La cuna de la rusofobia
10.01.2017
Puedo
decir algunas palabras a propósito de la hostilidad hacia Rusia que uno
encuentra aquí en los Estados Unidos y tal vez en Occidente en general:
Este es un fenómeno muy complejo. Creo que mucha
gente simplemente asume que esto es una "resaca" de la Guerra Fría, que
la gente no se da cuenta de que la Unión Soviética y el comunismo ya no
existen. Y creo que eso es parte del problema con un pequeño segmento de
la población, especialmente algunos conservadores que no están
particularmente bien informados, pero no creo que sea el problema
principal.
La rusofobia en Occidente se remonta a mucho
tiempo atrás, como sabemos, mucho antes de la Revolución de Octubre de
1917. Parte de ella es, por supuesto, por el hecho de que Rusia es un
país muy grande y poderoso, y algunas personas tal vez tienen un miedo
natural ante eso.
Pero desde mi perspectiva hay algo mucho más
profundo ahí. Desafortunadamente, esto comienza con la diferencia entre
la herencia cultural bizantina y ortodoxa de un lado, contra la
dirección que Europa occidental llevó primero con el catolicismo romano y
más adelante con la reforma y la Ilustración. Por lo tanto, desde esa
perspectiva, y desde mi análisis, la civilización ortodoxa siempre ha
sido algo ante lo que los occidentales no saben muy bien qué hacer.
Ellos saben que es "incorrecta" porque no comparte los mismos valores
que la dirección que tomó la civilización occidental. Pero, por otro
lado, no es como Asia Oriental, África o América Latina donde sienten
una necesidad "multicultural" de mostrar tolerancia y comprensión o
incluso de reconocer que esos otros valores son "superiores a los
nuestros" de alguna manera. La matriz cultural bizantina es algo que se
ve como una aproximación de Occidente, pero "deficiente" de alguna
manera, y creo que afecta a su actitud hacia Rusia, que es el país
ortodoxo poderoso, muy grande y aterrador para muchas personas.
Finalmente esto hay que ponerlo en el contexto
geopolítico contemporáneo, donde los Estados Unidos surgieron después de
la Guerra Fría como una hiperpotencia dispuesta a gobernar el mundo.
Durante un tiempo pensaron que Rusia era simplemente el títere que
estaba bajo Yeltsin. Pero con Vladimir Putin quedó claro que ya no sería
un títere, sino que afirmaría sus propios intereses. Por supuesto, eso
se volvió intolerable porque entonces ellos tenían a alguien no sólo
afirmando sus intereses, sino también capaz de defender esos intereses.
Esa situación molesta a muchas personas del establishment gobernante aquí en los Estados Unidos.
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