"BIENVENIDOS AL BLOG MAS IMPORTANTE DE INVESTIGACIÓN Y RECOPILACIÓN DE NOTICIAS"
Una revista de estudio, recopilación e investigación de noticias que impactan realmente al mundo..
miércoles, 19 de abril de 2017
Fósforo y fosfatos ¿moriremos por hambre o guerra? Investigarlo ya
kaosenlared.net
Fósforo y fosfatos ¿moriremos por hambre o guerra? Investigarlo ya
Es urgente una investigación a fondo de este problema para que la burguesía y sus estados no lo oculten y gestionen a su modo expoliador y genocida
Por Aurora Despierta
Aunque paliásemos el Cambio Climático, el fin del petróleo, gas natural y los fertilizantes nitrogenados, en los del fósforo hallaríamos quizás el techo y guadaña a la población mundial y el motivo de una guerra internacional genocida que podría acabar con todos. Investigarlo es una tarea prioritaria para conocer la verdad, saber a qué atenernos y en su caso evitar que nos manipulen y nos lleven a donde no queramos.
Esto no es una ocurrencia extravagante mía, no es una fantasía apocalíptica, ni política ficción, sino algo muy serio planteado por gente muy formal que os presentaré, y que debe ser investigado a fondo cuanto antes para tenerlo bien claro por la cuenta que nos trae. Recordad lo fuerte que ha sido durante décadas el negacionismo y ninguneo sobre el cambio climático, cómo nos ha perjudicado y cómo ¡incluso a estas alturas! el presidente de los EEUU, Donald Trump, es capaz de mantenerlo. Pues con esto podría estar pasando algo similar sólo que a mayor escala y con consecuencias muchísimo peores y mucho más próximas en el tiempo.
NO ME INVENTO NADA. Me limito a recoger, relacionar y sacar las implicaciones de lo que otros dicen.
No estoy en condiciones de asegurar sin lugar a dudas que las cosas sean efectivamente así, porque en esta especialidad soy tan incompetente como seguramente quien me esté leyendo, pero debo atender a lo que me dicen los expertos, lo mismo que, sin saber nada de medicina, confío en general en los médicos, y no pondría mi salud y mi vida en manos de un empresario del ladrillo o de un político corrupto. Hay unas posibilidades enormes de que sea cierto (así lo afirma gente al parecer muy competente) y por tanto estaríamos corriendo un gran peligro.
Por eso entre todas debemos obligar a que esto se aclare, impulsando una investigación y sobre todo una información que seguro no se nos dará por iniciativa de las instancias del poder, salvo en el momento en que a ellas les convenga, que no será el nuestro.
Así que, en cuanto lo leas, espero comprendas que tu primera responsabilidad es PASARLO, y COMPARTIRLO en las redes sociales, webs, blogs, etc.
Para quienes lleguéis al final, como posiblemente habréis sufrido un shock, habrá en la sección VI un premio de consolación ¡pero no vale hacer trampas!
Las secciones de este texto, y su paginación en el archivo PDF son: I.- Alerta. Llamamiento a la investigación (página 2). II.- El mega-problemón del probable límite del fósforo, y la muerte generalizada por hambre o por la guerra (3). III.- La FAO de la ONU ¿Torpeza inaudita o complicidad en un pacto de silencio? (12). IV.- El futuro también condiciona el presente, nos señala por dónde no ir, nos ayuda a entender el pasado, y caracterizar nuestro tiempo (16). V.- Cuanto peor, peor. Evadirse de la realidad nos encierra aun más en esta prisión (22). VI.- Un poco de humor científico-político para terminar mejor (¿o peor?) (23). Notas (25)
[COPIA este artículo para leerlo con la calma que se merece e ir accediendo a los textos y enlaces recomendados. En las opciones de herramientas del navegador, Guardar página como, Pagina web: Sólo html] [PASA este ARTÍCULO para fomentar el imprescindible debate] [DESCÁRGATE la versión PDF que incluye GRÁFICOS y cuadros MUY REVELADORES)
VERSIÓN EN PDF: Fosforo y fosfatos Investigar PDF
I.- ALERTA. LLAMAMIENTO a la INVESTIGACIÓN
Como pasaré a exponer enseguida, el problema del límite de la obtención del fósforo como fertilizante desde los fosfatos de roca, es, literalmente, cuestión de vida o muerte para la Humanidad. La agricultura hoy depende de ellos en un 85% para la provisión de fósforo, al contrario de lo que ocurría a principios del siglo XX, cuando casi no necesitaba de los fosfatos de roca. Estos fosfatos son finitos, no renovables, su cénit (pico) de producción estaría próximo y a partir de ahí tocaría el descenso en su extracción hasta su agotamiento. Además, están concentrados en muy pocos países, en particular, el Sahara Occidental, hoy de Marruecos. Sin embargo, a diferencia del problema del Cambio Climático, del agua potable, del fin de la era del petróleo, e incluso del gas natural y de los fertilizantes nitrogenados, parece que no hay mucho interés en investigarlo, o al menos en difundir los resultados de la investigación.
Esto se debería a que, a diferencia de los problemas del Cambio Climático o del petróleo, los expertos y las empresas capitalistas no serían capaces de encontrarle una solución o paliativo ni una fuente alternativa de la que obtener beneficios. Aquí, la “sabia” “mano invisible” del mercado, tiene menos que hacer que en ningún otro asunto. También a que las implicaciones de este problema podrían ser las mayores de toda la historia de nuestra especie y en ese caso, a las élites del poder económico-político-militar capitalista les interesaría mantener desinformada a la población para mejor manipularla y salir ellos lo mejor parados posibles a nuestra costa.
Porque, el problema del fósforo podría ser el detonante de una guerra mundial para asegurarse los fosfatos, fertilizante clave para la producción de alimentos. Y una guerra mundial por ese recurso vital podría desembocar fácilmente, dado el armamento convencional, nuclear, químico y bacteriológico, en un apocalipsis para la Humanidad.
Aquí ya no cabrían las especulaciones quitando importancia al riesgo de guerra nuclear porque, como en la llamada Guerra Fría con la URSS, se podría perder más de lo que se ganaría, o estaría asegurada una aniquilación mutua, por lo que la proliferación nuclear disuadiría precisamente del uso de esas armas, incluso del recurso a algunas guerras menores por miedo a la escalada. Ante este problema del fosfato, las apuestas subirían enormemente (se podría ganar mucho atacando los primeros, o de lo contrario perderlo todo) por lo cual habría quien considerase muy seriamente la posibilidad de dar el primer golpe mortal, rematando al enemigo con medios convencionales, y así poder quedarse con el botín del fosfato. Tanto por esos propósitos, como por la carrera armamentística para obtener la ventaja crítica, o por la escalada de los enfrentamientos militares desde los convencionales, ese sería el desenlace.
De ahí que este artículo sea un llamamiento a todos/as, y en especial, a ecologistas, universitarios, científicos, que tengan contactos, formación, medios, para que se impulse esta investigación y difundan los resultados, exigiendo que desaparezcan los obstáculos a ese conocimiento y cualquier posible secretismo empresarial o estatal que se utilizaría para manipularnos en beneficio de los intereses de determinados sectores capitalistas y estados burgueses.
Porque la ignorancia no nos protegerá lo más mínimo. Sólo servirá para las maniobras en la sombra de quienes nos explotan y dominan y que, por tanto, en lo último que piensan es en velar por nosotras.
Y paso a exponer los detalles del asunto.
II.- El MEGA-PROBLEMÓN del probable LÍMITE del FÓSFORO, y la muerte generalizada por hambre o por la guerra
El cultivo de las plantas requiere, además del Sol y del agua, de mucha materia prima inorgánica y la más relevantes son el nitrógeno, potasio y fósforo (en un porcentaje de 19, 5 y 12 respectivamente).
En cuanto al potasio, de momento no hay de qué preocuparse, aunque el cénit (punto más alto) de producción, una investigación lo sitúa ya en el año 2072 (Valero y Valero, 2014) [tomado de “En la espiral de la energía” página 137, final de la tabla 8.2, sobre la que volveré]
Sin embargo la provisión de nitrógeno a los cultivos depende en la actual agricultura, de los fertilizantes nitrogenados, y para la síntesis del nitrógeno, del gas natural (o en su caso del carbón https://es.wikipedia.org/wiki/Fertilizante –, altamente emisor-contaminante de CO2 y también con su límite próximo de extracción útil). El gas natural supuestamente se agotaría en las décadas próximas y por tanto como fuente para la producción de los fertilizantes nitrogenados (a partir del amoniaco) sin los cuales sería imposible de momento alimentar a toda la población actual.
“los nitrogenados, de los que depende alrededor del 40% de la producción de comida a nivel mundial (Lucas y col., 2007; Cosin, 2013).” (“En la espiral de la energía. Colapso del capitalismo global y civilizatorio” tomo 2, página 253).
El sistema agroganadero industrial capaz de alimentar a la actual población depende artificialmente de los fertilizantes nitrogenados sintetizados usando gas natural, sobre todo el metano (constituye el 97% del gas natural https://es.wikipedia.org/wiki/Metano ). Los pesticidas se sintetizan del petróleo y del gas natural.
En cuanto a la producción de los fertilizantes nitrogenados y su dependencia del gas natural, en la página 26-9 y 57-8 de esta presentación http://www.fagro.edu.uy/fertilidad/curso/docs/TECNOLOGIA.pdf
El nitrógeno se podría obtener de la síntesis del amoniaco mediante la fijación del nitrógeno atmosférico con la biomasa (https://es.wikipedia.org/wiki/Biog%C3%A1s ), pero la cantidad necesaria no es tan sencilla de producir (“Si todo el nitrógeno para fertilización de Austria fuese producido a partir de biogás, haría falta el 2% de la tierra cultivable del país (Kranzl y col., 2013)”; cita en “En la espiral de la energía…” tomo 2, página 255-6, en la sección No hay alternativas a un descenso importante de la población. Es decir, que no se trata sólo de encontrarle al gas natural un sustituto como combustible para nuestras cocinas, producción eléctrica (centrales termoeléctricas llamadas de ciclo combinado), etc., sino que es necesario para la obtención de fertilizantes nitrogenados.
En cuanto al fósforo, está menos estudiado, o menos divulgado, pero sin embargo, lo que ya se sabe es también altamente preocupante, pues se avecinarían, al parecer, gravísimos problemas, más próximos incluso que con los fertilizantes nitrogenados y de consecuencias sociales muchísimo peores.
El fósforo (P) es fundamental e insustituible para el normal desarrollo de las plantas de las que dependemos para nuestra alimentación, pues permite el crecimiento sano de las raíces, la fotosíntesis y la formación de las semillas y frutos. También es imprescindible para nosotros, nuestros huesos y dientes, la estructura del ADN, las membranas celulares, el almacenamiento de energía, y su transporte al cerebro… El fósforo como tal, es el elemento más abundante de la corteza terrestre, pero la cuestión es que podamos aprovecharlo. Por ejemplo, no es lo mismo tener un paquete de sal, que volcarlo a lo largo de un lago; en la primera forma podemos usarlo de inmediato, en la segunda, aunque la cantidad de sal se conserve, sea la misma, no habrá manera de recuperarla. El fósforo tiene en la naturaleza su recorrido, su ciclo, aunque necesite años, y en ese sentido es renovable; pero a nosotros ya no nos basta con el ciclo natural del fósforo y las técnicas agrícolas que mantuvieron los cultivos y a la población hasta casi el siglo XX. Nos hemos hecho casi totalmente dependientes de la explotación de altas concentraciones de fósforo en roca, provenientes de la roca de fosfatos. Este fosforo también tendrían su ciclo natural, pero llevaría millones de años. Por tanto, a efectos humanos, los fosfatos de roca son un recurso finito y no renovable. Nada puede sustituir al fósforo en la producción de alimentos. Y la agricultura, para la obtención de fósforo como fertilizante, ahora depende de los fosfatos de roca en un 85%, algo más del doble del 40% de dependencia del gas natural para los fertilizantes nitrogenados.
Si queremos sobrevivir más tiempo, debería mejorarse el actual ciclo del fósforo (estresado y roto), conseguir una mayor eficiencia durante el proceso productivo para no desperdiciarlo, un mejor aprovechamiento al aplicarlo a la tierra, aumentar el recurso a fuentes de fósforo no mineros (residuos de cultivos, estiércol, desechos de alimentos, excrementos y orines humanos), reducir la cadena alimentaria y el número de consumidores, esto es, hacer toda una revolución agroganadera para eliminar el exceso de intermediarios en el consumo del fósforo (carne animal de vacas, cerdos, pollos.., porque también consumimos demasiada carne en los países ricos), el despilfarro en agrocombustibles, el despilfarro de alimentos en los países ricos (no se aprovecha bien alimentos en buen estado que no encajan con los requisitos estéticos etc. que impone el comercio –tamaño, forma….-, se tira demasiada comida caducada o sobras porque no hay tiempo para dedicarlo a la cocina como nuestras abuelas que de un modo u otro sabían aprovechándolo todo…), implementar tecnología para recuperar el fósforo que desperdiciamos (por ejemplo, en nuestro cuarto de aseo), detener el aumento de la población mundial y reducirla drásticamente (planificación, no genocidio), empezando por los países ricos, máximos consumidores de alimentos. Aun con todo, la cosa estaría pero que muy jodida (lo expreso así, para dejar bien clara su gravedad) porque las medidas son extremadamente complejas y necesitan muchos años para implementarse bien, es una carrera contra el tiempo que corre que vuela para nosotras, y sin embargo, no se está haciendo nada, ¡ni siquiera se trata el asunto pública y políticamente!.
