Astronauta que caminó sobre la Luna rompe su silencio sobre los extraterrestres
Un explorador del espacio que tuvo el privilegio de pisar la Luna explica por qué no cree que los alienígenas hayan intentado llegar a nuestro planeta y ponerse en contacto con nosotros.
Alan
Bean, de 85 años, es una de las 12 personas que han dado "un pequeño
paso para el hombre y un salto gigante para la humanidad" sobre la
superficie de la Luna.
El piloto del módulo lunar fue uno de los miembros de la tripulación a
bordo del Apolo 12 que caminó sobre la superficie del satélite tras el
lanzamiento de la nave, que tuvo lugar el 14 de noviembre de 1969.
El objetivo principal de la tripulación consistía en una serie extensa de tareas de exploración lunar y la implementación de paquetes de experimentos Apolo (Apollo Lunar Surface Experiments Package) en su superficie, con el fin de recolectar datos sísmicos, científicos y de ingeniería.
Bean pasó 1.671 horas y 45 minutos en el espacio. De todo ese tiempo, 10 horas y 26 minutos estuvo en la Luna y en la órbita de la Tierra. Gracias a su experiencia espacial, ha elaborado varias teorías curiosas acerca de la posible existencia de vida extraterrestre.
Según
argumentó, cuanto más avanzadas, las civilizaciones son "más amigables y
altruistas". Además, la Tierra de hoy "es mucho mejor de lo que solía
ser antes", de manera que, si hubiéramos encontrado representantes de
otras culturas espaciales, habríamos actuado de parecida manera.
No obstante, el veterano integrante de la NASA no duda ni un segundo
de que no estamos solos en el universo. "Hay tantos miles de millones de
estrellas (…) que debe haber estadísticamente muchos planetas alrededor
de estas estrellas que han desarrollado vida", prosiguió.
Bean también opinó que algunos planetas podrían ser como fue el nuestro hace 100.000 años, mientras otros "son como nosotros ahora", y "algunos están 10.000 años en el futuro respecto a nosotros".
El veterano astronauta sigue recordando la primera vez que presenció una 'salida de la Tierra' desde la Luna.
El cosmonauta compartió que lo principal que aprendió de la misión del Apolo 12 en la Luna es que "los seres humanos son capaces de hacer muchas cosas asombrosas".
Ahora, contemplando el satélite de noche, Bean fija sus ojos en el lugar donde aterrizó una vez y reflexiona sobre lo que significa formar parte de algo tan especial.
El objetivo principal de la tripulación consistía en una serie extensa de tareas de exploración lunar y la implementación de paquetes de experimentos Apolo (Apollo Lunar Surface Experiments Package) en su superficie, con el fin de recolectar datos sísmicos, científicos y de ingeniería.
Bean pasó 1.671 horas y 45 minutos en el espacio. De todo ese tiempo, 10 horas y 26 minutos estuvo en la Luna y en la órbita de la Tierra. Gracias a su experiencia espacial, ha elaborado varias teorías curiosas acerca de la posible existencia de vida extraterrestre.
"No creo que nadie del espacio exterior haya visitado la Tierra", admitió Bean a news.com.au, desde su domicilio en Houston (Texas, EEUU).
©
Flickr/ European Space Agency
Bean también opinó que algunos planetas podrían ser como fue el nuestro hace 100.000 años, mientras otros "son como nosotros ahora", y "algunos están 10.000 años en el futuro respecto a nosotros".
El veterano astronauta sigue recordando la primera vez que presenció una 'salida de la Tierra' desde la Luna.
"Todos queríamos ver cómo era la Luna de cerca.
Sin embargo, para la mayoría de nosotros, la vista más memorable no era
de la Luna, sino de nuestra hermosa casa de colores azul y blanco,
moviéndose majestuosamente alrededor del Sol, sola en el infinito
espacio negro", apuntó.
Bean no dejó ningún artículo personal en la Luna porque, según explicó, esto le habría convertido en un "mal astronauta".
La velocidad a la cual los tripulantes viajaron de regreso a casa fue
algo que sorprendió al exaviador naval, acostumbrado a volar a
velocidades máximas de unos 965 kilómetros por hora. En algún momento,
recordó Bean, el Apolo 12 se desplazó a 17.431 millas por hora (28.052
km/h).El cosmonauta compartió que lo principal que aprendió de la misión del Apolo 12 en la Luna es que "los seres humanos son capaces de hacer muchas cosas asombrosas".
"Lo más importante de nuestra misión a la Luna
en los años 60 no fue lo que habíamos inventado, sino la sensación de
que, en todo el mundo, hay humanos que pueden hacer mucho más de lo que
habíamos imaginado antes", expresó.
Bean se retiró de la NASA en 1981 para convertirse en pintor. Sus obras se inspiran en sus propias experiencias como astronauta.
"Incluso si viviera 185 años, no se me agotarían las ideas para pintar sobre este tema", dijo.Ahora, contemplando el satélite de noche, Bean fija sus ojos en el lugar donde aterrizó una vez y reflexiona sobre lo que significa formar parte de algo tan especial.
"Lo que fuimos capaces de hacer cambió mi actitud. (…) Ahora, cuando miro a la Luna, parece tan lejana…", concluyó.
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