ONG venezolanas reclaman a la ONU la “crisis humanitaria”
8.Ago.2016 /
Sin calle que logre una convocatoria
mínima para intentar asustar a las autoridades del CNE y el TSJ, y más
solos que la una en el ámbito internacional, el ejército de reserva
mecanizado que llaman ONG, aliados íntimos de la MUD y la Embajada, sale
al rescate propagandístico cuando la oportunidad desestabilizadora se
opaca.
Uno de los distintivos más comunes del
despechado en el imaginario popular es el cantaserenatas, solitario como
un lobo aullando a la luna. Así andan los promotores de la
“intervención humanitaria” en Venezuela.
Ante la inoperancia de la Asamblea
Nacional para imponer un relato lo suficientemente convincente en sus
fieles que los dinamice hasta la calle, con un Capriles a veces
erotizado por el contexto y Almagro desconsolado por el fracaso en la
OEA, que no quiere decir que no lo volverá a intentar (hay un fajo de
billetes en juego que desea poseer), las ONG otra vez salieron al
rescate para darle un matiz “independiente” a las voces que proclaman
por todos los aires la muerte del chavismo, en la calle y en el
Gobierno, a toda costa.
La ONU dividida
No hace mucho que el mismo Almagro
propuso a Zeid Ra’ad Al Hussein, defensor de Leopoldo López e
intermediario en intervenciones humanitarias, como mediador de la ONU
para Venezuela como participante de la Comisión de la Verdad instalada
por el Ejecutivo Nacional, pero el asunto quedó en mute y páralo. La MUD
en pleno pensó en descorchar el champán Cristal debido a que un
auspiciador de crímenes de guerra iba a ser la voz que la representara,
pero se quedaron con las ganas.
Sin embargo, el príncipe hachemita, de
la dinastía que gobierna actualmente el Reino de Jordania, sí ha estado
activo. El 19 de julio, la oficina del Alto Comisionado de la ONU para
los Derechos Humanos, donde jefea Ra’ad Al Hussein, ha pedido al
Gobierno Bolivariano que acepte ayuda humanitaria.
En medio del asedio que actualmente
trata de revertir el chavismo contra Venezuela, la “ayuda humanitaria”
es un concepto operativo de la Guerra No Convencional eminentemente
militar, y en el país, se ha demostrado, no existe una “crisis
humanitaria” como la ONU la cataloga, ya que está relacionada a
situaciones de emergencia producto de desastres por eventos naturales
(terremotos, inundaciones, tormentas) y a conflictos armados de alta
intensidad que ponen en peligro la vida de millones de personas. La
crisis se siente y resiente en todo el territorio nacional, es inútil
negarlo, pero pretender que se acepte un conflicto de las escalas por
las que pasa, por ejemplo, Siria en estos momentos, es de una ignorancia
atrevida y bastante deliberada.
Como todos los caminos llevan al decreto
Obama, los derechos humanos han sido un motivo para el cancionero del
despecho de la MUD y sus aliados. Alegan un terrorismo de Estado
inexistente y por supuesto encubren cualquier acción guarimbera que se
pronuncie disfrazándola de “protesta por hambre” o cualquier falacia ya
registrada en los manuales corporativos de la mediocracia. Pero otra
vez, días antes de la declaración, específicamente el 11 de julio, nos
enteramos de que el Comité de Derechos Humanos de la ONU aprobó a
Venezuela y raspó a España en la materia. Justo uno de los países que
entra en el esquema promotor del relato de “crisis humanitaria” contra
Venezuela. “Cosas veredes, amigo Sancho”.
Pareciera, en todo caso, que la ONU está
dividida en cuanto a la agenda política venezolana. Mientras que el
jefe del Alto Comisionado de Derechos Humanos se pliega al bando
Almagro-MUD, las distintas agencias que componen el ente hacen el
trabajo ordinario que les compete en el país.
Las ONG pro MUD se sienten las reinas del baile.
Por algo encienden las alarmas desde
adentro, con la justificación supuestamente humanitaria, ONG del tipo
Codevida, la cual “solicitará que la ONU adopte una acción urgente”. El
frente ONU se les congela y andan desesperados con un “llamado de
atención” reciente. Las organizaciones no gubernamentales pro MUD se
sienten las reinas del baile.
Que esperen sentados, dice la abuela
El pasado 21 de julio, 49 ONG firmaron
un comunicado que da cuenta de lo dicho anteriormente: el único órgano
que levanta las cejas a la “crisis humanitaria” pregonada por los
operadores de la intervención dentro de la ONU es la Oficina del Alto
Comisionado de Derechos Humanos.
