Voto histórico en la ONU indica que las armas nucleares serán ilegales en 2017
Pressenza
Hacia finales de octubre ocurrió algo histórico en las Naciones Unidas.
A pesar de la enorme presión de Estados Unidos, 123 naciones, todas con igual posición en la Asamblea General de la ONU, votaron por iniciar un proceso en 2017 para negociar la prohibición de las armas nucleares. ¿Por qué no circulan estas noticias como un reguero de pólvora? ¿Por qué no hay celebraciones en las calles?
Bueno, una razón es que ya nadie toma en
serio la amenaza que son las armas nucleares contra la humanidad. Y
cuando decimos “nadie” nos referimos a los principales medios de
comunicación, los que dan al tema casi ningún espacio en sus periódicos,
estaciones de radio, sitios web y estaciones de televisión. Por lo
tanto, “nadie” en este caso significa los magnates de los medios de
comunicación que están en alianza con los bancos, los políticos y el
complejo militar-industrial para mantener el statu quo durante el mayor
tiempo posible, independientemente de las consecuencias para la
humanidad, dado que estas personas sólo son capaces de pensar en la
cantidad de dinero que pueden hacer en el presente y tal vez en unos
años en el futuro.
Otra razón (en realidad, una extensión
de la primera) es que la mayoría de la gente seguramente piensa que las
armas nucleares ya son ilegales. Si las armas químicas y biológicas son
ilegales, si las minas terrestres y las bombas de racimo son ilegales,
¿no lo serán también desde hace años las armas nucleares, siendo éstas
mucho más destructivas? ¿Acaso el mundo no eliminó las armas nucleares
cuando cayó el Muro de Berlín?
Bueno, en realidad, no. A pesar de la oferta que Gorbachov ofreció a Reagan
para erradicar las armas nucleares, nunca sucedió, aunque hubo
reducciones en el número de bombas a través de varios tratados. Hoy en
día, Estados Unidos y Rusia tienen alrededor de 14.000 bombas
(dependiendo de a cuál de las estimaciones realizadas se crea), que es
mucho menos de las 80.000 a las que se llegó durante la guerra fría,
pero siendo aún un gran número, si se entiende que 100 bombas lanzadas sobre ciudades
conducirían a un invierno nuclear que eliminaría al 25% de la población
mundial, y quién sabe a cuántas otras especies, y esencialmente
llevaría a cualquier superviviente al suicidio.
Pero, independientemente del silencio
mediático y de la falta de celebraciones en las calles, ya se hizo
historia, y de una manera extraordinaria.
Desde el final de la conferencia de
revisión del TNP de 2010 -la conferencia quinquenal que examina los
progresos del Tratado de No Proliferación Nuclear para ver cómo se está
desarrollando el desarme y recomendar nuevas medidas- algunos gobiernos y
la sociedad civil han reorientado el debate sobre el desarme alejándolo
de las supuestas “preocupaciones de seguridad” del P5 y de las “preocupaciones humanitarias”:
el hecho de que una guerra nuclear sacará a los seres humanos y
probablemente a todas las formas de vida -excepto quizás unos cuantos
insectos de vida corta y bacterias – de la faz de la tierra.
En otras palabras, de acuerdo con esta
nueva estrategia, independientemente de las preocupaciones de seguridad,
si una guerra nuclear estalla, todos perdemos. Einstein dijo: “No sé
con qué armas se librará la III Guerra Mundial, pero la IV Guerra
Mundial será combatida con palos y piedras”. Sin embargo, con los nuevos
conocimientos disponibles gracias a los avances de la ciencia
climática, Einstein puede haber sido demasiado optimista: no habrá una
IV Guerra Mundial, nunca.
El TNP era un gran trato: los que no
tienen armas nucleares, nunca las conseguirán; los que tienen armas
nucleares se desharán de ellas, y todos tendremos el derecho a
desarrollar energía nuclear. Fue una gran idea en ese momento (1968)
porque nadie entendió completamente los peligros de la energía nuclear,
algo que sólo impactó a la conciencia humana con los accidentes en Three
Mile Island y los desastres posteriores en Chernobyl y, más
recientemente, en Fukushima.