En la monumental obra “En la espiral de la energía. Colapso del capitalismo global y civilizatorio” (2014), de Ramón Fernández Durán y Luis González Reyes (miembros de Ecologistas en Acción) (NOTA 1, con los enlaces para las descargas de los dos tomos de la obra) podemos leer al respecto del problema del fósforo lo siguiente en el tomo 2:
“Así el fósforo impone un límite físico insoslayable al sostén de la agricultura industrial, de la cual depende gran parte de la alimentación mundial” (página 139)
En cuanto a la fecha prevista del cénit (o pico), es decir, el punto más alto de extracción a partir del cual declinaría (aunque previamente hubiese un tiempo breve de estabilización), en la página 137, Tabla 8.2 (la incluyo más adelante), se aportan estas fechas (las pongo en negrita) y (entre paréntesis), quiénes y cuándo publicaron ese cálculo: 1989 (Wouters y Bol, 2009; Déry y Anderson, 2007), 2031/4 (Cordell, 2008; Cordell y col., 2009; Mohr y Evans, 2013; Valero y Valero, 2014), referencias a la bibliografía, aquí innecesaria. Pero sí podéis acceder directamente a lo que está en la red:
Déry, P y Anderson, B -2007- “Peak Phosphorus” http://www.theoildrum.com/node/2882
Cordell, D (2008): “The Story of Phosphorus: missing global governance of a critical resource”: http://www.glogov.org/images/doc/Cordell.pdf
Mohr, S; Evans, G (2013) “Projections of Future Phosphorus Production”: http://www.philica.com/display_article.php?article_id=380
En la mayoría de estos casos, los cálculos se han hecho considerando las reservas, no los recursos. Esto es importante, pues como ocurre también con el petróleo y el gas natural, puede haber recursos (existencias concentradas descubiertas en la naturaleza) que no podamos aprovechar y que por tanto no se puedan considerar reservas, que son aquellos recursos (existencias) que se está en condiciones de explotar rentablemente por la tecnología disponible, los costes y precios, normativa… Sin embargo, muchas veces, cuando se inventarían las reservas de fosfatos, se incluyen reservas no económicas, o sea, recursos (existencias), por lo que parecería que se podría contar con mucho más de lo en realidad aprovechable, al menos de momento, dada su dificultad, menor cantidad por masa de roca, inferior calidad, mayores costos… El cálculo se puede complicar, cuando se computa la cantidad total de roca que puede ser minada en el yacimiento, en lugar de la cantidad de producto que puede extraerse de todo ese volumen. Pero también debe tenerse en cuenta las existencias porque quizás en el futuro, en parte al menos, se podrían aprovechar si cambia la tecnología, la relación costes-precios, etc.; sin embargo no se puede confiar en que si las existencias son grandes no habrá problema en el futuro, pues no se puede saber a ciencia cierta si se podrán aprovechar o en qué medida, tanto por razones técnicas, económicas, como de su calidad y contenido de impurezas.
“Fósforo. Entre los fertilizantes usados industrialmente, el fósforo es el que antes va a escasear. La fuente mineral empieza a ser cada vez más inaccesible y las fuentes biológicas (excrementos) no dan para sostener el ritmo de utilización actual (figura 8.18) [la incluyo enseguida]. En cambio, el potasio de momento no supone un problema y el nitrógeno puede ser aportado a partir de amoniaco sintético, aunque con un alto coste energético. Así, el fósforo impone un límite físico insoslayable al sostén de la agricultura industrial, de la cual depende gran parte de la alimentación mundial. Si no ha quedado atrás ya su cenit, será no más tarde de la década de 2030.” (página 139 de En la espiral de la energía) [negritas, mías]
Si la dependencia de la agricultura mundial con respecto al gas natural para los fertilizantes nitrogenados sería del 40%, con respecto al mineral de fosfato para el fertilizante fósforo estaría en torno al 85% como se ve y se puede calcular a ojo por el gráfico Figura 8.18 de esa página 139 del libro. Si en el gráfico la altura (Mt/año) de 20 equivale a 100, la de 3 equivale a 15, luego la parte ocupada por los fosfatos de roca (entre 3 y 20 =17) es del 85% (también: si 20 equivale a 100, 17 equivale a 85). El fósforo a partir del guano es ahora residual (1-2%, página 256). El resto (13%) correspondería al fósforo de estiércol.
Aquí tenéis el grafico [incluido en la VERSIÓN PDF de ÉSTE]:
En ese gráfico se observa cómo es a partir del final de la Segunda Guerra Mundial cuando el recurso a los minerales de fosfatos se lanza a una gran escalada y a partir de 1960 se dispara como un cohete, hasta finales de los 80 cuando empiezan las líneas quebradas. Sin embargo, la evolución del fósforo a partir del estiércol ha seguido una curva extremadamente suave. El gráfico se publicó en 2009, por Cordell y colaboradores.
A raíz de la lectura del notable artículo “La crisis del fósforo” de David A. Vaccari, revista “Investigación y Ciencia” número 395 de agosto de 2009 (edición española de “Scientific American” que se puede leer en https://es.scribd.com/doc/184086538/Investigacion-y-ciencia-395-Agosto-2009 — ) escribí en seguida, para Kaos en la red, el artículo “Agricultura mundial. Compra tierra y corre. Fósforo ¿hay futuro?. Hambre para hoy y mañana. ¿Qué agricultura?” (19-8-2009), lo incluyeron –por su iniciativa- también en http://www.farmlandgrab.org/post/view/7087-agricultura-mundial-compra-tierra-y-corre-fosforo-hay-futuro-hambre-para-hoy-y-manana-que-agricultura
David A. Vaccari, en 2009, ya se atrevía a prever que para fin de siglo, se agotarán las reservas de fósforo de los fosfatos de roca.
Si David A. Vaccari estuviese en lo cierto, este siglo no sería tanto el del cambio climático o del fin de los combustibles fósiles aprovechables, como de algo más elemental e inmediato para nuestra especie: la crisis del fósforo, mucho más crucial, pues aunque las demás se resolviesen, si no se consiguiese con el fósforo, la actual Humanidad no tendría futuro.
Este interesante artículo de la BBC, El insaciable hambre mundial por los fosfatos — http://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/11/131106_economia_fosfatos_crisis_il — dice que el fósforo es muy abundante, que durará algunos siglos más. Un cálculo muy simple. Si las reservas (¿o existencias más bien?) mundiales se estiman en 67.000 millones de toneladas y en el 2011 se produjeron 198 toneladas, eso quiere decir que, quedándonos en ese nivel habría (en teoría) reservas para 338 años como el del 2011, cuando la población era de 7.082 millones y hoy de 7.400 millones. Sin embargo, el artículo muestra la preocupación por su explotación en el medio plazo, dificultades y precios altos. ¿Estamos pues ante el problema ya común de existencias no aprovechables y escasez efectiva como recurso, porque las reservas son menores, y con un encarecimiento prohibitivo?
Un experto como David A. Vaccari, en el artículo mencionado, en esa publicación de prestigio internacional, ya explicaba que:
“Las reservas (depósitos económicamente recuperables con las técnicas usuales) se estiman en 15.000 millones de toneladas; al ritmo de consumo actual, podrían durar unos 90 años más. No obstante, es probable que aumente el consumo conforme crezca la población y los habitantes de los países en vías de desarrollo reclamen un nivel de vida más alto. Puede que el mayor consumo de carne requiera un aumento del rendimiento del agro, dado que los animales ingieren más alimentos que los alimentos en que se transforman.” […] “A escala mundial, queda fósforo para unos 90 años. Cuando el recurso escasee, tal vez haya que buscar fuentes de suministro menos económicas, lo cual podría elevar los precios y trastornar el mercado.” [los subrayados y negritas son míos]
Si el artículo fue publicado en 2009 y le sumamos 90 años, nos plantamos en 2099, fin de siglo.
Fijaos en la diferencia en cuanto a las reservas (¿o existencias?) que dice la BBC de 67.000 millones de toneladas y Vaccari de 15.000 (útiles), y quizás para cerca de 300 años más, y 90 respectivamente.
Aunque Vaccari se quedase algo corto, me merece más crédito que lo que diga un artículo de la BBC ya de por sí un tanto contradictorio. Y en la misma línea, una explicación a esta contradicción, la tenéis en “La paradoja del fósforo” http://www.scielosp.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0036-36342011000500013 . Los países tropicales han aumentado notablemente su consumo, pero sus tierras lo aprovechan mucho peor que en otros del hemisferio Norte, así que para la misma efectividad, necesitan un consumo mayor http://www.elespanol.com/ciencia/20160418/118238511_0.html . Leed también estos http://www.ecoavant.com/es/notices/2014/01/el-fosforo-se-acaba-1910.php —- http://noticiasdelaciencia.com/not/2897/el-fosforo-el-gran-olvidado-entre-los-recursos-naturales-y-ahora-cada-vez-mas-escaso/ .
Pues si las previsiones de Vaccari ya son espeluznantes, en una publicación seria de izquierdas como es Ecología Política http://www.ecologiapolitica.info/ — tres años después, en el artículo Marruecos y los fosfatos: incierto futuro del 7 de junio de 2012, de Pasqual Moreno Torregrosa y Hassan Ouabouch, ambos miembros de la Cátedra Tierra Ciudadana-FPH de la Universidad Politécnica de Valencia, se lee, después de explicar la trascendencia del fósforo para la plantas (por consiguiente, para nosotras), y sin duda, refiriéndose a las reservas a nivel mundial:
“La mayoría del fósforo se obtiene de los yacimientos de rocas de fosfato, expresión de viejos fondos marinos. En agricultura convencional se utilizan los superfosfatos, los trifosfatos o el fosfato de amonio, obtenidos del tratamiento químico del fosfato en crudo, y este último, sin tratamiento, se aplica a la agricultura orgánica.
Pero los fosfatos, muy probablemente, se terminarán en treinta o cuarenta años al ritmo actual de consumo”. [negritas, mías] Es decir, que para el 2042 o 2052 ¡casi todos muertos!. http://www.ecologiapolitica.info/?p=3757
Esto no lo dicen por un conocimiento directo exacto de las reservas existentes, sino porque le han aplicado el método del pico del petróleo, de la curva en forma de campaña de Hubbert teniendo en cuenta los niveles máximos de producción de los últimos años, cuando, según sus estimaciones, ya se habría llegado al cénit (o pico) de los fosfatos para finales de la década de los 80 del siglo pasado. Este método sirve no sólo para el petróleo, sino también para el gas natural y diversos metales y minerales, “para explicar el comportamiento en la obtención de un recurso natural no renovable, o renovable pero que se extrae a una tasa muy superior a su capacidad de recuperación” dicen los autores. Así que de entrada no debe despreciarse, porque Hubbert, del que tanto se reían al principio, acabó acertando de lleno en sus previsiones para los EEUU, y su método es hoy mundialmente reconocido como válido. Aunque sí que cabe la discusión sobre la forma correcta de aplicarlo, datos a considerar, etc.
Este es el gráfico de la campana y del pico que se incluye en dicho artículo [incluido en la VERSIÓN PDF de ÉSTE]
Este artículo de 2012, no se menciona en el libro de 2014 “En la espiral de la energía”, pero sí (Tabla 8.2, página 137) lo más importante, esto es, la fecha del cenit del fósforo: 1989 (remitiéndose a Wouters y Bol, 2009; Déry y Anderson, 2007), aunque se recoge también la previsión para 2031/4 (Cordell, 2008; Cordell y col., 2009; Mohr y Evans, 2013; Valero y Valero, 2014). Por lo que se ve, Pasqual Moreno Torregrosa y Hassan Ouabouch coinciden en su cénit de 1989 con algunos autores previos, aunque no con otros también previos y posteriores que lo sitúan en 2031/4, y es por ahí por donde, al parecer, se estimaría hoy día, contando con más datos.
He aquí un recorte parcial de la Tabla 8.2 para que comprobéis la parte del fósforo [incluido en la VERSIÓN PDF de ÉSTE]
En dicho libro, tampoco se mencionan las previsiones para fin de siglo de Vaccari, ya del 2009, pero por la fecha que el prevé para el término de los fosfatos, dado el plazo desde el cenit (50-60 años con cenit en 1989; caso de Moreno y Ouabouch), encajaría bastante con el cénit de 2031/4, pues más años para alcanzarlo, teniendo en cuenta la forma de campana (más o menos homogénea en el ascenso y descenso, aunque haciéndose cada vez más difícil la extracción y encareciéndose por ello y su escasez), también daría para algunos años más en el declive, por lo que efectivamente nos podríamos en final de siglo o quizás una década más, ya en el siglo XXII.
Pero la forma de campaña quiere decir que el final para comienzos del siglo XXII no es abrupto desde el cenit (tocar techo y caída inmediata al fondo), sino que hasta llegar ahí habría un enorme declive desde mucho tiempo antes, de escasez y carestía del fósforo, y por tanto de los alimentos, que haría la vida insostenible ya en la segunda mitad del siglo XXI (e incluso antes, por la fecha del cénit) para un porcentaje cada vez mayor de la población mundial existente en el momento del cénit. No olvidemos que esto además se combinaría con el problema de los fertilizantes nitrogenados (a partir del gas natural), del fin de la era del petróleo útil, y los efectos cada vez más notables del Cambio Climático, aunque para no complicarnos nos centremos en el fósforo.
Para hacernos una idea, aunque sólo sea aproximada, de lo que esto significa, por favor, fijaos en la campana del artículo de Moreno y Ouabouch y os dará una pista aunque hubiese que retrasar la fecha del cenit y del final. Según esa proyección, para 2025 la producción-extracción real de fosfatos sería igual a la de 1950 y entonces la población mundial era de 2.518.630.000, cuando terminamos 2016 con unos 7.400.000.000, y para 2050 ya no habría prácticamente producción y estaría al nivel de 1915 cuando la población mundial era de algo más de los 1.650.000.000 correspondientes a 1910, https://es.wikipedia.org/wiki/Poblaci%C3%B3n_mundial
Recordad que según el gráfico de la página 139 de “En la espiral de la energía” (Figura 8.18) con respecto al fósforo, la dependencia de la agricultura actual de la extracción del mineral de fosfato es del 85%, y que la curva de ascenso del fósforo proveniente del estiércol desde el 1900 es extremadamente suave, por lo que en ese sentido apenas ha mejorado la situación, sobre todo si la comparamos con el ascenso casi vertical del fosfato de roca.
