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Si quieres conocer a Amnistía Internacional aquí tienes un poco de “su medicina”
Ashley Smith
Por Insurgente
Han necesitado nada más y nada menos
que 5 años para reconocer a regañadientes lo que tantos medios
independientes y tantos académicos, activistas, analistas
internacionales y gobiernos implicados vienen señalando y denunciando
desde 2011 con el más absoluto de los silencios por parte de Occidente y
los grandes medios corporativos. ¿Por qué tanto tiempo? ¿Por qué esa
ceguera ante lo evidente?
Cuando “más vale tarde que nunca” no sirve ni para mierda…..
Después de 5 años de guerra imperialista contra Siria, Amnistía Internacional (AI) reconoce en un informe que en “Alepo, Idlib y zonas circundantes del norte de Siria” se están cometiendo “secuestros, tortura y ejecuciones sumarias” por parte de los “grupos armados” que allí “gobiernan”.
Después de 5 años de guerra imperialista contra Siria, Amnistía Internacional (AI) reconoce en un informe que en “Alepo, Idlib y zonas circundantes del norte de Siria” se están cometiendo “secuestros, tortura y ejecuciones sumarias” por parte de los “grupos armados” que allí “gobiernan”.
Han
necesitado nada más y nada menos que 5 años para reconocer a
regañadientes lo que tantos medios independientes y tantos académicos,
activistas, analistas internacionales y gobiernos implicados vienen
señalando y denunciando desde 2011 con el más absoluto de los silencios
por parte de Occidente y los grandes medios corporativos. ¿Por qué tanto
tiempo? ¿Por qué esa ceguera ante lo evidente? La respuesta nos la dio
hace tiempo uno de sus ex directivos más destacados, Francis Boyle,
quien acusó a AI de estar financiada y, por lo tanto, al servicio de la
política exterior de
EE.UU
.
y Reino Unido, así como de preocuparse más por el dinero y la
publicidad que por defender los Derechos Humanos. El sicario financiero y
golpista en la sombra
George Soros
también se encuentra entre uno de sus patrocinadores más destacados.
Francis Boyle, quien fue miembro del consejo de Amnistía Internacional USA en los años 80 y 90, informó a Covert Action Quarterly (19) que la organización llevaba ti empo siendo más entusiasta en la denuncia de violaciones de derechos humanos entre los objetivos del imperialismo estadounidense. Si, por el contrario, “se trata de violaciones de derechos humanos por parte de USA, Reino Unido o Israel, entonces denunciarlos costaba tanto como sacarles una muela. Quizá lo hicieran, pero a regañadientes y después de muchas batallas y presiones internas. No estaban estos países en la lista oficial de enemigos.” [1]
A pesar de este
raquítico reconocimiento de una realidad negada durante 5 años, en este
informe sólo se describen 24 casos de secuestro de activistas en Alepo e
Idlib entre los años 2012 y 2016. Esto quiere decir que para AI los
miles de ciudadanos sirios utilizados como escudos humanos por parte de
los grupos terroristas, como ocurre por ejemplo en Madaya [2], no son
considerados como secuestrados y víctimas de los terroristas, sino que
al parecer son sirios que están siendo “gobernados” por estos “grupos
armados”, y siguen culpando al “régimen de Al Assad” de su dramática
situación humanitaria.
Ni
que decir tiene que tampoco consideran como víctimas a los miles de
ciudadanos, soldados y funcionarios de la República Árabe Siria
torturados y asesinados durante los últimos 5 años por parte de estos
“grupos armados de la oposición” que ahora mencionan cínicamente en su
informe. Todo esto evidencia una torticera interpretación de los hechos
que ha servido durante estos años para lanzar frecuentes campañas
mediáticas contra el legítimo gobierno de Siria, apoyadas muchas veces,
por cierto, por amplios sectores de la sociedad y de la izquierda que
han hecho suya la bandera de las “primaveras árabes”, que no es sino el
último plan imperialista de EE.UU. que busca colocar en el poder a los Hermanos Musulmanes, “aliados” de EE.UU., en todo Oriente Medio y norte de África.
