Riad. Antes de tomar decisiones controvertidas, los dirigentes árabes se aprovechan a menudo de la debilidad de la sociedad civil y de la ausencia de la libertad de expresión y de medios de comunicación libres para entrar en negociaciones con Israel. Aunque ya deberían conocer bien el egoísmo de Israel. Bajo el pretexto de contrarrestar al “terrorismo islámico”, el Estado israelí ha encontrado la excusa perfecta para trabajar con los países árabes; sin embargo, fue Tel Aviv quien recientemente impidió que EEUU vendiera armas especializadas al Golfo y aviones no tripulados a Jordania. El gobierno israelí justificó su actitud diciendo que temía que esas armas cayeran en manos de “extremistas islámicos”.
Lamentablemente, los países árabes han facilitado –de forma totalmente voluntaria- servicios gratuitos de peligrosas dimensiones a Israel. La situación ha llegado a tal punto que el exministro israelí Yossi Beilin reveló recientemente que en la última visita que el ministro de asuntos exteriores egipcio, Sameh Shourky, realizó a Israel se le encargó que advirtiera al presidente Abdel Fatah Al-Sisi para que colaborara con ellos echando por tierra una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU que abogaba por un Estado palestino independiente. Se dijo también que Beilin exigió que Sisi pidiera a los palestinos que se conformaran con la resolución 242, aunque no les menciona en absoluto.
Hay un recuerdo fotográfico de especial relevancia que documenta la visita de Eshqi a la Knesset (parlamento israelí). Justo a la izquierda de Eshqi puede verse al general Omer Bar-Lev, que en otro tiempo dirigió las mayores operaciones contra el mundo árabe y fue responsable del asesinato de muchos árabes. Así es como florece la “Primavera Árabe” en una época de contrarrevoluciones.
(Este artículo apareció originalmente en lengua árabe en el periódico Al Araby Al Jadid, el 26 de julio de 2016).
Fuente original: https://www.middleeastmonitor.com/20160728-israels-arab-spring/
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
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