Es decir, que con un poco más de fósforo de estiércol, terminada la producción-extracción de fosfato, sólo se podría mantener la población que se sostenía con el estiércol, y un poco de guano y fosfato, compensados ahora por el ascenso del fósforo de estiércol. No tenéis más que mirar el gráfico (Figura 8.18) con estimaciones de 2009 y, desde el límite superior derecho del estiércol, proyectar hacia la izquierda una línea recta y paralela a la base del gráfico hasta llegar a la fecha en la que el nivel de fósforo de estiércol actual pueda sustituir a los otros. Eso nos situaría, en ese gráfico, hacia 1920 cuando la población mundial era de algo más de la de 1910 (1.650 millones), pero muy lejos del otro dato del que dispongo y que lleva ya a 1950, con 2.518.630.000 (apenas mil millones más). O sea que, salvo medidas extremas de racionalización de su uso, del consumo de alimentos, y vertiginoso aumento de la obtención de fósforo de estiércol y aprovechamiento de los residuos humanos, a bulto, entre los 1.700 y los 2.000 millones como mucho, sería la población mundial sostenible sin el mineral de fosfato, cuando sin embargo terminamos 2016 con 7.400 millones, y la población seguramente será mayor para las décadas de los 30-40-50 y por tanto, más brutal la reducción demográfica. O sea, un descenso de cuando menos unos 5.500 millones de personas.
Pero también tenemos más estimaciones. En el estudio que Dana Cordell y Stuart White, publicaron en 2011, calcularon que el pico (cumbre) del fosfato sería hacia el 2033 con una probable meseta “Peak Phosphorus: Clarifying the Key Issues of a Vigorous Debate about Long-Term Phosphorus Security” . Fijándome en la forma de su campana (para el pico) de su gráfico, el agotamiento total de los fosfatos se podría atrasar hasta pasado 2100, quizás hasta 2160 como mucho. Lo tenéis en http://www.mdpi.com/2071-1050/3/10/2027/htm
En ese trabajo se incluye una tabla con las fechas para el agotamiento de los fosfatos previstas por otros autores. La tabla la tenéis en http://www.mdpi.com/2071-1050/3/10/2027/htm — y la incluyo aquí (EN LA VERSIÓN PDF de éste)
Como podéis comprobar, la estimación del año del agotamiento, para 8 de los 9 autores, rondaría, según diversas estimaciones, entre el año 2050 y el 2128. Sólo uno cree que no se agotará hasta el 2410. Ahí tenéis, el penúltimo, a Vaccari, 90 años desde la publicación de su estudio (2009), llevan al agotamiento en 2099. Y recordad que antes de llegar a agotarse habría un prolongado período de años, de cada vez inferior cantidad, menor concentración y peor calidad de los fosfatos, mayores dificultades y costes de producción, de precios en ascenso (también por el desequilibrio entre oferta y demanda), de incapacidad para satisfacer una demanda mundial creciente del fertilizante (aumento de la población, de las expectativas de consumo de carne y leche en países como China, etc.), e incluso la demanda que sí se satisfacía en décadas pasadas y al inicio del aprovechamiento de los fosfatos de roca. Iremos volviendo al comienzo de la oferta, pero en condiciones de demanda y de población incomparablemente mayores. Y todo esto, sin complicarnos la reflexión teniendo en cuenta el fin de la era del petróleo y del gas natural, que a su vez encarecería (o directamente haría inviable) todo el proceso productivo, transporte a largas distancias, etc., de los fosfatos, y que su producción también tiene unas consecuencias medioambientales negativas serias, dando lugar toda esta combinación de factores, a la madre de todas las tormentas perfectas.
¿No sería esto del fósforo más grave que el Cambio Climático en el que se centra casi toda la atención?
Esto es a lo que puedo llegar manejándome con la información de la que ahora dispongo, observándola atentamente y con recursos tan rudimentarios, pero relevantes, como habéis visto.
¿Es o no esto motivo sobrado para ponernos las pilas y lanzar un llamamiento a una investigación a fondo, concluyente, y empezar a tomar en su caso todas las medidas radicales que se puedan que no sean ni genocidas ni discriminatorias para, cuando menos, empezar a paliar el problema?.
Cuando leí el artículo de Vaccari sobre el fósforo, a los pocos días del mismo mes de agosto de 2009 ya escribí el artículo para Kaos en la red. Pero reconozco que me he ido olvidando del asunto visto que no era motivo de debate público (al menos yo no me enteraba), como si no tuviese mucho fundamento. Pero si yo tengo una responsabilidad y la asumo ¿cuál es la responsabilidad de tantísimo universitario que sí debiera saber mucho más que yo sobre este tema pues tienen la formación científica y los recursos –idiomas, etc.- que a mí me faltan? ¿Cómo puede ser que gente preparada diga que en treinta o cuarenta años nos podríamos morir casi todos de hambre -y, en consecuencia, podemos sacar la conclusión de que para antes se puede armar una bien gorda a escala mundial en plan militar-, y no surja un debate ni en los medios académicos ni en todas esas redes sociales que se ponen trendin topic por cualquier gilipollez? Que somos gilipollas lo sabía desde hace mucho tiempo, pero es que ya debemos estar ¡completamente locos! ¡tenemos menos reflejos que una momia! ¡candidatos al suicidio!. Ya vemos el nivel de responsabilidad de “la generación de jóvenes más formada de la historia de España” y su capacidad para aprovechar la información y los medios de comunicación actuales, pese a estar pegados al esmarfon. Ya vemos la capacidad de atención a los mayores problemas por parte del podemismo, repleto de gente con estudios universitarios. Ni la censura franquista habría conseguido silenciar tanto un asunto así. Leed por favor mi llamamiento a la juventud en el capítulo XXII de “La izquierda ante el colapso de la civilización industrial” de M. Casal. Debatiendo, enlace al final.
Sean 30, 50, 100 o 150 años los que queden para el final, es alucinante que esto no esté en el centro de la investigación y los debates. Así son quienes nos dominan, que empezaron negando o ninguneando el cambio climático (y ahora los EEUU con Trump), y así somos nosotros, y en particular esta generación joven. Espero que con mi insistencia, llamamiento y vuestra difusión, más gente se lo empiece a tomar muy en serio.
Y luego está el problema geopolítico-estratégico de que Marruecos controla al menos el 75% de las reservas mundiales de buena calidad de fosfato de roca (del que se saca el fósforo), que se encuentra en el Sahara Occidental (el que fue colonia española y que tras la Marcha Verde marroquí – noviembre de 1975- días antes de la muerte de Franco, se entregaría a Marruecos, en lugar de a los saharauis, por presión también de los EEUU; como el yacimiento de Fos Bucraa; https://es.wikipedia.org/wiki/Marcha_verde —- https://es.wikipedia.org/wiki/Econom%C3%ADa_de_Marruecos — http://www.ecologiapolitica.info/?p=3757 ). O sea que la dependencia es incomparablemente mayor y más trascendental que la del petróleo, pues de la extracción del fósforo de fosfato pende hoy en día la mayor parte de la alimentación mundial. Es decir, que de hecho ya existe para muchísimos países una gran escasez de fósforo. Si una potencia controlase Marruecos, podría privar a otras partes del mundo de este recurso vital y escaso, directamente arruinando su agricultura o negándoles alimentos, condenándolas al genocidio. Ante ese futuro, dadas las alianzas militares, etc., se podría responder desencadenando una guerra mundial que podría acabar con todos. Leed “Quien controle el fósforo controlará el mundo” https://www.gurusblog.com/archives/fosfatos-fosforo-marruecos/09/02/2014/ , aunque comete un error de bulto en cuanto a las reservas que corresponden a Marruecos (no sería del 30% mundial, sino del 80%, en todo caso).
En el libro “En la espiral de la energía…” podemos leer en el tomo 2, sección “9.6 Nuevo orden geopolítico: guerras por los recursos y regionalización”, apartado “Principales regiones en disputa”:
“La figura 9.16 ofrece un panorama de los países en los que se obtienen recursos básicos para el funcionamiento de la economía global. Esta figura […] es una guía de donde se situarán los conflictos. Por ejemplo, fuera de las mayores potencias, Chile es el principal extractor de cobre, Marruecos (en realidad, Sahara Occidental) es clave en el fósforo, y Kazajistan, Namibia y Niger en el uranio. Estos conflictos se podrán producir incluso aunque el recurso este lejos de su cenit, si está concentrado en pocas regiones del planeta. Como hemos señalado, la posición estratégica de China es fuerte, por su amplia variedad de recursos disponibles”.(página 276) [negrita y subrayado, míos]
Y previamente, en la página 271, los autores ya nos dicen: “Creemos que entraremos en escenarios de guerras abiertas por los recursos.”
Como es lógico, el desencadenamiento de una guerra mundial por el control de los fosfatos de roca no se dejaría para cuando estuviesen casi agotados, pues entonces no le aprovecharía al supuesto ganador. Así que una operación semejante, con riesgo de aniquilación mutua, sólo tendría sentido cuando el botín fuese muy importante y compensase los costes propios, es decir, como tarde iniciado el declive. Ya hemos visto que el cenit de los fosfatos algunos lo sitúan para 2031/34. Bien. Esta fecha coincide con otras muchas consideraciones relativas al petróleo y al gas natural que he tratado en mi libro comentando el de Casal que menciono más adelante, y con otras valoraciones del libro “En la espiral de la energía”.
Así que, puestos en plan optimista, aunque fuésemos capaces de resolver más o menos el problema de la energía, limitar mucho el cambio climático, incluso el problema del nitrógeno para las plantas, podríamos tener en el fósforo el techo y la guadaña a la población mundial, y el motivo para una guerra mundial. Se le presta mucha atención (aunque menos de la necesaria) al problema de la energía, incluso del cambio climático, porque los expertos, los ingenieros, etc., pueden ofrecer más o menos alternativas (como las energías renovables) y existen sectores del capital interesados en explotar esa fuente de beneficios. Como la situación no es la misma para el nitrógeno, se le presta menos. Y como nadie tiene ninguna solución para el mega-problema del fósforo, apenas nada. Y sin embargo, desde mi ignorancia, me parece que eso puede ser el final para un porcentaje abrumadoramente mayoritario de la Humanidad y el motor para el desencadenamiento de enormes conflictos político-militares que terminen con todas.
De modo que podríamos estar comportándonos como aquel borracho que se decía “por ahora, bien”, en su paso acelerado por la planta 20 del rascacielos desde cuya azotea caía, siendo ese su último y consolador pensamiento.
III.- La FAO de la ONU ¿Torpeza inaudita o complicidad en un PACTO de SILENCIO?
La FAO es la Organización de las Naciones Unidos para la Alimentación y la Agricultura. Como todos los organismos dependientes de la ONU, tiene sus méritos y también sus servidumbres pues, a fin de cuentas, depende de los estados, y todos son burgueses, y a cuál peor. Sabido es el trato que EEUU ha venido dando durante años a la UNESCO (también dependiente de la ONU) porque su orientación no neoliberal y neoconservadora le resultaba incómoda (aunque no tuviese nada de “bolchevique”), hasta conseguir doblegarla. Así que supongo que los funcionarios que se expresan en los documentos de la FAO, deben medir mucho lo que dicen y lo que hacen, y en todo caso, también se deben a sus propios intereses e ideología de clase que no es precisamente contraria al capitalismo y sus estados, por muy críticos que puedan llegar a ser en algunos aspectos concretos.
En el año 2007 (de octubre en adelante), la FAO, publicó el nº 13 de su “Boletín FAO. Fertilizantes y nutrición vegetal”, con el título “Utilización de las rocas fosfóricas para una agricultura sostenible”, documento que en archivo pdf tiene 177 páginas, que podéis localizar en http://www.fao.org/documents/card/es/c/ba9ae266-a2cf-56b3-8846-03dc41027c53/ —- y descargaos directamente archivo pdf en http://www.fao.org/3/a-y5053s.pdf
Como no puede ser de otra manera, confirma la importancia que tienen para nosotros los fosfatos de roca y, para no repetirme en lo ya explicado, me limitaré a citar lo siguiente, pues aporta algo de información adicional.
“Roca fosfórica es un nombre colectivo utilizado para denominar todos los minerales que contienen fosfatos. Las rocas fosfóricas constituyen un recurso natural finito, no renovable y los depósitos geológicos de diferente origen se encuentran en todo el mundo. En la actualidad son explotados pocos yacimientos de roca fosfórica y cerca del 90 por ciento de la producción mundial es utilizada por la industria para la fabricación de fertilizantes fosfatados, mientras que el resto se emplea para la producción de alimentos para animales, detergentes y otros productos químicos. Sin embargo muchos yacimientos de roca fosfórica que se encuentran en las zonas tropicales y subtropicales no son explotados. Una razón es que las características de estas rocas fosfóricas, si bien son adecuadas para la aplicación directa, no reúnen las normas de calidad requeridas para producir fertilizantes fosfatados solubles en agua utilizando la tecnología convencional de procesamiento industrial. Otra razón es que los depósitos son demasiado pequeños para justificar las inversiones necesarias para su explotación minera y procesamiento.
Las rocas fosfóricas son la materia prima básica para la producción de los fertilizantes fosfatados. El compuesto fosfatado en las rocas fosfóricas es algún tipo de apatita. Según el origen del depósito de la roca fosfórica y su historia geológica, las apatitas pueden presentar propiedades físicas, químicas y cristalográficas diferentes. Con las rocas fosfóricas se hallan asociados grupos definidos de minerales accesorios de diversos orígenes y edades geológicas. Por lo tanto, es imperativo establecer procedimientos simples para la caracterización normalizada de las rocas fosfóricas, definir las normas de calidad para fines de la aplicación directa y luego clasificarlas. Las fuentes de roca fosfórica de calidad conocida pueden ser utilizadas como materiales de referencia para los fines de comparación.” (página 20 del archivo pdf)
“La industria mundial de los fosfatos está basada en la explotación de algunos depósitos de rocas fosfóricas. A pesar de su composición extremadamente variable, son la fuente comercial de fósforo utilizada como materia prima para la fabricación de fertilizantes fosfatados y otros productos químicos. A diferencia de otros productos básicos como el hierro, el cobre y el azufre, las rocas fosfóricas tienen escasa oportunidad de sustitución o de reciclado. Ocupan el segundo puesto (excluidos el carbón y los hidrocarburos) en peso y volumen brutos en el comercio internacional.” (página 27 del archivo pdf) [los subrayados son míos]
Y ahora vamos al problema de las reservas, al que también le dedica cierta y problemática atención. En las páginas 35-6 del archivo pdf nos encontramos con esto, y recordad lo ya explicado de las reservas (lo aprovechable) y los recursos (existencias descubiertas en la naturaleza, pero que quizás no podamos aprovechar en su totalidad):
«No existe un sistema universalmente aceptado para clasificar las reservas y los recursos de la roca fosfórica. Un sistema desarrollado en los Estados Unidos de América (U.S. Bureau of Mines & U.S. Geological Survey, 1981; U.S. Geological Survey, 1982) define las reservas como “recursos identificados de un mineral que puede ser extraído de manera rentable con la tecnología existente y bajo las condiciones económicas actuales.” (Brobst y Pratt, 1973). Las reservas estimadas pueden ser descritas como la cantidad total de roca que puede ser minada en el yacimiento o como la cantidad de producto que puede extraerse.
