Yolanda Díaz: “Europa es una soga para los pueblos”
La diputada en el Congreso y
coordinadora de IU en Galicia reclama estar en la calle como el único
camino para frenar los neofascismos.
Yolanda Díaz aboga por que la izquierda sea una alternativa real. AMADOR LORENZO
La coordinadora de IU en Galicia
desde 2005 y diputada en el Congreso de los Diputados en esta nueva
legislatura, Yolanda Díaz (A Coruña, 1971) reclama estar en la calle y
solucionar los problemas de la gente como el único camino para frenar
los neofascismos.
¿Cuál es el motivo principal del crecimiento de las opciones neofascistas?
En Europa en particular, por ponerle un marco teórico,
creo que lo define muy bien el profesor Boaventura de Souza Santos,
cuando señala que las diferencias que tenemos en el fascismo actual con
el de los años 30 se redefinen con el fascismo financiero. El profesor
señala muy bien que no sólo el fascismo es el rostro y el imaginario que
hay tras Hitler, Mussolini o Franco, sino que es algo más complejo.
Pero lo más grave es la disputa de la democracia que no existe, que es
lo que permite que hablemos de un fascismo financiero. La ciudadanía
tiene la sensación de que da igual lo que hagamos porque hay unos
señores que son una minoría social que se quedan absolutamente con todo.
Lo que ha pasado en la Europa de esta época es que se ha convertido
este proyecto europeo en una pesadilla para la ciudadanía. Porque han
sentido en los procesos de toma de conciencia que Europa no sólo no
ayuda sino que es una soga para los pueblos.
¿Ha habido una homogeneización del pensamiento
económico en Europa en el que la socialdemocracia ha asimilado el
pensamiento neoliberal?
El problema que tenemos es que la socialdemocracia está en crisis. Está muerta. Ocurre lo que en el libro de Hayek, El camino de la servidumbre.
Lo que escribió sobre la existencia de una teoría superior que era la
economía y que la toma democrática de decisiones se iba a expropiar a la
ciudadanía. Aquello que era una locura, hoy es real. La izquierda a
través de las terceras vías aceptó que daba igual quién gobernara porque
las recetas eran las mismas. ¿Tiene la izquierda un proyecto claro ante
la crisis civilizatoria que estamos viviendo? Tengo mis dudas. No sólo
una alternativa programática, que sí creo que la tenemos. Debemos
garantizar un modo de vida que enganche a la ciudadanía, y no desde la
teoría. Tenemos que hacer pedagogía, sí, pero de la pedagogía no se
vive. Tenemos que ser útiles. El fascismo se convirtió en los años 30
–esto es tremendo decirlo–, pero se convirtió en los barrios más
golpeados en una red útil. Le solventaba sus problemas, de manera real. A
nosotros nos falta avanzar mucho más en esa dirección: en todos los
barrios, las distintas izquierdas tenemos que ser una alternativa de
vida para la gente. Un alternativa real. Crear redes de solidaridad
popular. Estamos muy lejos de esto.
¿Cuál es la principal dificultad que tiene Unidos Podemos para acercarse a esa mayoría social?
Somos muy jóvenes. Porque Unidos Podemos no es una
confluencia al uso, es más compleja, le queda camino, debate y
teorización. Si queremos aspirar a la mayoría social tenemos que hacer
muchas cosas. Lo primero es trabajar trasversalmente en todos los
sectores sociales. Desde el mundo jurídico a los sindicatos de clase.
Donde algo se mueva, hay que estar ahí y con la gente. Y no hablo del
Parlamento. En el Parlamento podemos dar voz a los conflictos sociales
pero hay que gobernar para poder cambiar las cosas. ¿Por qué no
empezamos a trabajar en el cooperativismo? Imprescindible como un modelo
de vida no sólo en lo económico y social, sino en lo cultural. Como un
modo de vida.
Hay diferentes visiones en Podemos. ¿Considera que es más necesaria la pedagogía o la propaganda?
Lo que creo es que debemos tener muy claro lo que queremos
y dejar de tener discusiones académicas entre nosotros. Yo en mi casa
leo cosas muy interesantes de filosofía que me apasionan, están muy
bien, pero no nos van a servir para ayudar.
¿Cómo se llega a la praxis sin tener clara la línea
teórica? Hay gente que cree que es más práctico para mejorar la vida de
las personas haber pactado con el PSOE y otra gente que no.
No hace falta que diga mi opinión sobre el PSOE. Yo vengo
de una cultura política en la que lo que importa realmente es lo que se
escribe en los papeles y las medidas políticas que vamos a apoyar.
Sinceramente creo, y formé parte del grupo de negociación del fallido
acuerdo con el PSOE, que si nos hubiéramos abstenido [en la investidura
de Pedro Sánchez], nuestras gentes nos estarían tirando tomates.
¿Es un problema para llegar al electorado rural ese clasismo con el que a veces la izquierda ve a los votantes?
Yo soy gallega y no comprender lo que hace el Partido
Popular o caricaturizar es equivocarnos. El problema es nuestro. Tenemos
que ser pueblo.
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