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La guerra cibernética EE.UU.-Rusia | ATTAC España
La guerra cibernética EE.UU.-Rusia
Germán Gorraiz López – ATTAC Navarra-Nafarroa
Zbigniew Brzezinski, ex-consejero de Seguridad Nacional del presidente Jimmy Carter, declaró en una conferencia en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS) de la Universidad Johns Hopkins que “la dominación de Estados Unidos que tras la Guerra Fría determinaba la agendainternacional, ha terminado y no podrá restablecerse durante la vida de la próxima generación”, añadiendo que “ninguna de las potencias mundiales puede alcanzar la hegemonía mundial en las condiciones actuales, por lo que Estados Unidos debe elegir mejor los conflictos en los que va a participar ya que las consecuencias de un error podrían ser devastadoras”. Siguiendo con la exposición de su tesis sobre el declive USA, en un discurso reciente durante una reunión del Council on Foreings Relations (CFR), el ex asesor de Carter advirtió que “la dominación estadounidense ya no era posible debido a una aceleración del cambio social impulsado por la comunicación instantánea que han provocado el despertar universal de la conciencia política de las masas (Global Political Awakening) y que está resultando perjudicial para la dominación externa como la que prevaleció en la época del colonialismo y el imperialismo”.
La doctrina de la manipulación cibernética de EE.UU. o “Big Brother”
Dicho control se habría iniciado tras la II Guerra Mundial con la implementación del programa ECHELON (la mayor red de espionaje y análisis para interceptar comunicaciones electrónicas de la historia) y cuya existencia fue denunciada en 1.976 por Winslow Peck y posteriormente constatada por el Parlamento Europeo en el 2.001. Dicho “Control estratégico de las telecomunicaciones” estaba en manos de la comunidad UKUSA (Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia, y Nueva Zelanda) y controlaría más de tres mil millones de comunicaciones cada día e incluye análisis automático y clasificación de las interceptaciones que serían utilizados para el espionaje económico además de la invasión de la privacidad, pasando posteriormente a llamarse Alianza de los Cinco, radicado en las instalaciones del GCHQ (Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno) con sede en la base de la RAF de Menwith Hill (Inglaterra) y teniendo como lema “Nada tiene que temer quien no tiene nada que ocultar”.
En su libro “Between two Ages,”(19.71), Brzezinski aboga además por el control de la población por una élite mediante la “manipulación cibernética” al afirmar que “la era tecnotrónica involucra la aparición gradual de una sociedad más controlada y dominada por una élite sin las restricciones de los valores tradicionales, por lo que pronto será posible asegurar la vigilancia casi continua sobre cada ciudadano y mantener al día los expedientes completos que contienen incluso la información más personal sobre el ciudadano, archivos que estarán sujetos a la recuperación instantánea de las autoridades”, lo que anunciaría ya la posterior implementación del programa PRISM.
Dicho programa, sería una herramienta para monitorizar las comunicaciones de ciudadanos no estadounidenses a través de sus metadatos y devenido en verdadero monstruo virtual que habría extendido sus tentáculos hasta los servidores de compañías como Google, Apple, Micros Eloft, AOL, Facebook y Yahoo, aprobado por el Congreso de EEUU a instancias de la Administración Bush en el 2.007 pero que por inercia apática continuó bajo el mandato de Obama. Como colofón a la deriva del control cibernético de masas , irrumpe en escena el escándalo del llamado “affaire Spyon” de la NSA. Así, el diario británico The Guardian informó que en el año 2006 la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) habría vigilado las comunicaciones de 35 gobernantes mundiales, del que sería paradigma el control del teléfono móvil de la canciller alemana Merkel desde el 2002 al 2010 y que según informa el diario alemán Bild am Sonntag, contaría con la aprobación explícita del Presidente Barack Obama. Además, según la documentación aportada por el ex agente de la NSA , Edward Snowden y publicada por el diario francés Le Monde, la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) habría interceptado 70,3 millones de comunicaciones emitidas desde Francia entre finales de 2012 y comienzos de 2013 mediante el programa US-985D y las técnicas de recolección con claves DRTBOX y WHITEBOX.
La paternidad de dicha nueva teoría estratégica sería atribuible al Jefe de Estado Mayor de las FF.AA. Rusas, Valery Gerasimov quien afirmó que “ cada vez es más frecuente que se dé prioridad a un uso conjunto de medidas de carácter no militar, políticas, económicas, informativas y de otro tipo que estarían sustentadas en la fuerza militar. Son los llamados métodos híbridos”, concepto que se habría puesto en práctica por primera vez con ocasión de las recientes Elecciones Presidenciales en EE.UU. Así, en la web de investigación “Mother Jones” apareció una versión reducida del informe de los servicios de inteligencia de EEUU en el que acusaban directamente al Gobierno de Putin de estar detrás de “supuestos ataques cibernéticos de hackers rusos para desequilibrar la campaña electoral de Hilary Clinton e inclinar la balanza a favor del supuesto submarino ruso, Donald Trump”. Según el citado documento de los servicios de inteligencia de EEUU, el Departamento Central de Inteligencia ruso (GRU) con sede en Moscú, considerado el “servicio de espionaje más poderoso y efectivo ruso en la actualidad tras asumir las funciones del primigenio Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) “,se habría servido del pirata informático Guccifer 2.0 así como de la página web DC Leaks.com y de WikiLeaks para “difundir públicamente información de los correos secretos de Hillary Clinton obtenidos mediante hackeo cibernético”, extremo negado por el fundador de WikiLeaks, Julian Assange. En consecuencia, siguiendo el principio de “acción-reacción”, Obama advirtió a Putin que “dichas operaciones cibernéticas podrían ser consideradas como potenciales actos de guerra” y como represalia, ordenó la salida de 35 diplomáticos rusos y aplicó nuevas sanciones a diversos organismos y empresas rusas, en especial contra el citado GRU, lo que de facto significará el retorno a escenarios ya olvidados de espionaje y contraespionaje propios de la Guerra Fría.
Analista internacional
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