Muchos autores no hacen distinción entre las reservas y los recursos no económicos cuando declaran el tamaño de los yacimientos. En ese caso pueden existir diferencias sustanciales entre las estimaciones de las reservas y los recursos, según las diversas fuentes. Es prudente reconocer que tales discrepancias existen y que dichas cifras deben servir solamente como estimaciones.
La Figura 1 muestra un mapa de los depósitos de roca fosfórica que están actualmente en explotación, aquellos que han sido explotados en un pasado reciente y aquellos que parecen ser potencialmente económicos. Una compilación (Cuadro 3) de los diez países mayores productores y de sus reservas de base muestra que estos países cuentan con cerca del 90 por ciento de las reservas mundiales de fosfato.
Considerando las tasas actuales de extracción y las condiciones económicas de la década de 1990, más de la mitad de estos países habrá agotado sus reservas en menos de 20 años».[negritas y subrayados, míos]
No reproduzco la Figura 1 porque no tiene mayor relevancia para este texto y podéis verlo descargándoos el de la FAO. Pero sí, el Cuadro 3 [incluido en la VERSIÓN PDF de ÉSTE]
Ahora debemos intentar comprender bien lo que nos está diciendo la FAO.
Lo primero, que ya sabíamos, es que cuando muchas fuentes hablan de reservas, pueden estar hablando de cosas diferentes a lo que a nosotros nos interesa, como la totalidad de roca en vez de los fosfatos que de ella se pueden extraer, o la confusión entre reservas y existencias, o no aclarar bien la diferencia entre las reservas ya explotables y las que se podrían explotar en el futuro si mejorasen las condiciones para ello. Que ya hay localizados depósitos de fosfatos cuya explotación hoy resulta antieconómica (para los criterios capitalistas, al menos). Que existen diversas calidades, y a veces no cumplen con lo que se requiere. Es decir, que la tendencia con respecto a las reservas es a darnos cifras mayores de las reales.
Lo segundo, y donde está el mayor problemón, es en lo referente al Cuadro 3 y el comentario que hace la FAO, que os vuelvo a repetir:
“Una compilación (Cuadro 3) de los diez países mayores productores y de sus reservas de base muestra que estos países cuentan con cerca del 90 por ciento de las reservas mundiales de fosfato.
Considerando las tasas actuales de extracción y las condiciones económicas de la década de 1990, más de la mitad de estos países habrá agotado sus reservas en menos de 20 años”
Entiendo que al referirse a las condiciones económicas de la década de 1990, quiere decir que no está hablando del conjunto de las reservas (incluidas las “reservas de base”, de la columna de la derecha, mucho mayores por lo general), sino que se remite a las reservas (simplemente; las de la columna de la izquierda). A eso apunta el cuadro, pues la fuente es de 2001 (vedlo en la parte inferior). Y en el punto a) del cuadro veréis que, en 2001, se consideran reservas (simplemente), aquellas que reúnen determinadas condiciones precisas de costo y beneficio. En cuanto a las llamadas “reservas de base” (columna derecha) lo comenta en el punto b) pero sin dar más detalles, así que supongo que serán “aquellos que parecen ser potencialmente económicos” pero no en el momento presente. Así que las consideraremos también reservas pero con peores condiciones económicas, con cierta sospecha de que estar algo infladas al incluir también existencias que no puedan llegar a ser aprovechables nunca (al menos con los criterios capitalistas), dado todo lo que nos ha explicado antes la FAO sobre el modo tan confuso de considerar y contabilizar todo esto.
Además, decir que más de la mitad de estos países habrían agotado TODAS sus reservas (de las dos columnas) antes de 20 años, ya sería como para darnos un ataque del susto si no nos limitásemos a los que las tienen menores.
Y en cuanto a los 20 años, deberíamos sumarlos al año 2000 o 2001 (al terminar la década de 1990, pues la fuente del informe es 2001) y entonces nos situaríamos en antes del año 2020. No debemos sumarlos al 2007 (fecha del boletín de la FAO).
Lo que me desconcierta y escandaliza de esta información es que la FAO dice algo tan grave como que: “Considerando las tasas actuales de extracción y las condiciones económicas de la década de 1990, más de la mitad de estos países habrá agotado sus reservas en menos de 20 años.”.
Y sin embargo, no dice nada del dato más fundamental: ¿cuáles son esos “más de la mitad de estos países”?. Porque salta a la vista que no es lo mismo componer una lista de más de la mitad de los países de ese cuadro que, por ejemplo, incluya a EEUU de América, China, Jordania, Marruecos y Sahara Occidental, Sudáfrica y Otros países, que otra lista que incluya sólo a Israel, Senegal, Togo, Túnez, Federación Rusa y también Otros países.
Con la primera lista, de un total de reservas (simplemente, columna izquierda) de 12.000.000, se habrían agotado para antes de 2020, 10.800.000, o sea ¡el 90%!. Con la segunda lista, se habrían agotado el 15%. Un inciso: Si sumamos las cifras de la columna de reservas, no dan 12.000.000, sino 11.410.000 (un 95%), y en la columna de “reservas de base” la suma no da 37.000.000, sino 37.240.000, pero no me voy a complicar más las cuentas.
Según compongamos la lista de “más de la mitad de estos países” tendremos un resultado abismalmente diferente. Y a partir de ahí, sólo contaríamos con las “reservas de base” de esos países que hayan agotado sus reservas (simplemente). Observad en el cuadro que las “reservas de base” son algo más del triple de las reservas (37 dividido entre 12 = 3,08). Si consideramos la primera lista de países (agotamiento del 90 de las reservas), resultaría que, para antes de 2020, permanecería poco más que las “reservas de base”, o sea, poco más de tres veces las reservas sin más. Pero si resultase que en menos de 20 años se habrían consumido la suma de 10.800.000 ¿cuántos años se tardaría en agotar los 37.000.000 teniendo en cuenta una población mayor que también se alimenta mejor, con más productos agrícolas y carne de animales que a su vez consumen mucho fósforo? Para una estimación aproximada, no tendríamos más que multiplicar 20 años por 3 y nos darían 60 años, con lo cual nos pondríamos en el 2080 (2020 +60) para el final de todas las reservas (sin más o de base) hoy consideradas. No afirmo que será así, sólo pongo en evidencia cómo, con las confusas explicaciones de la FAO, bien podría ocurrir y al parecer hay motivos para temer algo aproximado.
¿Cómo es posible que en un informe serio de la FAO y en una cuestión que en el mismo reconoce como tan trascendental, exista tal grado de imprecisión en una estimación más que crucial?
Resultaría claro si el informe dijese “más de la mitad de las reservas se habrán agotado en menos de 20 años”. También si dijese “más de la mitad de los países” y resultase que sus reservas son iguales o muy parecidas. En ambos casos podríamos hacer una estimación aproximada sin lugar a dudas. Pero no es eso lo que dice, sino que se refiere al agotamiento de la reservas de determinado número de países que sin embargo las tienen enormemente desiguales. Se pueden hacer listas con todas las combinaciones de países que se quieran, pero está claro que decir “más de la mitad de los países” es como no decir nada, o peor, querer ocultar algo. Porque si se sabe que “más de la mitad de estos países habrá agotado sus reservas en menos de 20 años” quiere decir que se dispone de información lo suficientemente precisa como para saber cuáles son esos países, o de lo contrario la frase no tiene sentido. Si esos países fuesen los de menos reservas, como en la segunda lista que os he propuesto, no debería haber reticencias para mencionarlos expresamente y de paso no generar sospechas y dejarnos tranquilos (“sólo el 15%”). Pero es precisamente esto lo que no se hace y por tanto hay motivos sobrados para el mosqueo, cuando otras fuentes también serias nos están advirtiendo precisamente del agotamiento de todas las reservas de fosfatos para fin de siglo o poco más.
No he conseguido encontrar en la FAO ningún otro estudio que nos ayude a aclarar el asunto.
La FAO ha publicado en febrero de 2017, un importante informe titulado “El futuro de la alimentación y la agricultura: Tendencias y desafíos”, que en su versión completa en inglés tiene 180 páginas en formato pdf, y 52 en su versión resumida en español. Lo podéis localizar todo en http://www.fao.org/publications/fofa/es/
Sin embargo, pese a que en el boletín dedicado a los fosfatos apuntaba a un problema serio para antes de 2020, nueve años después, en este informe de 2017, aunque señala muy graves problemas para la agricultura y la alimentación del futuro, en los que no entraré por esta vez, ¡no dice ni una palabra sobre los fosfatos!. Cuando menos, sorprendente.
Además de disponer de poca información, ya veis cómo hay que andar estrujándola, mirándola con lupa en una labor casi detectivesca, motivo de más para temerse, sin caer en conspiranoia, que efectivamente se nos está ocultando algo muy importante.
Creo que lo dicho ya es motivo suficiente para que os toméis el asunto muy en serio, os pongáis las pilas e investiguéis y/o pidáis a otros que puedan hacerlo mejor, que lo hagan. Sea para confirmar los peores augurios o para tranquilizarnos (de momento al menos) porque tenemos fósforo sin problemas para un par de siglos, aunque haya que ir tomando medidas cuando antes, no dejarlo para el último momento y encontrarnos entonces con el desastre total.
IV.- El FUTURO también CONDICIONA el PRESENTE, nos SEÑALA por DÓNDE NO IR, nos ayuda a ENTENDER el PASADO, y caracterizar nuestro tiempo
Es cierto que son nuestros pasos ahora los que nos llevarán al futuro. Por eso también pueden estar determinados por los que hace mucho tiempo se dieron y que ahora casi ni tenemos en cuenta. Si ante nosotros tuviésemos una enorme llanura hasta el horizonte, sabríamos que llegaríamos hasta donde nos lleven los pasos. Pero si pudiésemos tomar altura y descubrir que, independientemente de lo que hagamos desde hoy, unos pocos kilómetros más allá y atravesando de Este a Oeste la llanura, hay un profundo cañón insalvable con nuestros actuales hábitos, deberíamos replantearnos nuestra marcha, lo que estamos haciendo, lo que hemos hecho para llegar aquí, y si no podíamos haber tomado en su momento otra ruta mejor que nos hubiese permitido sortear el abismo y hasta ignorar su existencia.
Si bien es verdad que no podemos saber con total seguridad cuál será el futuro y menos al detalle, es falso que sólo podamos conocer el presente y que por tanto la elaboración de nuestra línea política deba limitarse a profundizar en ese conocimiento para así transformar la realidad hoy, pues podría ser como la marcha por la llanura hasta el gran cañón, con el que nos daríamos de bruces, por mucho que nuestra ruta se desvíe unos kilómetros hacia la izquierda o hacia la derecha, y sin habernos preparado para afrontar eso.
Además, ya sabemos muchas cosas que nos indican a grandes rasgos que efectivamente vamos a encontrarnos con un gran cañón: tendencia a la sobrexplotación capitalista del trabajo y la reducción de sus costes sociales (desmantelamiento del llamado “estado social” o “benefactor” o de “bienestar”), cuarta revolución industrial (gran paro estructural) pero de muy difícil futuro en cuanto llegue el fin de la era del petróleo, del gas natural, del carbón, del uranio, la escasez del agua potable, con la consiguiente también crisis de la agricultura, amén los fosfatos, y cómo afectará a todo esto la contaminación medioambiental y el Cambio Climático, tanto más grave cuantas menos medidas estemos tomando ya (como está ocurriendo).
Por consiguiente, si se confirmasen las previsiones del fin próximo del aprovechamiento de los fosfatos y sin alternativa equiparable para satisfacer las necesidades-demanda de los cultivos y los humanos, quedaría en evidencia que sí podemos conocer el futuro, siquiera en sus grandes rasgos, y sin necesidad de tener en cuenta cien factores más o menos conocidos y su posible evolución. Sería tan determinante como un grifo o un cuello de botella a la hora de vaciar un contenedor de líquido fuese cual fuese su capacidad. Nada sería más miope (corto de vista) que determinar nuestra estrategia y táctica por lo que hoy son las cosas (las únicas que supuestamente podríamos conocer con seguridad, y transformar). Como sería estúpido despilfarrar nuestros esfuerzos continuando con la rutina sindical (o antisindical), reformista (o revolucionaria), feminista, ecologista, etc., y parlamentaria (o antiparlamentaria) si se nos revelase que, si no lo evitásemos, en menos de una década todo apuntaría al estallido de una guerra mundial con arsenal nuclear. Tan estúpido como no haber tenido bien en cuenta en su día que era bien previsible el estallido de la primera y la segunda guerras mundiales si no se tomaban las medidas necesarias para evitarlo.
Hay una enorme diferencia entre lanzar la alerta, avisar a la gente de lo que se avecina, que no hacerlo y continuar con unas rutinas, impotentes, si no suicidas. Si ni siquiera alertamos a los sectores minoritarios más conscientes, comprometidos y combativos, con más posibilidades de relacionarse con sectores más amplios, menos probable será que rompamos los consensos establecidos, el “pensamiento único”, que la mayoría de la gente se empiece a inquietar (a la vez que confirmamos sus sospechas), a mover, permitiendo que las personas no se sientan tan aisladas e intimidadas por la opinión imperante (la deseada por la burguesía y su Estado), que la verdad disuelva la mentira y la desinformación, y arraigue en las masas, de modo que la necesidad objetiva y la racionalidad teórico-política se abra paso en su conciencia contra el negacionismo y otros mecanismos de defensa psicológica y tanta mistificación burguesa, traduciéndose en lucha por objetivos correctos contra el capital y su Estado. Cierto que si las masas no se ponen por sí mismas en movimiento, no asumen su responsabilidad, no toman los problemas y sus vidas en sus manos, no hay nada que hacer, pues nadie puede obligarlas a hacerlo. Pero esto no debe llevarnos a subestimar el papel de las minorías que pueden ser los catalizadores de ese movimiento gracias a su mensaje claro, su ejemplo, como apuntan también los experimentos de psicología social (NOTA 2).