Cuando me hallaba en Libia, durante la agresión «occidental», tuve la oportunidad de consultar un informe de la inteligencia exterior. El informe decía que el 4 de febrero de 2011 la OTAN había organizado en El Cairo una reunión para iniciar la «primavera árabe» en Libia y Siria. Según el informe, John McCain había presidido la reunión. [3]
En su artículo sobre el
informe AI no pronuncia las palabras “terrorismo” ni “terroristas” para
referirse a los culpables de estos hechos que denuncia. Desde 2011 los
gobiernos, ONGs y la prensa occidental prefieren definirlos
como “rebeldes”, “oposición moderada”, “luchadores por la libertad”,
“grupos armados” y otros eufemismos para evitar llamarlos por su
verdadero nombre: terroristas y mercenarios sanguinarios financiados y
apoyados por EE.UU-OTAN y sus
regímenes aliados. Estos grupos armados de los que AI habla en el
informe, muy específicos y muy delimitados geográficamente, y que ahora
acusa de cometer “crímenes contra la humanidad” son los mismos
terroristas que esta organización lleva defendiendo desde el inicio de
la ficticia “revolución popular” de 2011 y definiendo como “rebeldes
sirios”.
AI
sigue manteniendo el mismo relato manipulado de los hechos y continúa
ejerciendo un papel imprescindible para seguir justificando la guerra de
invasión contra Siria bajo el argumento de la “ayuda humanitaria” y de
proteger a los civiles sirios del “régimen de Al Assad”, asumiendo como
propia la “doctrina Responsabilidad Para Proteger” (R2P), que se puede
definir como la versión “humanitaria” de la “doctrina Bush” o
guerra preventiva
que
instauró el genocida George W. Bush tras el 11 de Septiembre de 2001.
AI ejercen de facto como un agente de propaganda del Departamento de
Estado, tal y como lo definió el investigador Toni Cartalucci en uno de
sus artículos [
Amnesty International is US State Department Propaganda
].
Esta
organización pro-imperialista lleva 5 años mintiendo sobre Siria,
siguiendo la agenda imperialista de sus patrocinadores de la OTAN, como
hicieron por ejemplo de forma escandalosa con los ataques con gas sarín
en La Goutha en Damasco en el año 2013, cuando culparon de ello al
gobierno de Al Assad manipulando pruebas e imágenes que fueron
ampliamente difundidas en los grandes medios corporativos y las redes
sociales [4]. En otras muchas ocasiones repitieron este tipo de
maniobras apoyándose en fuentes tan “fiables” como el Observatorio Sirio
de Derechos Humanos o los llamados Cascos Blancos [5] que son
financiados principalmente por EE.UU.
y Reino Unido, entre otros muchos grupos y fundaciones vinculados a
gobiernos y grandes empresas occidentales. El historial de
manipulaciones de AI (así como el de otras famosas “organizaciones no
gubernamentales” como Médicos Sin Fronteras o Human Rights Wacth) es muy
amplio y está muy documentado [6].
Ni
siquiera cuando esta organización intenta parecer – aunque sea tarde y
mal – un poquito ecuánime e imparcial en su cobertura de los
hechos, puede disimular su sesgo favorable a las grandes corporaciones y
gobiernos occidentales que la patrocinan y que están financiando la
guerra terrorista y causando la muerte de miles de inocentes en Siria.
[5]
Who are the White Helmets?
,-
un informe muy completo que incluye enlaces y vídeos que nos muestran
quién son y a quién sirve esta organización “humanitaria” incrustada” en
el grupo terrorista Frente al Nusra. Publicado por la investigadora
Vanessa Beeley en 21st Century Wire (21/6/2016)
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