Con una pretendida retórica de la
extorsión al alto mando de la ONU, estas 49 ONG “venezolanas” exigen un
“mecanismo de cooperación y asistencia internacional de carácter
humanitario”. La misiva está dirigida a Ban Ki-moon, con copia a Zeid
Ra’ad Al Hussein y demás autoridades de peso de la ONU.
Hasta la fecha en que se publica esta
nota, la Organización de las Naciones Unidas no les ha respondido la
altanería, por lo que el 26 de julio volvieron a acoplarse sumando 82 en
reclamo a todas las agencias y a la misma alta directiva.
Esta vez no es Miguel Henrique Otero o
María Corina Machado los representantes de la “sociedad civil” sino
estas ONG, suficientemente retratadas por el equipo de Misión Verdad
como lo que realmente son y no como lo que se proyectan.
La lógica operativa de estas
organizaciones está acoplada proporcionalmente a los intereses de sus
financistas, los cuales son la United States Agency for International
Development (Usaid), la National Endownment for Democracy (NED), Freedom
House, el Departamento de Estado gringo, Open Society Foundations, la
Fundación Konrad Adenauer, entre otros aparatos que se coordinan para el
mismo fin: imponer la crisis humanitaria –más allá de la
propaganda–para que convergan resoluciones de la ONU, portaaviones del
Comando Sur en las costas venezolanas, un Gobierno hiperneoliberal
liderado por estas ONG y los títeres de la Embajada que llaman MUD,
bandas criminales paramilitarizadas ejerciendo la vacuna como método de
control territorial. Un escenario tendencia Libia.
El asesinato definitivo del chavismo es el sueño húmedo de 0,1%. Como dicen las abuelas: que mejor esperen sentados.
ONG en la estratagema de la Guerra No Convencional (GNC)
Si bien hemos descrito a las
organizaciones no gubernamentales como operadores y recursos asimétricos
de la guerra contra Venezuela, también habría que darles un carácter de
administradores del sistema global, agentes no-estatales que funcionan
como centros incubados de formación, propagación e incluso
involucramiento en materia legal.
Los ejecutores de la GNC necesitan a lo interno los promotores de la crisis humanitaria.
Las ONG se insertan en los espacios
donde el Estado venezolano no ha alcanzado, puntos ciegos de la
estructura social en los que se hacen sentir con “trabajo comunitario” o
sencillamente infiltrados en la burocracia jurídica. El manual de 2013
(páginas 201-202), ATP 3-05.1 del Ejército de Estados Unidos, en torno a
la estrategia de GNC contempla operadores internos que se focalicen en
preparación del terreno que se traduciría, en el tiempo, en operaciones
cívico-militares dentro de la campaña de guerra programada.
Grupos internos como las ONG se enmarcan
dentro de lo descrito por el manual, con las salvedades del contexto
propio venezolano. La evaluación del territorio desde la perspectiva de
“Asuntos Civiles” para luego pasar al contacto inicial con “la
resistencia”; la infiltración del Ejército para el entrenamiento de
estos elementos “civiles” con el “fin de construir la capacidad del
gobierno en la sombra”, dice el manual; y la formación y el empleo de
estos recursos asimétricos llamados ONG forman parte de la enumeración
de las acciones que necesitan los comandos operativos militares durante
la hora de la verdad.
Como fin, los ejecutores de la GNC
necesitan a lo interno los promotores de la crisis humanitaria, cuyas
tareas son “brindar apoyo secreto de operaciones cívico-militares y de
asistencia humanitaria a los elementos de la resistencia, a medida que
aumenta su alcance secreto en las nuevas poblaciones, con vistas a
incrementar su legitimidad”.
Quien lea las acciones y declaraciones
de estas organizaciones locales desde esta perspectiva notará una
sincronía insólita y no por ello menos real entre lo descrito por el
manual y la actualidad oenegera.
La eficacia de las ONG en el marco de la
GNC corre por el intento de crear el expediente necesario de “crisis” y
por la instalación del Para-Estado inducido por sus financistas, tal
como lo promueve George Soros con Open Society con Provea en Venezuela.
Esa eficacia no se traduce en hechos
reales a lo interno. Por eso las patadas de ahogado frente a la mirada
displicente de la ONU, con la excepción deliberada de la Oficina del
Alto Comisionado de Derechos Humanos. Es, sin dudas, un despecho
peligroso.
Misión Verdad
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