Es cierto que las verdaderas y más importantes necesidades humanas de los hombres y mujeres de las clase trabajadora (proletariado-precariado) son antagónicas con su sometimiento al sistema asalariado del trabajo (SAT) que es el que permite la valorización del capital (beneficios, reinversión, beneficios…), clave del capitalismo, y que por tanto sólo pueden ser real y definitivamente satisfechas si acaban con ese sistema social. Sin embargo, esto no quiere decir que subjetivamente y en términos sociales-políticos, inevitablemente eso llegue a ser reconocido, sentido, expresado, decidido por las amplias masas trabajadoras, en términos de ruptura con el capital y su Estado, en tiempo y forma oportunos. Pueden conformarse con las aspiraciones propias del imperio de la mercancía (competencia, individualismo, consumo…), y el tipo de “realización” humana que eso permite, como también el capitalismo es una limitación a la realización humana del burgués, pero éste encuentra en él sucedáneos lo suficientemente atractivos y satisfactorios para no desear renunciar a su papel social. Estar descontento porque no se consigue más salario, es muy diferente a saberse explotado y cuestionar el sistema asalariado del trabajo (clave del capitalismo pues hace posible la extracción de plusvalía, el beneficio y su acumulación para un nuevo ciclo de producción-explotación); lamentarse por estar dominado pero aspirar a “darle la vuelta a la tortilla” es muy diferente de aspirar a acabar algún día con todas las relaciones de dominio de unos seres humanos sobre otros. Más difícil incluso resulta la aspiración revolucionaria si el futuro de la Humanidad, a causa del fin catastrófico del fósforo, se cerrase para la construcción de una civilización socialista-comunista superadora de la condición proletaria y de todas las clases sociales, y por tanto de los estados, expresión siempre del dominio de una clase (sea, en nuestros tiempos, la burguesía o el proletariado).
Podría hacer muchas más consideraciones sobre todas las implicaciones económicas, sociales, políticas, e incluso en el campo de la teoría política que tiene esto, pero mejor os remito a mi libro del que se extrae una parte de este artículo: “La izquierda ante el colapso de la civilización industrial” de M. Casal. Debatiendo (18-2-2017), libro debatiendo el de Manuel Casal Lodeiro e investigando por mi cuenta, con enlace más adelante.
Sin embargo, no quiero dejar pasar alguna de ellas.
La primera es que no debemos perder de vista que lo que nos habría llevado hasta esa situación es el sistema capitalista y no una fatalidad natural. Es por su imperativo del beneficio (cuanto mayor y a corto plazo, mejor), con su crecimiento caótico y destructivo, saltando por encima de lo que dictaría una planificación a largo plazo del uso de los recursos-sumideros, de su administración lo más racional y precavida posible, y por consiguiente también del crecimiento de la población. Lo que demostraría que el capitalismo es un sistema social decadente cuando menos desde el momento en que todo eso debía haberse tenido en consideración para no encontrarnos con el techo de los fertilizantes nitrogenados y del fósforo. Por ello, desde entonces sería una traba para el desarrollo de la Humanidad que se habría transformado ya en un obstáculo hasta para la supervivencia, pues no sólo provoca caos (burbujas, crisis económicas…) despilfarro de recursos (armamentismo, obsolescencia programada, trabajadores/as desocupados…), destrucción (guerras mundiales o localizadas, con pérdidas de millones de vidas humanas y bienes acumulados…), sino degradación del medio natural que nos sustenta (contaminación, Cambio Climático, extinción de especies) y ya hasta el agotamiento de algo tan vital como el fósforo. Permanecer demasiado tiempo en la decadencia del sistema asalariado del trabajo (capitalismo o salarismo como prefiero llamarle para destacar lo central en él y nuestra responsabilidad) sin haber sido superado cuando todavía podían haberse evitado o puesto remedio a muchos problemas, nos habría llevado a esta situación apocalíptica. La decadencia, no sólo habría contribuido a la derrota y desintegración del proletariado (enfrentándolo a muerte en dos guerras mundiales, anulándolo sobre todo en la segunda como clase internacional unida contra el capital, única esperanza para poder hacer la revolución), sino a su propia aniquilación física no sólo en las guerras sino por hambre y genocidio a cuenta del fósforo. Por tanto, la calificación de decadente para el capitalismo no es sólo por exigentes criterios subjetivos, éticos, políticos y sociales, sino por algo mucho más objetivo, material, físico: haber pasado, de ser una traba, a destructor de las fuerzas productivas, empezando por la humana, como lo sería también a causa del agotamiento del fósforo.
Todo esto tenía un fácil remedio seguramente a principios de siglo XX cuando, entre otros factores, la explotación de los fosfatos de roca sólo estaba en sus inicios. De haberse dado ya entonces una revolución socialista-comunista internacional, es de esperar que hubiese considerado todas esas cuestiones, pues el interés del poder de los trabajadores/as (no del partido-Estado o Capitalismo de Estado), sería velar por las necesidades de nuestra especie a largo plazo.
La segunda es que las fechas en las que todavía se podría avanzar en los fosfatos del estiércol (y de residuos de los cultivos, etc.), y el nivel de la población mundial era sostenible sin depender apenas de los fosfatos de roca, fueron los años de 1900 a 1920 del siglo XX (recordad los comentarios a la Figura 8.18). Eso no quiere decir que se hubiese debido renunciar al aprovechamiento de los fosfatos de roca, sino tener bien en cuenta que sería para nuestra especie un tesoro no renovable y que por tanto, la Humanidad –sin el imperativo del beneficio y el caos del crecimiento capitalista- debería administrarlo muy de a poco, como reserva, recurso extra, de uso excepcional, sólo para los momentos ocasionales de escasez de otras vías para el fósforo (como el estiércol o el aprovechamiento de residuos agrícolas y nuestros desechos), no como la base de la agricultura industrializada que es hoy (provisión del 85% de las necesidades de fósforo), para que, en lugar de agotarse tan pronto, pudiesen disfrutarlo cientos de generaciones en el futuro (a cuatro generaciones por siglo, cien generaciones serían 25 siglos, 2500 años). A la vez, sería inevitable un importante control del crecimiento demográfico, para lo que se debería haber movilizado desde principios de siglo los recursos científicos y técnicos, en lugar de destinar tanto al armamentismo y la obsolescencia programada.
Pues bien. Es sorprendente que esa horquilla de tiempo (del 1900 a 1920) concuerde precisamente con otros cálculos y consideraciones (como la Primera Guerra Mundial, 1914-8) que me llevan (como en su día al movimiento comunista internacional) a considerar que fue entonces cuando el capitalismo ya se convirtió definitivamente en una traba para la Humanidad, que por tanto había entrado en su decadencia, y por consiguiente, ya había llegado el tiempo de ser sustituido por el socialismo-comunismo del poder de lo trabajadores/as (no del Partido-Estado del Capitalismo de Estado como en los llamados “países socialistas”). Y no es que esa coincidencia también con el fósforo sea imprescindible, ni siquiera necesaria, para confirmar la decadencia del capitalismo, pues los diversos factores de la decadencia no tienen por qué darse todos a la vez y con la misma intensidad, como tampoco ocurre así en la vida del ser humano.
De confirmarse el límite próximo de los fosfatos y fertilizantes nitrogenados, sería absurdo considerar que la decadencia del capitalismo sólo empezase ahora cuando lo descubrimos y ya puede ser irresoluble. Tan absurdo como, dentro de unos años, cuando los efectos desastrosos del Cambio Climático sean clamorosos, decir que sólo entonces sería el capitalismo un sistema social decadente, cuando la causa del cambio climático, la desidia y los obstáculos para resolverlo o mitigarlo en serio debido a los intereses capitalistas (en particular de los sectores fosilistas) y de sus estados, se remontarían incluso a unas décadas antes que la actual (leed el capítulo IV “El perro del hortelano ya lo sabía” de mi libro comentario a “La izquierda ante el colapso de la civilización industrial”). Porque una cosa es el final de algo (como la muerte) y otra cuándo comienza su decadencia, que puede ser muy prolongada y cuyos factores, como he dicho, no tienen por qué darse desde el comienzo todos a la vez y con la misma intensidad, como ya he explicado en ese libro sobre el colapso y más extensamente en mi otro libro titulado “Capitalismo: modo de vida decadente. Notas sobre estrategia y táctica” (20-10-2016), con enlace al final, y que os animo a leer.
La democracia (burguesa) habría demostrado también su inutilidad para abordar y resolver los verdaderos y más cruciales problemas de la Humanidad, pues no representa la soberanía popular (nunca es una democracia real para la clase trabajadora, dominada ya desde el trabajo), sino ante todo el modo que tiene la burguesía de asegurar su dominación a través de su Estado, para garantizar la marcha y perpetuación del capitalismo (ante todo, el sistema asalariado del trabajo). Sin necesidad de golpes de Estado fascistas o militares, la democracia se recortará a sí misma cada vez más, con la escusa de la lucha contra el terrorismo, contra la inmigración que no le compense lo suficiente en aportación-consumo, contra los disidentes que debiliten la “Unión Sagrada” “patriótica” por la “supervivencia de todos”, pero lo último que hará (lo estamos comprobando) es ponerse en serio a resolver o paliar los problemas del cambio climático, la energía, los fertilizantes…
Ya estamos viendo como la democracia burguesa impulsa y consiente un grado de espionaje sobre la vida de la gente (legal, a-legal o abiertamente ilegal), que ya alcanza cotas alucinantes (todo tipo de telecomunicaciones, localización por los móviles, video-vigilancia, ¡televisores inteligentes que graban el sonido incluso estando apagados!…), y que nos aproxima cada vez más a un escenario como el de la novela 1984 de George Orwell, pero con medios técnicos todavía más sofisticados y totalitarios, y con mayor escasez en los recursos para la vida. Este espionaje es mucho más preocupante de lo que ya parece a primera vista, porque ellos no están actuando sólo cara al presente, sino que, con muchísima más previsión y mirada a largo plazo que nosotras, se están preparando para los escenarios económico-sociales-políticos que vendrán en las muy próximas décadas (2030 en especial, por la conjunción de diversos factores) en los que necesitarán someternos sin rechistar a todavía una mayor explotación en el trabajo, miseria para quienes no lo tengan, recortes bestiales en los gastos sociales del Estado, militarización y guerra por los recursos escasos y encarecidos (petróleo, gas natural, fosfatos…). Pero lo peor, que todo este espionaje (y más que ignoraremos) salta al conocimiento público sin que se dé una verdadera reacción de alarma ni de lucha ni por parte de los sindicatos, partidos de izquierda, ni en la gente del pueblo, sino más bien al contrario, imponiéndose la resignación, cuando no el estúpido “¿A mí? ¡Que me registren! Como no tengo nada que ocultar…”. Si tenemos tan poco respeto por nuestra privacidad y derechos civiles básicos, poca capacidad para la indignación y la rebeldía nos quedará, y en tanto, nosotros mismos nos habremos colocado la soga al cuello, a la espera de que ellos, cuándo quieran, le den la patada a nuestro soporte, o ser conducidos, como un rebaño de ovejas, al matadero. Sólo el poder de los trabajadores/as contra el capital, podría acabar con la democracia para el capital y su Estado.
Claro que para el pensamiento dominante (burgués) una revolución proletaria siempre es condenable pues atentaría al sacrosanto derecho a la propiedad privada de los medios de producción-distribución y su beneficio, a la sabiduría innata de la “mano invisible” del mercado, a la libertad de la que se goza con el sistema asalariado del trabajo (la esclavitud moderna), y sólo podría acabar mal. Por ello, este centenario de la revolución de octubre (noviembre en actual calendario) de 1917 en Rusia lo aprovecharán para machacar en la idea y amalgamar el Capitalismo de Estado de la URSS y cía. con el socialismo-comunismo, el poder del partido-Estado sobre los trabajadores/as con el de los Consejos de Trabajadores, la planificación burocrática con la acumulación del capital estatal y a mayor provecho de una minoría con la planificación democrática para satisfacer las necesidades humanas y avanzar hacia la sociedad sin clases ni Estado, no su reforzamiento. A la vez, se lavarán las manos, porque la burguesía (clase explotadora y dominante, gestora y principal beneficiaria del capitalismo) no tendría responsabilidad en las crisis económicas y miserias, el Cambio Climático, dos guerras mundiales, otras muchas, las democracias para garantizar su dominación de clase, recortar las libertades y, cuando le conviene, pasar a los fascismos-nazismo-estalinismo, las dictaduras militares terroristas y genocidas (como la franquista o las latinoamericanas y otras), etc., y que estemos cada vez más al borde del abismo como especie. Que en una revolución hubiese muertos (dependería todo de la resistencia armada de la burguesía y su Estado, de su grado de criminalidad), sería según ellos una monstruosidad (y la culpa, de los revolucionarios, por supuesto) comparada con los millones de muertos de las guerras (sólo entre las dos mundiales, unos 78) que venimos padeciendo por culpa del capitalismo y sus estados, y con que la población mundial deba tal vez descender rápidamente, dependiendo hasta cuánto siga creciendo en los próximos años, cuando menos en unos 5.500 millones de personas a cuenta de hambrunas y genocidios, si es que todas no nos vamos al infierno con una guerra mundial. Esto, según ellos, no sería el mayor crimen de la historia de nuestra especie por culpa del capitalismo y con la responsabilidad directa de la clase burguesa y sus estados, sino una fatalidad histórica imprevisible e inevitable, la tragedia “del hombre” en abstracto, de la que nadie sería responsable o todas más o menos por igual. Como el discurso oficial de que la causa del Cambio Climático es la “actividad humana”, sí, pero la industrial-capitalista con su crecimiento bajo el imperativo del beneficio, los intereses de la burguesía como clase explotadora-dominante más la complicidad o desidia de sus representantes políticos, esto es, del Estado burgués, y ahora el negacionismo de hecho del presidente de la primera potencia mundial capitalista y mayor responsable de ello.
