El actual presidente de la Comisión Europea y primer ministro de
Luxemburgo entre los años 1995 y 2013, Jean-Claude Juncker, bloqueó la
lucha de la Unión Europea contra la evasión fiscal de las corporaciones multinacionales cuando era mandatario de su país, según los documentos revelados ayer por The Guardian y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.
Los documentos filtrados revelan cómo un puñado de países usaron sus asientos en el Comité de Código de Conducta sobre la Fiscalidad de las Empresas, creado en 1998, “para frustrar la acción concertada de la UE y proteger sus propios regímenes fiscales”, publica The Guardian. Este periódico añade que los esfuerzos de la mayoría de los Estados miembro para frenar la evasión fueron “regularmente retrasadas, diluidas o truncadas por las acciones de una minoría de los países de la UE más pequeños, a menudo liderados por Luxemburgo”.
Según
estas informaciones, algunas de las propuestas en el Comité de Código
de Conducta a las que se opuso Luxemburgo son los planes para que las
autoridades fiscales de cada Estado miembro sometieran sus negociaciones
con las multinacionales a la evaluación de sus pares; una investigación
sobre las estrategias de evasión fiscal transfronterizas, a menudo
utilizadas por multinacionales para crear ahorros fiscales artificiales;
y el intercambio de información fiscal entre los Estados miembro sobre
los acuerdos concedidos a multinacionales en privado.
Éste no es, ni mucho menos, el primer escándalo de este estilo en que se ve envuelto Juncker. En 2014 estallaba el Luxleaks o Papeles de Luxemburgo, que revelaba cientos de acuerdos secretos firmados entre Luxemburgo y 343 empresas multinacionales que les permitían evadir impuestos.
Los documentos filtrados revelan cómo un puñado de países usaron sus asientos en el Comité de Código de Conducta sobre la Fiscalidad de las Empresas, creado en 1998, “para frustrar la acción concertada de la UE y proteger sus propios regímenes fiscales”, publica The Guardian. Este periódico añade que los esfuerzos de la mayoría de los Estados miembro para frenar la evasión fueron “regularmente retrasadas, diluidas o truncadas por las acciones de una minoría de los países de la UE más pequeños, a menudo liderados por Luxemburgo”.
Éste no es, ni mucho menos, el primer escándalo de este estilo en que se ve envuelto Juncker. En 2014 estallaba el Luxleaks o Papeles de Luxemburgo, que revelaba cientos de acuerdos secretos firmados entre Luxemburgo y 343 empresas multinacionales que les permitían evadir impuestos.
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