El problema con la gran negociación es
que no se ha cumplido 47 años después, y los países que carecen de armas
nucleares están hartos de ser mantenidos como rehenes por los estados
con armas nucleares ante la amenaza de una enorme violencia nuclear. Y
no importa que los P5 digan de ellos mismos que son países
“responsables”; sus doctrinas de seguridad permiten el uso de estas
armas y, como un ladrón de banco blandiendo una pistola alrededor, no
importa si hay balas en ella o no, el hecho de que él o ella tenga una
en la mano constituye el uso.
El proceso de aprobación de esta resolución ha sido difícil.
A pesar de la supuesta igualdad de los Estados miembros en la ONU, hay
claramente algunos estados que son más iguales que otros. Los P5 tienen
un veto en el Consejo de Seguridad, y las diferencias económicas son
tales que los países desarrollados son capaces de manipular a los países
en desarrollo.
Sin embargo, para el deleite de todos en el movimiento antinuclear de la sociedad civil y entre los 57 gobiernos que patrocinaron la resolución, muy pocos países se sometieron a la presión y 123 países votaron por iniciar negociaciones el próximo año.
Y la posición de los Estados poseedores
de armas nucleares y de los que existen en virtud de un acuerdo de
defensa denominado “paraguas nuclear”, nunca ha estado más dividido. De
los nueve países con armas nucleares, cinco (Estados Unidos, Reino
Unido, Francia, Rusia e Israel) votaron en contra de la resolución, tres
(China, India y Pakistán) se abstuvieron y uno (Corea del Norte) votó a
favor de la resolución.
De los estados paraguas nucleares, los Países Bajos se obligaron a abstenerse como resultado de una campaña de la sociedad civil cada vez más eficaz en el parlamento holandés, absteniéndose también Armenia, Bielorrusia y Kirguistán.
Japón votó en contra de una prohibición:
algo que constantemente deja a los observadores sorprendidos dado que
es el único país con conocimiento directo de lo que significa tener una
bomba lanzada sobre sus ciudades.
Al final de la votación, los países
usaron sus ya conocidos discursos para apoyar sus posiciones. Algunos
países dijeron que temían que el nuevo proceso podría debilitar el TNP, a
pesar de que los países de apoyo han expresado una y otra vez que esta
resolución no hará más que fortalecer el artículo VI del TNP.
Otros dicen que el nuevo proceso es divisivo, contentándose con el
statu quo en el cual nada se ha movido en las conversaciones de desarme
en 47 años: El Tratado de Prohibición de Pruebas no ha entrado en vigor, el Tratado de Material Fisible no ha sido escrito, EE.UU. se ha retirado del Tratado de Misiles Antibalísticos y todavía estamos esperando discusiones sobre una zona libre de todas las armas de destrucción masiva en el Medio Oriente.
Además de esto, todos los países que poseen armas nucleares están
elaborando planes para modernizar sus arsenales, o están en proceso de
modernizarlos, a un costo astronómico para la economía mundial y los pobres del mundo.
El nuevo tratado ciertamente no pondrá
un arma nuclear fuera de uso el día de su ratificación, pero hará que
sean efectivamente ilegales ante los tribunales internacionales y las
corporaciones multinacionales y los bancos que no desearán que el
público en general sepa que están involucrados con algo ilegal, por lo
que el tratado aumentará la presión para que vayan desprendiéndose.
Las campañas de la sociedad civil para estigmatizar las armas nucleares
serán enormemente impulsadas y ningún político podrá decir nunca que el
TNP otorga a su país el derecho legal de mantener armas nucleares y, en
última instancia, es por ello que los Estados Unidos (y sus amigos)
estaban tan ansiosos por evitar que esta resolución sea presentada a la
Asamblea General.
Y es por eso que su aprobación es tan
histórica. Aquellos que por décadas han acusado a otros estados de ser
naciones “irresponsables” y “parias”, ahora se encontrarán en el extremo
receptor de esas acusaciones, y por una muy buena razón.
Tony
Robinson. Activista del Movimiento Humanista, co-director de Pressenza y
autor del libro "Café con Silo: la busqueda del sentido de la vida" .
Fuente: http://www.pressenza.com/es/2017/01/voto-historico-en-la-onu-indica-que-las-armas-nucleares-seran-ilegales-en-2017/
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