La burguesía, esta vez, con los fosfatos, no podrá echar la culpa ni a los fascismos ni al “comunismo”, porque eso también se acabó en la década de los 90 del siglo pasado (China, además, no es suficiente como para cargar con ese muerto, pues depende de momento de sus propios fosfatos), y desde entonces la burguesía mundial se hace la tonta en la cuestión del fosfato, aunque para 1989 ya dio señales de problemas, pues algunos expertos situaron en ese año su cénit o pico. Pero en realidad viene de mucho más lejos pues ya era consciente de la trascendencia del asunto y que quizás en el futuro se presentasen serias dificultades. Dana Cordell, en un texto cuyas referencias ya os he indicado, aporta en la nota 41 esta información reveladora: Presidente de los EEUU, “Roosevelt, FD, mensaje al Congreso el Fósforo para la fertilidad del suelo, en línea por Peters G .; Woolley, JT El Proyecto Presidencia de Estados Unidos.20 de mayo de 1938. Disponible en línea: http://www.presidency.ucsb.edu/ws/?pid=15643 (consultado el 13 de marzo de 2011)”.
Quizás culpe al aumento de la población, pero a eso también se le podía haber puesto remedio desde principios del siglo XX, cuando se empezó a echar mano en serio del fosfato de roca.
Ya pueden decir misa, que nosotras sacaremos nuestras conclusiones. Pero cuanto más tarde se revelase a la gente el problema de los fosfatos y se la pusiese ante los hechos consumados, menos riesgo habría de que en tanto madurase una conciencia radical contra el capitalismo por habernos conducido, entre otras muchas situaciones (cambio climático, fin de la era del petróleo y del gas natural, crisis económica, desmantelamiento gastos sociales del estado), hasta ahí, y que eso restase credibilidad y legitimidad a la burguesía y sus estados a la hora de exigirnos más sacrificios en nombre de un futuro mejor o no empeorado.
Aunque es probable que a la mayoría de la gente del pueblo ya no le importase, pues sería demasiado tarde para arreglar cuentas y ponerle remedio, por lo que se impondría el “sentido práctico” del baile de la muerte con su secuencia de pasos: 1– “sólo podremos defendernos del genocidio a manos de otros, poniéndonos detrás de “nuestro” Estado –burgués- y sus fuerzas armadas”, 2- “cuanto más poderoso y falto de escrúpulos sea “mi” Estado, tal vez tenga más posibilidades de sobrevivir en esta lucha a muerte”, 3- “después de todo lo que les hemos hecho, no podemos rendirnos pues nos exterminarán en venganza, así que debo permanecer fiel a “mi” Estado hasta el final”, 4- “si para nosotros no hay futuro, hagamos que tampoco lo haya para esos cabronazos”.
Así, la Unión Sagrada con la burguesía y su Estado alcanzaría cotas muy superiores a las de las dos guerras mundiales, todavía más que en la segunda incluso aunque se estuviese perdiendo la guerra (estaría en juego la supervivencia), y con ello, la represión de la disidencia, con la complicidad de la inmensa mayoría de la población, pues se habría impuesto el sentido de “comunidad de destino”. Sería todavía peor que Japón y Alemania en 1945 y no se parecería en nada a Rusia febrero 1917 (derrocamiento del zar), Alemania 1918 (derrocamiento del Káiser Guillermo II) y no digamos a Rusia octubre 1917 (revolución soviético-bolchevique). Tanto más probable porque el nivel de crítica a los conflictos bélicos es muy bajo, pues a estas alturas de la historia todavía la gente trabajadora sigue sin saber que las dos guerras mundiales (y casi todas las demás) tienen su causa de fondo en el capitalismo y su estados, y no sólo en los vencidos, las aristocracias imperiales o los nazi-fascismos-militarismos, o la gente corriente que con su apoyo o tolerancia contribuyó a su existencia, o superficialmente, la crisis económica de 1929 como un factor importante, pero sin llegar a cuestionar el capitalismo, ya decadente a principios de siglo, que causó la lucha por un nuevo reparto del mundo en la Primera Guerra Mundial, y la crisis capitalista de 1929, propulsando la “salida” militarista y guerrera para otro reparto del mundo con la Segunda Guerra Mundial. Ahora tocaría repartirse nuevamente el mundo y cometer el mega-genocidio por el control del petróleo, gas natural y fosfatos, sobre todo (NOTA 3)
Porque para la reducción de la población, y también por el control de otros recursos escasos además del fósforo (petróleo, gas natural, etc.), la salida más lógica para el capital sería la guerra entre estados, no la eliminación por las burguesías de sus propias poblaciones nacionales, pues entonces sí podrían provocar una revolución social, además de que en el caso de imponerse, habrían segado la hierba bajo sus pies, al privarse de gente a la que poder seguir explotando en el trabajo. Esto no quiere decir que no pudiese haber un cierto genocidio interno, sobre todo de opositores, minorías étnicas, religiosas, enfermos, ancianos… Porque como ya advirtió sabiamente Carl Amery, Hitler podría ser el futuro (“Auschwitz, ¿comienza el siglo XXI? Hitler como precursor” Turner / Fondo de Cultura Económica.2002). Pero para que no parezca que el peligro vendría solo de alguna nueva versión del nazismo, habría que decir que, por objetivos similares, el futuro también podría ser el de los presos/as políticos secuestrados, “desaparecidos” y asesinados por la genocida dictadura militar argentina de 1976-83 (una aplicación reciente de la “noche y niebla” nazi) patrocinada por la burguesía argentina y por los EEUU y otros estados burgueses democráticos, o la también democrática destrucción de Hiroshima y Nagasaki con sus habitantes, totalmente innecesaria, como ya se sabe y sabía, para poner fin a la II GM.
Se estima que para la década de los 2030, los mayores de 65 años ya representarán en torno al 30% de los habitantes de los países ricos y alcanzando edades muy avanzadas (sobre todo las mujeres), así que, acortar su vida, contribuiría a la reducción de la población.
El envejecimiento de la población (no que vivamos más años, sino que los ancianos representen un porcentaje muy grande del habitantes), como ya he señalado en otras ocasiones, es un gran problema político. Leed por ejemplo mi artículo “Trabajadores inconscientes, industria 4.0 con desempleo, y envejecimiento” (12-7-2016), con enlace al final de éste.
En la vejez, la tendencia natural, tanto mayor cuanta más edad, es a apostar por la seguridad presente y no por un futuro que ya apenas se tiene ni se podrá disfrutar (a diferencia de los más jóvenes), por lo que pesa más el conservadurismo. Añádase que con cuantos más años, menos capacidad hay para soportar situaciones de esfuerzo y estrés físico y psicológico; dicho gráficamente, no se está para luchar en las barricadas, ni para aguantar el régimen carcelario. Esto no sería mayor problema si la pirámide de población fuese realmente una pirámide, con una base anchísima, de modo que el porcentaje de ancianos se mantuviese entre el 15-20%. Pero, como he dicho, se estima se supondrán el 30% para la década de 2030. Esto supone un peso conservador importante, porque luego está la franja de los 40 y 65, también muy extensa, y sin embargo, a partir de ahí, se iría estrechando según se disminuye la edad. Nada parecido ya a una pirámide; más bien a una olla con una enorme tapa.
Pero con el problema del fósforo y de otros muchos factores, ocurriría que, aunque la gente de mayor edad se vería muy perjudicada, no estaría en las mismas condiciones de luchar que la juventud, y para colmo, es posible que no encontrase en ella la solidaridad necesaria, pues los más jóvenes sentirían a los más ancianos como una carga inasumible, gente que ya ha vivido de sobra y que en tanto está consumiendo recursos muy escasos, imprescindibles para ellos si quieren tener algún futuro, por precario y modesto que sea.
Esa contradicción objetiva de intereses y falta de entendimiento inter-generacional, redundaría en la división y la más fácil imposición de las alternativas que ahora podemos considerar más reaccionarias y genocidas (pues nunca se debería haber llegado a esa situación) pero que entonces, por un criterio de supervivencia a destiempo, pasarán como las más racionales, generosas y justas para todos (“abuelos, debéis sacrificaros para que vuestros nietos tengan un futuro”). Así que una vía de reducción de la población será la de acortar todo lo posible la vida de los ancianos, empezando por los enfermos, etc.
Si los ancianos no estarán para aventuras, los jóvenes no estarían para cuidarlos, por lo que el conservadurismo o la impotencia para luchar de los primeros, tendría su paralelo en las políticas de eutanasia genocida y sometimiento a un Estado más reaccionario si cabe, de los segundos.
V.- CUANTO PEOR, peor. EVADIRSE de la REALIDAD nos ENCIERRA AUN MAS en esta PRISIÓN
Por último. Supongo que después de todo esto nadie será tan tonto, mal pensado o mal intencionado como para creer que me froto las manos ante las “oportunidades subversivas” que ofrecería un escenario catastrófico de los fosfatos. Pero como siempre hay alguien, me adelanto.
Como dice el refrán: lo cierto es verdadero, lo diga Agamenón o su porquero.
Vaccari y los otros expertos en la materia mencionados, por cumplir honestamente con su deber profesional, aunque eso quizás no guste a determinados poderes, por ello no es descalificable, ni sospechoso de supuestas simpatías bolcheviques o anti-sistema, o “hacer, objetivamente, el juego a”, etc.
Por lo mismo, mi llamamiento a la investigación no se puede ignorar porque valore el problema y sus causas de fondo como lo hago.
Pues de ser verdad, no nos aprovecharía a nadie. Aquí menos que nunca vale aquello de “cuanto peor, mejor”, porque semejante situación cerraría también el paso al comunismo, incluso a la fase previa socialista y hasta la motivación para una revolución, e inclinaría probablemente la balanza hacia la más feroz y aniquiladora lucha de “todos contra todos”, y como los ejércitos ya están montados desde los estados burgueses, la población, en búsqueda desesperada de su supervivencia a costa de otros, se encuadraría tras ellos y sus correspondientes alianzas, aunque finalmente eso quizás sólo asegurase nuestra más rápida y completa aniquilación como especie. Una vez más y definitivamente, nos pondríamos en manos precisamente de la clase social gestora y principal beneficiaria del sistema social que nos habría llevado hasta el precipicio ¡para dar un paso al frente!. Una vez más y definitivamente, disciplinados por los estados burgueses que siempre han sido un obstáculo (tramposo y represivo siempre, y a veces terrorista y hasta genocida) a nuestra voluntad de tomar en nuestras manos las riendas de nuestra existencia y abordar a fondo las verdaderas causas de nuestros problemas. Así que por la cuenta que nos trae a todas, mejor que las previsiones negativas que he presentado estén absolutamente equivocadas.
La clase trabajadora (proletariado-precariado) no tiene conciencia de clase (contra el sistema asalariado del trabajo, el capital y su Estado, su propia condición de clase, por la abolición de todas las clases y la extinción del Estado), si no tiene conciencia de ser una única clase internacional con intereses comunes contra el capital, su propia burguesía nacional y todos sus estados. Pues en ese caso, por mucho que tenga una conciencia de tipo sindicalista y de “clase” nacional, se subordinará de hecho a los imperativos de su capital y Estado en la lucha por los mercados y recursos mundiales, a la competencia entre los trabajadores/as del mundo tras su burguesía y Estado y, finalmente, al compromiso en la matanza mutua de los trabajadores/as en la guerra (da igual si es agresiva o defensiva de intereses capitalistas). Este enfrentamiento inter-proletario conduce a su aniquilación como clase frente al capital y sus estados. Sin la unidad internacional del proletariado es mucho más difícil el proceso revolucionario en cada país e imposible llegar al comunismo que sólo es factible como modo de producción mundial, fruto de la cooperación de los trabajadores/as de todo el mundo. Pues bien, un límite catastrófico del fósforo y que condujese a una guerra mundial por el recurso para la mera supervivencia, bloquearía y aniquilaría esa conciencia de clase, pues no sólo destruiría las condiciones subjetivas (como ocurrió en las dos guerras mundiales: patriotismo, guerra por la supervivencia…), sino las mismas bases materiales que la hacen posible ya que supondría una profunda regresión histórica en cuanto al desarrollo de las fuerzas (recursos) productivas, y con ello a la posibilidad misma de la existencia del proletariado internacional, pues se traduciría en la reducción genocida de la mayor parte de la Humanidad que afectaría sobre todo a los sectores populares, ya de por sí más vulnerables y mayoritarios.
Por todo ello, en lugar de estar frotándome las manos, lo que en realidad ocurre es que desde que caí muy en cuenta (retomé lo olvidado, por el silencio general) de esta problemática, más bien me transpiran, pues vivo inquieta, al punto que ha disminuido mi rendimiento intelectual (leer-pensar-escribir) y por eso necesito también expresarlo, ¡gritarlo! y que se aclare cuanto antes.
Si no fuese porque finalmente el precio a pagar se multiplica por estar en la inopia, se diría que la mejor estrategia vital es la de la “feliz ignorancia”. Pero esto sólo sería así por la soledad de quienes desde el principio se atreven a mirar a la realidad de frente, mientras la inmensa mayoría prefiere seguir, durante demasiado tiempo, la estrategia de los tres monos (no ver, no oír, no hablar) (NOTA 4), alentada por la labor de desinformación desde la clase dominante (muchos de sus miembros tampoco quieren reconocer una realidad que también les afectaría negativamente) y sus estados. Lo peor es cuando esta actitud evasiva es en alguna medida compartida por quienes, supuestamente, serían más progresistas, avanzados, conscientes, y pretenden representar, dirigir, orientar o ser vanguardia del resto, y que sin embargo, cuando se llama la atención sobre un asunto como éste, aunque vaya acompañado de un libro, ni siquiera son capaces de acusar recibo, aunque sólo sea por buenos modales. ¿Y luego nos asombra que las cosas nos vayan tan mal?
Para romper con esa dinámica irresponsable y suicida, este llamamiento y tu compromiso compartiéndolo.
VI.- Un poco de HUMOR científico-político para terminar mejor (¿o peor?)
Como probablemente este asunto os habrá provocado cierta desazón (a mí, sí y mucha), y de algún modo quiero compensaros (sobre todo por si se acabase descubriendo que tanta preocupación era innecesaria), y como además soy comunista, y quizás a alguien le entre ganas de criticarme por empirismo, especulación, etc., os contaré una historieta cómica que corría por la extinta URSS (la Rusia “comunista” y cía., en realidad, Capitalismo de Estado, explotación y dictadura sobre los trabajadores/as), extraída de la notable recopilación de humor soviético titulada “Llorando (pero de risa), en la URSS” editorial El bufón rojo, Buenos Aires, 1993.
Ocurrió una vez que los telescopios en el espacio exterior y en superficie detectaron la presencia de un asteroide en rumbo de colisión con la Tierra. Su masa se estimaba 13 veces superior a la del asteroide que habría provocado la extinción de los dinosaurios. La amenaza y los riesgos de pánico mundial eran tales que los gobiernos ordenaron silencio sobre el asunto hasta que se madurase una posición pública.
En la URSS, el Partido Comunista convocó a los mayores sabios marxistas-leninistas para recabar su opinión. Se celebraron varias sesiones maratonianas con largas intervenciones y debates, pudiendo resumirse así las más destacadas:
Un anciano, gran y erudito economista, después traer oportunamente a colación innumerables citas de Marx de El Capital, los Grundisse, las Teorías de la plusvalía, correspondencia privada entre Marx y Engels, concluyó, a la vez que agitaba el puño:
“La URSS avanza hacia el comunismo con cimientos sólidos y el proceso es irreversible. El capitalismo está condenado a desaparecer por la ley de la tendencia que tiene el porcentaje de ganancia a descender [la ley de la tendencia a la baja de la tasa o cuota de ganancia]. Entonces, os pregunto camaradas ¿afecta a esta ley, agravándola o mitigándola, la existencia del asteroide? Y yo os respondo: NO, estimados camaradas. Al asteroide sólo le concierne la ley de la gravedad, y si alguien se atreve a negarlo, será un revisionista del marxismo-leninismo y de la ciencia proletaria” Los asistentes, satisfechos por esta confirmación de la ley fundamental de la decadencia del capitalismo, despidieron al ponente con una sonora y prolongada ovación.
Un experto en sindicalismo mundial, dejo bien claro que:
“No hay evidencia alguna de que el asteroide esté habitado. Por consiguiente, no es de temer una gran llegada de fuerza de trabajo que podría provocar la bajada de los salarios o campañas xenófobas en beneficio de la ultraderecha” Y nuevamente, los asistentes, sensibles y solidarios con los problemas de los trabajadores/as en los países capitalistas, aplaudieron enérgicamente la intervención.
Otro, miembro de una organización por la promoción de la paz en el mundo, expuso:
“¿Es el asteroide una amenaza para la paz mundial, un factor provocador de un conflicto inter-imperialista o de agresión a la Gran Madre Patria Socialista, como lo fueron las dos guerras mundiales? Rotundamente NO, camaradas. Por tanto, no es necesaria una movilización de nuestras fuerzas armadas ni llamar en los países capitalistas a que los trabajadores vuelvan las armas contra sus propios gobiernos y defiendan a la URSS” Y nuevamente, esta conclusión tan tranquilizadora, arrancó los aplausos de los asistentes.
Un afamado filósofo marxista-leninista (m-l), tras exponer la teoría de la alienación humana por el capitalismo, del sujeto revolucionario, etc., terminó su intervención diciendo: “Si el asteroide ni siquiera está habitado, es imposible que sea portador de un nuevo sujeto revolucionario que desplace al proletariado de su papel histórico”. Y todos los asistentes, miembros del Partido, y por tanto únicos posibles legítimos y legales representantes políticos del proletariado, tranquilizados de que el papel dirigente del Partido no sería cuestionado por el asteroide, se pusieron en pie, despidiendo al orador con los más prolongada de las ovaciones (exactamente 19,17 minutos, cuando la presidencia de la mesa, oportunamente, con un simple gesto de autoridad, hizo que cesasen para dar paso a otras intervenciones, pues también el tiempo apremiaba).
Sin embargo, hubo una minoría que, aun no pudiendo cuestionar las bien razonadas conclusiones de sus ilustres camaradas, preocupada, no dejaba de pensar en la suerte (multiplicada por 13, esta vez) que habían corrido los dinosaurios, y no estaba satisfecha con el modo de enfocar el problema por parte de la mayoría, que les recordaba al cuento de los ciegos que exploraban, cada uno parcialmente, un elefante, llegando a conclusiones disparatadas sobre su naturaleza, siendo esta vez los ciegos, los expertos que lo eran a lo que no fuese su especialidad. Por ello, fueron criticados como empiristas, subjetivistas, desesperados, eclécticos, incapaces de aplicar correctamente el método científico del materialismo histórico y dialéctico. Se llegó a un momento de gran tensión cuando alguien de la mayoría recurrió al argumento de autoridad de que ni Marx ni Engels habían dicho nunca nada sobre la amenaza de un asteroide, respondiendo desde la minoría que sin embargo Engels en “Dialéctica de la naturaleza” sí reconoce la existencia de los asteroides y también la de un fenómeno tan raro y poco previsible como el del ornitorrinco, animalito al que por cierto (añadió en un alarde de erudición), también menciona Antonio Gramsci en sus Cuadernos de la cárcel, por lo que ahora nos podíamos encontrar con un viejo conocido como el asteroide pero con un comportamiento imprevisto hace tiempo, intervención ésta a la que alguien respondió con un “¡ecléctico majadero!”, por lo que hubo de intervenir la presidencia de la mesa para evitar una escalada de improperios y, a la delegación del Gobierno, un espectáculo bochornoso.
Como no se podía llegar a una toma de posición unánime, se impuso la delegación del Gobierno, preocupada por hacer algo práctico.
Por consiguiente, se aprobó la siguiente resolución:
“El consejo de sabios, recomienda al Gobierno de la URSS enviar un cohete en dirección al asteroide con la siguiente leyenda conminatoria en sus costados: No puedes estar aquí. El futuro del proletariado, del Partido y del comunismo, son incuestionables. Claro está, escrita en ruso, que suena más o menos así: Noposcjka estukischi otaski. Horizonska proletarski komunisti incunstichosnie; pero leído con algunas letras giradas a la izquierda (nunca a la derecha, aunque el resultado sea el mismo). Lástima que el asteroide no pudiese apreciarlo pues el sonido no se propaga en el vacío del espacio exterior, y que no fuese en alemán pues sin duda habría resultado más imperativa, y desde la RDA –Alemania Oriental- hubiesen colaborado gustosamente.
Entre tanto, en los EEUU se desarrollaba un congreso similar, pero a la americana. Como remedio para solventar la situación, alguna voz autorizada de Wall Street apeló a su confianza en la mano invisible del mercado; un representante de Silicon Valley veía una gran oportunidad de negocio si se sabía aprovechar como energía alternativa la cinética y de impacto del asteroide; un delegado de Texas aseguró que si los comunistas no habían podido acabar con las libertades individuales (la primera, la de empresa) y el sueño americano, menos un pedrusco hijode(pitido censor) venido de ni se sabe dónde; y otro, del medio Oeste, se remitió a su seguridad en que Dios seguiría bendiciendo a América (EEUU) por encima de todas las naciones.
En Israel, todos coincidían en que, pese a la llegada del asteroide, seguirían siendo el pueblo elegido por Dios, pero disentían en si seria para morir los primeros (ahorrándoles más sufrimientos), los últimos (siendo testigos así de la aniquilación de todos sus enemigos) o sobrevivir (entonces el asteroide sería considerado el Mesías que les permitiría reinar sobre toda la Tierra, sin que nadie les amenazase nunca jamás). Lo que todos descartaron, sin necesidad de más consideraciones científicas, sólo por razones nacionalistas y religiosas, es que su naturaleza de pueblo elegido implicase que fuesen los únicos en desaparecer completamente. [En estos comentarios, entre su humor negro, parece haber un cierto tufillo antijudío, tan extendido en la URSS]
En España. Bueno, en España, como siempre, había cosas más importantes y urgentes en las que pensar, y el presidente de gobierno, Rajoy [¡qué capacidad tan asombrosa de predicción la de estos rusos!, ¿o es mera casualidad?], en su infinita sabiduría y serenidad de espíritu, entendió que lo mejor era no andar convocando nada, y dar tiempo al tiempo, para que el problema se resolviese por sí mismo, pues consideraba que este método, que tantos éxitos le había deparado, no iba a fallarle ¡precisamente en esta ocasión tan importante!. FIN.
Bueno. Como espero haber logrado mi objetivo, y para que nadie me acuse de hacerle perder el tiempo buscando el libro en internet, os confieso que esta historieta rusa es un invento de mi cosecha (koljosiana, por supuesto), porque el fin justifica los medios ¿o no?
NOTA 1.- La monumental obra del fallecido ecologista Ramón Fernández Durán junto con y finalizada por su compañero Luis González Reyes (miembros de Ecologistas en Acción) titulada “En la espiral de la energía. Colapso del capitalismo global y civilizatorio” (2014) en dos volúmenes, con un total de 934 páginas y un precio en conjunto de 25 euros (muy barato dado su tamaño, densidad e importancia) (editan Libros en Acción y Baladre). Al parecer no se ha publicado en ningún otro país ni idioma una obra como ésta. Quien no pueda pagárselo, se puede descargar ambos volúmenes, gratuitamente, en versión PDF, en esta dirección: — http://www.ecologistasenaccion.org/article29055.html
Y directamente: — http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/en-la-espiral-de-la-energia_vol-1.pdf —- http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/en-la-espiral-de-la-energia_vol-2.pdf
Reseñas y entrevistas http://www.ecologistasenaccion.org/article29055.html?artpage=2-2#outil_sommaire_4
NOTA 2.- Un interesante repaso a lo que nos puede enseñar la psicología social y cognitiva, en el “Capítulo III. Inconsistencias, disonancias y bloqueos (atisbos psicológicos sobre la crisis ecológica)” página 69-94 del libro “Un mundo vulnerable. Ensayos sobre ecología, ética y tecnociencia” de Jorge Riechmann, Los libros de la catarata. Madrid. 2000.
Relacionado con esto os invito a leer mis textos:
“Tu enemigo está en ti. Mírate en este espejo. Una clave de lo que nos pasa” (29-3-2016) con un análisis detallado del concurso-experimento “La zona extrema” del documental “El juego de la muerte”—— http://kaosenlared.net/tu-enemigo-esta-en-ti-mirate-en-este-espejo-una-clave-de-lo-que-nos-pasa/
“Sumisión de la clase trabajadora. Psicología social. Estilos empresariales. Trabajo hoy. Alternativa PDF 28 páginas” (2/9/2013) PDF con imágenes, en color, 28 páginas —— http://2014.kaosenlared.net/especiales/e2/indignacion-globalizada/item/67164-sumisi%C3%B3n-de-la-clase-trabajadora-psicolog%C3%ADa-social-estilos-empresariales-trabajo-hoy-alternativa-pdf-28-p%C3%A1ginas.html —- Para descargar el archivo pdf, al final del artículo, donde pone Descargar archivos adjuntos:
NOTA 3.- Es impresionante la cantidad de documentales, por no decir films de ficción, referentes a la Segunda Guerra Mundial, que se vienen emitiendo constantemente en las televisiones (sea en una cadena o en otra, aunque las hay más especializadas), o que están disponibles en la red. Pero si algo tienen todos en común, es que culpan de la misma personalmente a Hitler, por extensión, a los nazis, a veces un poco al pueblo alemán en la medida en que apoyó a Hitler, y luego a Mussolini y a los militares japoneses, y por último algún otro dictadorzuelo fascista del norte o este europeo. Para los aliados contra el eje Berlín-Roma-Tokio y socios subordinados, no hay ninguna responsabilidad, salvo la que se le achaque a la URSS por su tratado previo con Alemania para el reparto de Polonia tras su invasión en septiembre de 1939.
Quedando exculpados los vencedores y sin cuestionar para nada los intereses capitalistas-imperialistas-colonialistas que defendían unos y otros, las causas capitalistas de fondo en ambas guerras (la “salida” burguesa al atolladero del capitalismo decadente y sus crisis), lo que en realidad se hace es repetir, sin imponerlo esta vez en un tratado y sus condiciones draconianas pero sí en la conciencia colectiva, lo que se sentenció contra la Alemania vencida en la Primera Guerra Mundial, en el Tratado de Versalles de junio de 1919:
“Los gobiernos aliados y asociados declaran, y Alemania reconoce, la responsabilidad de Alemania y sus aliados por haber causado todos los daños y perdidas a los que los gobiernos aliados y asociados se han visto sometidos como consecuencia de la guerra que les fue impuesta por la agresión de Alemania y sus aliados.” (artículo 231)
Los demás se lavan las manos. El capitalismo y la burguesía como clase (salvo casos muy concretos y aislados) ni siquiera necesitan ser declarados inocentes pues ni se llega a presentar cargos contra ellos. Simplemente están totalmente fuera de foco (“no viene a cuento”). Así que la burguesía y el capitalismo, como se dice coloquialmente “se ha ido de rositas”. Pero ella no utiliza la misma vara de medir cuando al comunismo o a la anarquía les acusa de esto, de lo otro y de lo de más allá, hasta inventarse lo que le da la gana.
En cuanto a la Primera Guerra Mundial, el relato viene a culpar a las monarquías, los imperios, la obcecación de los estados mayores en mantener la guerra de trincheras, etc., y se lamenta la matanza entre europeos de estados democráticos y capitalistas en nombre del mismo dios. Pero no hay una crítica al capitalismo-colonialismo-imperialismo y sus estados, y la lucha por un nuevo reparto del mundo al entrar el capitalismo en su decadencia, que es lo que en el fondo originó esa guerra.
Y la gente del pueblo, ignorante, se conforma con estas explicaciones, pues tampoco tiene interés en explorar en otra dirección, ya que desean olvidar, o tener un recuerdo que no les complique más la vida, mirar al presente y al futuro. Porque, como se suele decir “el muerto al hoyo, y el vivo al bollo”, aunque quizás más adelante le toque terminar igual de mal por no haber hecho el balance correcto, como ya les ocurrió a los que a los pocos años de sobrevivir a la I GM, perecieron en la II GM.
NOTA 4.- “La verdad os hará libres”, “la verdad es revolucionaria”. Pero la verdad no es evidente, no florece como las margaritas; conocer la realidad de verdad y a fondo significa traspasar la superficie de las cosas, el “sentido común”, las mentiras, la ocultación, los silencios, las mistificaciones más o menos sofisticadas (el saber académico burgués). Esto es una tarea exigente y aunque sería relativamente sencillo conocer unas herramientas básicas para manejarse bastante bien por el mundo, resulta más cómodo mamar de la televisión, de la prensa deportiva o del corazón. De la realidad tal cual es vivida, de las relaciones sociales en el imperio de la mercancía, del intercambio de valores “iguales” y del trabajo “libre”, emanan sobre todo los gases tóxicos y sedantes de la ideología burguesa y pequeñoburguesa, que también tiene su variante en la clase trabajadora (sindicalismo, esperanzas y fantasías políticas reformistas, confianza en la democracia burguesa, nacionalismo, patriotismo, patriarcado…). Tras las manifestaciones superficiales de la economía capitalista, de las burbujas que explotan, de las crisis financieras, etc., y de su shock psicológico y político, no es evidente su verdadera raíz en la explotación del trabajo para la producción de mercancías. Ni siquiera tras más de siglo y medio de lucha obrera es patrimonio de la clase trabajadora la comprensión (o profundización-superación) del mecanismo de la explotación en el trabajo mediante la extracción de la plusvalía, explicada hace 150 años por Marx (“¿Plusvalía? Ah…, el impuesto municipal del ayuntamiento cuando vendes o compras una vivienda”). En España la gente se queja de los recortes sociales y hasta lucha, pero no existe, ni en los alumnos de escuelas profesionales o universidades (los más habituados a estudiar e investigar, y que tienen una vida por delante que desean buena) la iniciativa elemental para conocer su origen y arsenal en la super-ley austericida LOEPSF (ley de estabilidad presupuestaria…), “psicópata de las tijeras”, y a su “padre” el tratado europeo TSCG (tratado de estabilidad o “Pacto Fiscal europeo…”), y se conforma con la denuncia ritual e impotente de su “madre”, la reforma del artículo 135 de la Constitución, condenándose así en España a una lucha aislada por sectores, sin perspectivas de unificación bajo un objetivo común y de unidad europea superando las fronteras (con la lucha de los franceses contra el TSCG) y dando así a la Unión Europea en un punto débil (leed mis textos al respecto). Pese a todo lo que se advierte sobre el Cambio Climático, etc., la gente apenas se interesa por profundizar ni moviliza porque se tomen medidas serias pero que no sean a su costa (precisamente relacionadas con la derogación de la LOEPSF y del TSCG, como he explicado muchas veces –nota A-). Se han pagado con millones de muertos, mutilados, heridos, destrucción de bienes materiales, etc., las guerras mundiales y otras y todavía no se ha aprendido la lección básica (parece fuese un conocimiento arcano, sólo para los ya iniciados) de que su raíz no es otra que el sistema capitalista, o dicho de manera que nos acerca más a nuestra experiencia cotidiana y a nuestra responsabilidad personal: el sistema asalariado del trabajo. Las experiencias más dramáticas, los mayores traumas, no empujan necesariamente a la investigación, la comprensión; puede que al contrario, a olvidar y autoengañarse. Cuanto peor, no es mejor. No por más leña, más se aprende. “Mejor no saber”, pues conocer la verdad puede exigirnos asumir responsabilidades, tareas y riegos que realmente no deseamos, aunque evadirnos sea peor, pues la realidad, finalmente, nos atrapará y cobrará por ello un precio muy superior pero, con un poco de suerte…, quizás lo paguen quienes nos sigan (“con que aguante mientras yo viva…”, “los que vengan detrás, que arreen”). Porque ¿en serio, se quiere ser libres? La libertad supone un grado muy alto de responsabilidad con la propia existencia en un mundo extremadamente complejo y con gigantescos problemas, así que mejor apenas pensar ni investigar y limitarse a votar cada 4 años y que otros se encarguen de resolverlos, que “para eso pagamos nuestros impuestos”. La falta de libertad también ofrece sus sucedáneos de satisfacción (aunque sea drogándose ideológica –social, política, religiosa- o químicamente…) e incluso casi siempre existe la posibilidad de participar en la cadena de dominación (sobre la esposa, los hijos, el perro…, los inmigrantes, las minorías étnicas, religiosas, los homosexuales…), siquiera sea a través de los prejuicios o la falta de respeto, y sentirse parte de la “grandeza” del propio país por encima de otros (deporte, ciencia, economía, poder militar…). La lucha por la libertad de verdad, y no digamos por la revolución (en realidad, si la libertad es verdadera, implica la revolución socialista-comunista), tiene su coste personal, que puede llegar a ser altísimo, aunque su conocimiento no conlleve necesariamente una actuación atolondrada y aventurera, sino, como en la guerra, la voluntad de triunfar con una sabia estrategia y táctica que minimice los costes y el sufrimiento.
Es también el individualismo (y la sumisión que impone con su aislamiento) lo que hace la cooperación para luchar más difícil de lo que objetivamente lo sería (logística de coordinación, etc.), porque ya Mayo del 68 (nota B) demostró cómo la clase trabajadora, casi actuando como una sola persona, puede paralizar un país moderno durante un mes. Más miedo se tiene ahora al desempleo y a la represión que a lo muchísimo peor que por nuestra pasividad y falta de cooperación para luchar pueda venir dentro de unos pocos años, pues asusta asumir toda esa responsabilidad, y superar el actual individualismo. Sólo se vive una vez, y por ello y pese a ello, nuestro sentido de la supervivencia nos puede engañar y llevar a desaprovechar esta oportunidad única por no querer arriesgarnos a perderla y por ello echarla a perder al aceptar su mayor degradación. ¿Es la liberación el valor supremo? ¿Cuántos de los seres humanos de Matrix querrían conocer la verdad, liberarse y llevar una vida de sinsabores (empezando por la comida), sacrificios y lucha en un mundo real devastado y subterráneo?. Es esta acomodación a la sumisión, este miedo a la libertad-responsabilidad, a la autoliberación, a superar el individualismo con la cooperación, lo que más se impuso y condicionó en la Europa que es democrática desde el final de la Segunda Guerra Mundial (por no contar la Gran Bretaña que no conoció nada similar al fascismo desde el siglo XIX), y no el trauma del terror desde el Estado y el temor a la represión patronal o estatal, pues tras 72 años y tres generaciones, y el Mayo del 68, no puede ser esa la explicación. Sí, todo puede acabar quebrando y empujar definitivamente a querer reconocer la verdad y asumir las propias responsabilidades… o no, y arrastrarnos todavía más en las miserias del sistema asalariado del trabajo (mejor llamar al capitalismo, salarismo) y de una vida deshumanizada, como tantas veces hemos visto, y quizás volvamos a ver (si así fuese, al menos ¡que aguante mientras yo viva…!).
Nota A.- Por ejemplo, en “Contra el Cambio Climático: deroguemos la austericida ley LOEPSF” (20-11-2015) —– http://kaosenlared.net/contra-el-cambio-climatico-deroguemos-la-austericida-ley-loepsf/ —– ““¡No es una estafa! Es una crisis (de civilización)” de Emilio Santiago Muiño. Comentarios” (14-10-2015), sección III —– http://kaosenlared.net/no-es-una-estafa-es-una-crisis-de-civilizacion-de-emilio-santiago-muino-comentarios/
Nota B.- No quiero decir que un Mayo del 68 sea posible en cualquier momento, sino que la mayor dificultad es de orden subjetivo, de disposición, actitud. Durante el franquismo fueron muchas las ocasiones en las que de un día para otro, como respuesta a algún crimen policial, se paralizaban las empresas, y no era porque existiese una gran organización sindical con una capacidad de convocatoria tan rápida y enorme disciplina, sino por la disposición y actitud de los trabajadores/as que los hacía actuar casi como una sola persona (no individuo aislado) pese a que sus protestas eran totalmente ilegales y no disponían de ninguna organización propia de defensa que fuese legal. Sobre Mayo del 68 os invito a leer mi estudio “El Mayo del 68 real, contado a la generación 15M y del precariado” (11-5-2016) — con versión PDF con imágenes, —- http://kaosenlared.net/el-mayo-del-68-real-contado-a-la-generacion-15m-y-del-precariado/ — Enlace directo a la versión pdf http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2016/05/Mayo-68-para-15M-en-PDF-a.pdf
PARA PROFUNDIZAR: algunos de mis artículos más relacionados con éste. CÓPIALO para ir accediendo con tiempo a los enlaces.
“Programa político. Más allá del electoral, de mínimos-máximos y de transición” (14-3-2017) – la crítica que ya hace un siglo necesitábamos — http://kaosenlared.net/programa-politico-mas-alla-del-electoral-de-minimos-maximos-y-de-transicion/
“La izquierda ante el colapso de la civilización industrial” de M. Casal. Debatiendo (18-2-2017) — libro debatiendo el de Manuel Casal Lodeiro e investigando por mi cuenta — http://kaosenlared.net/la-izquierda-ante-el-colapso-de-la-civilizacion-industrial-de-m-casal-debatiendo/ — ERRATAS: En la página 100 del documento en pdf, o punto 13 del capítulo XIX.- ¿QUÉ SÍ HACER?”, dice:“porque el pico del petróleo ya se habría alcanzado en 2015”, y debe decir: “porque el pico del petróleo ya se habría alcanzado en 2006”. Y un poco más adelante, donde dice: “la culpa al capitalismo (a la gente por su consumismo, etc.)”, debe decir: “la culpa al capitalismo (no a la gente por su consumismo, etc.)” — Para descargar directamente el documento completo en archivo PDF — http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2017/02/Colapso-libro-debatiendo-PDF.pdf
“Los sindicatos ocultan la raíz de nuestra situación” (22-12-2016) — leed primero la nota final de corrección errata — http://kaosenlared.net/los-sindicatos-ocultan-la-raiz-de-nuestra-situacion/
“Trabajadores inconscientes, industria 4.0 con desempleo, y envejecimiento” (12-7-2016) —– http://kaosenlared.net/trabajadores-inconscientes-industria-4-0-con-desempleo-y-envejecimiento/
RECOMIENDO:
Un sitio importante un “espacio de encuentro, de conocimiento, de análisis, de discusión, de producción y de divulgación.” Para hacer un estudio-balance de nuestro pasado, análisis y propuestas para el presente, y poder salir del pozo en el que nos encontramos. Publican una revista y editan libros digitales. La web de Debates. Teoría y praxis en esta dirección http://www.debates.teoriaypraxis.org/ — o http://www.debates.teoriaypraxis.org/index.php/es/
Libro “Crítica a los Programas de Mínima y de Máxima (Sobre la problemática del programa revolucionario)” de Raúl Novello y Aníbal Prado. Lo podéis encontrar en Debates. Teoría y praxis en esta dirección http://www.debates.teoriaypraxis.org/index.php/es/ —- Y el archivo pdf os lo podéis descargar directamente en https://drive.google.com/file/d/0BydHI1oNjF0kS21yVndZdmVndkE/view
Un mina donde encontrar materiales muy diversos y de gran valor, la BIBLIOTECA de INTER-COMUNISTAS de Inter-Comunistas Blog (antes Comunistas Internacionales; no es una organización, sino un grupo abierto de participación y debate) https://www.facebook.com/comunistasinternacionales
Aquí va el enlace de descarga para el archivo ZIP http://www.mediafire.com/download/bseur3id25j9loq/Intercomunistas+-+Biblioteca.zip
Y una actualización complementaria para archivos nuevos http://www.mediafire.com/file/ddfxyuc1co7d56o/Intercomunistas_actualizacion_%2824-03-17%29.zip
En la sección de Recomendados del documento pdf del libro “Capitalismo: modo de vida decadente. Notas sobre estrategia y táctica” (20-10-2016) [enlace al final], explico el contenido del primer zip y el modo de moverse en él.
Un texto poderoso, titulado “La política comunista y Podemos. Discusiones con un oportunista “de izquierda” y reflexiones adicionales” de Roi Ferreiro, publicado el 16 de octubre de 2015 en el blog de Inter-Comunistas Blog https://www.facebook.com/comunistasinternacionales (acceded al blog desde este enlace -o la dirección URL que en el navegador viene debajo de su nombre- y así Facebook no os pedirá que os registréis en esa red) y el texto os lo podéis descargar directamente en http://www.mediafire.com/download/3ptaa5gg5c5bxd2/RF_-_La_politica_comunista_y_Podemos_15-10-2015.pdf
También de Roi Ferreiro “¿Apoyar a la izquierda o romper con la izquierda? Síntesis de discusiones (2015)” en el mismo blog y acceso directo al pdf en http://www.mediafire.com/download/33ibsytnx4vt3b3/RF_-_Apoyar_o_romper_izquierda_2015.pdf
En el mismo blog, para un balance crítico imprescindible de las Marchas de la Dignidad os remito a “El 22M y más allá. Por la unidad de los trabajadores y trabajadoras europeos contra la legislación austericida”. Podéis descargaros el documento (segunda edición actualizada) http://www.mediafire.com/download/ngk12arzp1qdkdm/2CI_-_El_22M_y_mas_alla_2a_ed_%282015%29.pdf
Para acceder a mis artículos, informes y libros. Los artículos a partir de 2015, los podéis encontrar poniendo http://kaosenlared.net/author/aurora-despierta/ o escribiendo en Google: Aurora Despierta. Kaos en la red, y cogiendo la primera que aparece, o lo mismo poniendo “Aurora Despierta” site:kaosenlared.net . Te sugiero que la trates en tu navegador como Favorito o Marcador. Podrás acceder desde este artículo, si mi nombre está en azul, haciendo clic en él.
PARA NO TENER NINGUNA DUDA, disponer de la relación completa de mis documentos en Kaos en la red, hasta el 22-7-2016, con todos los enlaces actualizados y correctos, lo mejor, descárgate el PDF de “Capitalismo: modo de vida decadente. Notas sobre estrategia y táctica” (20-10-2016) – Libro, archivo PDF de 200 páginas — http://kaosenlared.net/capitalismo-modo-de-vida-decadente-notas-sobre-estrategia-y-tactica/ —- Ahí está un breve artículo de presentación y el enlace al archivo pdf. Para descargar directamente el archivo pdf — http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2016/10/Decad-capit-estra-tact-EN-PDF1.pdf —– Quienes queráis comentar y discutir este libro, lo podéis hacer a través del blog de Inter Comunistas (antes Comunistas Internacionales) del que he puesto arriba la dirección, en Facebook. Allí, donde está inserta la imagen de libro, en Ver más, se explica cómo hacerlo, a través del correo comunistas.internacionales.fb@gmail.com
AYUDANOS A COMPARTIR LO QUE MUCHOS MEDIOS ESCONDEN.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario