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Sociedad Teosófica versus Hermandad Hermética de Luxor Crónica de una disolución
La Entrada Secreta
“Uno de nuestros amigos más estimados en la búsqueda oculta,
somete la cuestión concerniente a la formación de “Logias” de la
Sociedad Teosófica, para que operen a fin de desarrollar el adaptado.
Durante el curso del movimiento teosófico se ha demostrado, no una vez,
sino una plétora de veces, la imposibilidad práctica de forzar este
proceso. Es duro contener la impaciencia natural de uno por descorrer el
velo del Templo. Obtener el conocimiento divino, adoptando el método
empleado en un examen clásico, saturándose de información, es lo ideal
para el principiante común y corriente en el estudio oculto. Cuando los
fundadores de la Sociedad Teosófica rechazaron fomentar tales esperanzas
falsas, esto condujo a la formación de fraternidades ficticias, como la
llamada Fraternidad de Luxor, las cuales especulan sobre la credulidad
humana. // En esta coyuntura y antes de concluir la carta de nuestro
amigo, la editora de la revista Lucifer
quiere informar a sus compañeros que jamás, ni en la forma más remota,
tuvo algún nexo con la llamada “Hermandad Hermética de Luxor”, y
cualquier información contraria es falsa y deshonesta” (1)
De esta manera Blavatsky se defendía de la ola rumores que señalaban a la Hermandad Hermética de Luxor -Logia oriental con rama norteamericana- de haber participado en la creación de la futura Sociedad Teosófica.
Por Débora Goldstern
Para comprender el porque de esta “negativa”, debemos remontar la pesquisa a los primeros años de Blavastky, precisamente en Egipto, país que la acogió después de su huida de Rusia, y al que sólo retornaría diez años más tarde.
En las Biografías consultadas, Blavastky se muestra esquiva en cuanto a su estadía en la región de las pirámides, una actitud que repetiría en lo referente a su estancia en el Tíbet, relato del que siempre se dudaría en cuanto a su veracidad.
Por lo pronto sabemos que en Egipto, se relacionó con un musulmán de origen copto o caldeo, llamado Paulus Metamón. Para algunos era una mago y ocultista de renombre, para otros un taumaturgo y prestidigitador de talento. No hay duda que Metamón influyó en la formación esotérica de Helena ya que “… se cuenta que durante sus primeras peregrinaciones en el Levante ambos habrían penetrado en alguno de los monasterios del Monte Athos -Grecia-, y que en sus bibliotecas accedieron a la teoría alejandrina del Logos…”. (Palabra divina y ley fundamental de la naturaleza).
Su ascendencia en su discípula fue tal que muchos atribuyen a este copto el haberla puesto en contacto con las misteriosas Estancias de Dzyan, piedra angular de la Doctrina Secreta, y cuya historia reservamos para después.
¿Pertenecía Metamón a la Hermandad Hermética de Luxor?. Sólo vagas referencias, aunque escritos de la Logia, no niegan ni afirman su afiliación a la misma. “… Una tradición paralela que atraviesa corriendo el décimo octavo siglo Fratres Lucis y Hermanos Asiáticos en una mano, y el Rito de Cagliostro Francmasonería (andrógina) sobre el otro. Este fusible con tradiciones primordiales egipcias durante las conquistas napoleónicas en Egipto, pasó a Metamón, Max Théon, Eliphas Levi, P.B. Randholp, Peter Davidson y otras lumbreras del diecinueve siglo…”
¿Pero cuál es el origen de la Hermetic Brotherhood of Luxor -Hermandad Hermética de Luxor-?. Responder este interrogante supone hacer un recorrido hasta los primeros decenios del Siglo XVII, época en que la tranquilidad europea es alterada por unos misteriosos anuncios que tienen su epicentro en Francia. “Nos, disputados del Colegio principal de la Rosacruz, estamos haciendo una estancia visible en invisible en esta ciudad por la gracia del Altísimo, hacia el cual se vuelve el corazón de los Justos a fin de sacar a los hombres, nuestros semejantes, del error de la muerte”. Es la simiente del enigmático conde Christian Rosencreutz -1378-1484-, cuya sepultura no fue descubierta hasta ciento veinte años después de su muerte, tal como él mismo había anunciado. El movimiento Rosacruz es la rama principal de la cual se desprenden las posteriores sociedades esotéricas que llegan hasta nuestros días, y es aquí donde se debe asentar la idea del oriente místico que cobija en sus senos a hombres iluminados “que pueden hablar cualquier lengua, que saben sondear el alma de cualquiera y que solamente se revelan a aquellos que buscan la iluminación superior”. (2)
Sin abandonar esta línea tomemos a la figura de Cagliostro, un personaje polémico nacido de esta escuela, y cuyo hilo conductor lleva hasta las entrañas de la Hermandad de Luxor.
Giuseppe Bálsamo Alexandro, conde de Cagliostro (1743-1795), fue una aventurero italiano, que obtuvo fama como médico, mago y alquimista. Se cree que a la edad de 24 años se inició en la Masonería en la ciudad de Londres. En 1784 crea la Logia Madre del Rito Egipcio, adoptando el título de Gran Copto, y redactando el Ritual de Masonería Egipcia. “No hay más que un ser Supremo, un solo Dios Eterno. El es el Uno, al que debemos amar y servir. Todos los seres, ya sean espirituales o inmortales, son sus criados, sus vasallos, sus servidores, sus inferiores”. No hay duda que Cagliostro tuvo una gran ascendencia y dejo una huella importante en sus contemporáneos. Perseguido por la Inquisición, terminó sus días encarcelado, y ante un intento de fuga se le dio muerte por estrangulamiento.
No se encuentra una fecha precisa sobre el comienzo de la Hermandad Hermética de Luxor. (H.HL). Si nos dejáramos llevar por rumores de genealogía, deberíamos buscar sus inicios en los tiempos del faraón Tutmosis III, pero eso nos lleva demasiado atrás en el tiempo… Siendo más terrenos podemos especular que su trayectoria se vincula con la aparición del movimiento rosacruciano. En los pocos escritos que se encuentran sobre el tema, se señala que esta Orden tuvo una influencia considerable en todo el entorno del ocultismo Occidental, y que además enseñaba la verdadera Tradición del Misterio. La H.H.L. practicaba una enseñanza privada o Círculo Interno, sólo reservada para los miembros más entrenados, y otra pública o Círculo Externo dirigido a futuros discípulos. La Orden fue precursora en cuanto a instruir a sus afiliados por correspondencia.
Su plan de estudios incluyó un número de selecciones de las escrituras de Hargrave Jennings y Pascal Beverly Randolph. Jennings era un eminente rosacruz de origen europeo, quién escribió “Rosacruces. Sus Ritos y Misterios”.
En cambio Randolph (1825-1875), fue una figura enigmática y fascinante. Tuvo una participación activa en la causa Abolicionista de EE.UU, siendo distinguido por el propio Abraham Lincoln. Fue un entusiasta espiritista y un viajero que se interesó por los países orientales. Por esa época toma contacto con el concepto rosacruciano que derivaron más tarde en la creación de su propia Orden: La Hermandad de Eulis (1860). Sus trabajos más importantes, Misterios de Eulis (1874) y el Misterio de Anseiratica (1874), tuvieron un fuerte impacto, y se le debe a Randolph ser uno de los primeros que basó sus investigaciones en las prácticas tántricas: “el sexo es la principal fuerza dinámica de la naturaleza; todas las fuerzas emanan de la femeneidad de Dios, y cuando se produce una unión carnal, esas potencias -en su máxima expansión- devienen operaciones mágicas. Por la unión carnal se apunta a la unión de las almas, y mediante ésta a la unión con Dios”
En 1870 la Hermandad de Luxor funda el Círculo Exterior en Londres al mando de Peter Davidson -Jefe de la Orden-, Max Théon como Gran Maestro y Thomas Burgoyne como secretario. Davidson (1837-1915), era considerado “como un alto iniciado escocés y mago druida, último eslabón de la tradición Celta Legítima” y según Papus (Philippe Ecausse), “uno de los más notables entre los adeptos occidentales”.
Dos obras han sido dadas a conocer, escritas por miembros de la Orden: Luz de Egipto, que versaba sobre Alquimia, Talismanes y Magia Ceremonial (atribuido a Burgoyne, sobre una idea de Théon) y Ghostland, donde se deja traslucir la idea “de que la introducción en la vida real no depende de demandas reiteradas o de investigaciones de la erudición profana, sino que es el resultado de una predestinación”
MAX THÉON: EL MAESTRO DESCONOCIDO
Reservamos este apartado porque entendemos que es la clave que conecta a la Hermandad Hermética de Luxor con la Sociedad Teosófica, relación efímera, pero no por eso menos valiosa. Aunque como se verá en este desarrollo, las diferencias aumentaron y provocaron el final de la unión. Veamos.
Louis Maximiliam Bimstein, alias Max Théon (1847-1927), fue uno de los ocultistas más notables y desconocidos de su tiempo. Sus registros biográficos son vagos. Los pocos datos lo señalan como nacido en Varsovia -Polonia- de ascendencia judía, información última, que casi nunca revelaba. Desde muy joven viajó por Oriente y Europa, y habría sido en la India donde comenzó su verdadera iniciación. Allí habría aprendido el sánscrito y estudiado los Vedas, siendo esta etapa importante en su formación posterior.
Sin embargo sería en Egipto donde Théon adquiría sus contactos más notables, no sólo con la Hermandad Hermética de Luxor, sino con Metamón y por añadidura con la Blavatsky que por aquella época experimentaba con fenómenos espiritistas. “H.P.B realizó un ensayo de Sociedad Espiritista, o cosa así, en El Cairo, basándose en los fenómenos de ésta índole // “La tal Sociedad resultó un fracaso lamentable que la cubrió de ridículo, porque carecía de los colaboradores apetecidos. Sin embargo produjo fenómenos mágicos extraordinarios con la ayuda del ya dicho maestro copto y de otro “adepto” que he conocido más tarde”, y no hay duda en nuestra mente que este misterioso adepto no era otro que Théon. Aunque no ha podido ser confirmado y debido a la negativa de Blavatsky de reconocer esta influencia, se cree que Théon fue quién verdaderamente la inició en la Cábala, además de educarla en las cuestiones orientales, que más tarde harían escuela en la ST.
“He sido enviada de París a América a fin de verificar los fenómenos y su realidad y de mostrar la decepción de la teoría espiritualista”. Con esta frase Blavatsky sintetizaba la ruptura con un movimiento que en sus principios había apoyado pero del cual ahora renegaba, pero el cambio no era fruto de la casualidad, sino que respondía a intereses inspiradores provenientes de la Hermandad Hermética de Luxor. René Guenón sostenía que “esta sociedad, aunque había desempeñado un papel importante en la producción de los primeros fenómenos de espiritualismo en América, es formalmente opuesta a las teorías espiritistas, ya que enseña que estos fenómenos se deben, no a los espíritus de los muertos, sino a ciertas fuerzas dirigidas por hombres vivos”
La irrupción del espiritismo en Norteamérica se produjo en 1847. En una casa del condado de Hydesville -New York- una familia de origen alemán, apellidada Fox, fue perturbada por extraños sucesos paranormales que alteraron la paz del hogar. La historia de la casa encantada fue la comidilla de la época y la polémica generada por estos acontecimientos aún se discute en nuestros días. No vamos analizar aquí el espiritismo que por otra parte necesita de en estudio de mayor consistencia que preferimos dejar para otra ocasión, si interesa a nuestra meta, saber que uno de los primeros en registrar por escrito estos fenómenos fue Emma Hardinge-Britten, miembro de la Hermandad Hermética de Luxor y uno de los 16 integrantes que participaron en la fundación de la Sociedad Teosófica.
El espiritismo no fue el único ejemplo adoptado por los teosofistas. La modalidad reencarnacionista resultó otro concepto calcado de las ideas de la Hermandad Hermética de Luxor, quienes sostenían “… que aquellos que han llevado una vida noble y digna de un rey (aunque sea en el cuerpo de un mendigo), en su última existencia terrestre, revivirán como nobles, reyes, u otros personajes de alto rango…”// “…Todos los pretendidos despertares de recuerdos latentes, por los que algunas personas aseguran acordarse de sus existencias pasadas, pueden explicarse, e incluso no pueden no explicarse, más que por las simples leyes de la afinidad y de la forma…”.
Así interpretada la teoría reencarnacionista se aleja bastante de las formulaciones esgrimidas con posteridad por otros Movimientos, lo que no evita que la H.H. de Luxor admita la reencarnación tradicional en algunos casos excepcionales, como el de los niños nacidos muertos o muertos de corta edad y el de los idiotas de nacimiento”. Claro que la Sociedad Teosófica introduciría cierta variaciones al asunto pero sin apartarse de la “idea original”.
Pero la Hermandad Hermética de Luxor fue un gran espejo de “ideas inagotables” para la Teosofía, que a semejanza de ésta buscó establecer una suerte de distinción externa e interna, o grados inferiores y superiores que sirviera como escalón para diferenciar a sus miembros. El Coronel Olcott una de las personas que mayor intimidad llegó a establecer con la enigmática Blavatsky arroja luz sobre este hecho: “…La Sociedad Teosófica partió de la falsa idea que la confraternidad que establecía podía sostenerse por la admiración mutua en provecho de los periódicos; pero pronto hubo de caer en el desorden. No había en ellas grados ni categorías, sino que todos eran iguales. La mayor parte de sus miembros parecían venidos más para enseñar que para aprender, y no se recataban en lanzar a los cuatro vientos sus opiniones. Por ellos los verdaderos teósofos hubieron de ver bien pronto que convenía establecer diferentes grados y constituir la institución en Sociedad Secreta…”
La ascendencia de la Hermandad de Hermética de Luxor fue tan grande en la formación de la incipiente Sociedad Teosófica que ni todos los silencios y mutismo que se levantan sobre esta etapa impiden que reconozcamos los lazos que unieron a estas dos Fraternidades. “Cuando a principios de 1875 tenía – dice Olcott- corregidas las pruebas de la circular relativa a la Spiritual Scientist, revista espiritualista, a la que los maestros nos habían ordenado que ayudásemos, pregunté a H.P. B., a la sazón ausente, si debiera yo firmarla o dejarla anónima. Ella me respondió, por carta, que los Maestros deseaban que se firmase por mí con la antefirma de “Por el Comité de los Siete, de la Fraternidad de Luxor”, como fue hecho. H.P.B. me explicó más tarde que nuestro trabajo y multitud del mismo género estaba inspeccionado por un comité de siete adeptos del grupo egipcio de la Fraternidad Mística Universal”.
Explicada la asociación entre las dos Fraternidades, queda por dilucidar porque Blavastky negó tal conexión hasta el final de sus días. Una hipótesis acerca del asunto, sobrevuela el pensamiento. ¿Será acaso que el causante de la negación Teosófica tuvo como principal motivo el giro que la Hermandad Hermética de Luxor imprimió a su enseñanza, inclinándose cada vez más por el ocultismo práctico matizado con sexo tántrico?. El temprano alejamiento de Blavatsky, más tarde continuado por Theón y Davidson, tal vez sea la confirmación de este supuesto, que además explica el posterior rumbo que tomó la Sociedad Teosófica en cuanto a no revelar enseñanzas que ayudaran a sus miembros a ejercitar estos poderes latentes, entregando tan sólo para el estudio viejas recetas de libros antiguos adornadas de complejas teorías, muy difíciles de probar. Como se ve, la Sociedad Teosófica intentó por todos los medios alejar del camino a la pista que condujera hacia estas prácticas condenatorias, y que la Hermandad Hermética de Luxor, no se privó de utilizar.
De esta manera Blavatsky se defendía de la ola rumores que señalaban a la Hermandad Hermética de Luxor -Logia oriental con rama norteamericana- de haber participado en la creación de la futura Sociedad Teosófica.
Por Débora Goldstern
Para comprender el porque de esta “negativa”, debemos remontar la pesquisa a los primeros años de Blavastky, precisamente en Egipto, país que la acogió después de su huida de Rusia, y al que sólo retornaría diez años más tarde.
En las Biografías consultadas, Blavastky se muestra esquiva en cuanto a su estadía en la región de las pirámides, una actitud que repetiría en lo referente a su estancia en el Tíbet, relato del que siempre se dudaría en cuanto a su veracidad.
Por lo pronto sabemos que en Egipto, se relacionó con un musulmán de origen copto o caldeo, llamado Paulus Metamón. Para algunos era una mago y ocultista de renombre, para otros un taumaturgo y prestidigitador de talento. No hay duda que Metamón influyó en la formación esotérica de Helena ya que “… se cuenta que durante sus primeras peregrinaciones en el Levante ambos habrían penetrado en alguno de los monasterios del Monte Athos -Grecia-, y que en sus bibliotecas accedieron a la teoría alejandrina del Logos…”. (Palabra divina y ley fundamental de la naturaleza).
Su ascendencia en su discípula fue tal que muchos atribuyen a este copto el haberla puesto en contacto con las misteriosas Estancias de Dzyan, piedra angular de la Doctrina Secreta, y cuya historia reservamos para después.
¿Pertenecía Metamón a la Hermandad Hermética de Luxor?. Sólo vagas referencias, aunque escritos de la Logia, no niegan ni afirman su afiliación a la misma. “… Una tradición paralela que atraviesa corriendo el décimo octavo siglo Fratres Lucis y Hermanos Asiáticos en una mano, y el Rito de Cagliostro Francmasonería (andrógina) sobre el otro. Este fusible con tradiciones primordiales egipcias durante las conquistas napoleónicas en Egipto, pasó a Metamón, Max Théon, Eliphas Levi, P.B. Randholp, Peter Davidson y otras lumbreras del diecinueve siglo…”
¿Pero cuál es el origen de la Hermetic Brotherhood of Luxor -Hermandad Hermética de Luxor-?. Responder este interrogante supone hacer un recorrido hasta los primeros decenios del Siglo XVII, época en que la tranquilidad europea es alterada por unos misteriosos anuncios que tienen su epicentro en Francia. “Nos, disputados del Colegio principal de la Rosacruz, estamos haciendo una estancia visible en invisible en esta ciudad por la gracia del Altísimo, hacia el cual se vuelve el corazón de los Justos a fin de sacar a los hombres, nuestros semejantes, del error de la muerte”. Es la simiente del enigmático conde Christian Rosencreutz -1378-1484-, cuya sepultura no fue descubierta hasta ciento veinte años después de su muerte, tal como él mismo había anunciado. El movimiento Rosacruz es la rama principal de la cual se desprenden las posteriores sociedades esotéricas que llegan hasta nuestros días, y es aquí donde se debe asentar la idea del oriente místico que cobija en sus senos a hombres iluminados “que pueden hablar cualquier lengua, que saben sondear el alma de cualquiera y que solamente se revelan a aquellos que buscan la iluminación superior”. (2)
Sin abandonar esta línea tomemos a la figura de Cagliostro, un personaje polémico nacido de esta escuela, y cuyo hilo conductor lleva hasta las entrañas de la Hermandad de Luxor.
Giuseppe Bálsamo Alexandro, conde de Cagliostro (1743-1795), fue una aventurero italiano, que obtuvo fama como médico, mago y alquimista. Se cree que a la edad de 24 años se inició en la Masonería en la ciudad de Londres. En 1784 crea la Logia Madre del Rito Egipcio, adoptando el título de Gran Copto, y redactando el Ritual de Masonería Egipcia. “No hay más que un ser Supremo, un solo Dios Eterno. El es el Uno, al que debemos amar y servir. Todos los seres, ya sean espirituales o inmortales, son sus criados, sus vasallos, sus servidores, sus inferiores”. No hay duda que Cagliostro tuvo una gran ascendencia y dejo una huella importante en sus contemporáneos. Perseguido por la Inquisición, terminó sus días encarcelado, y ante un intento de fuga se le dio muerte por estrangulamiento.
No se encuentra una fecha precisa sobre el comienzo de la Hermandad Hermética de Luxor. (H.HL). Si nos dejáramos llevar por rumores de genealogía, deberíamos buscar sus inicios en los tiempos del faraón Tutmosis III, pero eso nos lleva demasiado atrás en el tiempo… Siendo más terrenos podemos especular que su trayectoria se vincula con la aparición del movimiento rosacruciano. En los pocos escritos que se encuentran sobre el tema, se señala que esta Orden tuvo una influencia considerable en todo el entorno del ocultismo Occidental, y que además enseñaba la verdadera Tradición del Misterio. La H.H.L. practicaba una enseñanza privada o Círculo Interno, sólo reservada para los miembros más entrenados, y otra pública o Círculo Externo dirigido a futuros discípulos. La Orden fue precursora en cuanto a instruir a sus afiliados por correspondencia.
Su plan de estudios incluyó un número de selecciones de las escrituras de Hargrave Jennings y Pascal Beverly Randolph. Jennings era un eminente rosacruz de origen europeo, quién escribió “Rosacruces. Sus Ritos y Misterios”.
En cambio Randolph (1825-1875), fue una figura enigmática y fascinante. Tuvo una participación activa en la causa Abolicionista de EE.UU, siendo distinguido por el propio Abraham Lincoln. Fue un entusiasta espiritista y un viajero que se interesó por los países orientales. Por esa época toma contacto con el concepto rosacruciano que derivaron más tarde en la creación de su propia Orden: La Hermandad de Eulis (1860). Sus trabajos más importantes, Misterios de Eulis (1874) y el Misterio de Anseiratica (1874), tuvieron un fuerte impacto, y se le debe a Randolph ser uno de los primeros que basó sus investigaciones en las prácticas tántricas: “el sexo es la principal fuerza dinámica de la naturaleza; todas las fuerzas emanan de la femeneidad de Dios, y cuando se produce una unión carnal, esas potencias -en su máxima expansión- devienen operaciones mágicas. Por la unión carnal se apunta a la unión de las almas, y mediante ésta a la unión con Dios”
En 1870 la Hermandad de Luxor funda el Círculo Exterior en Londres al mando de Peter Davidson -Jefe de la Orden-, Max Théon como Gran Maestro y Thomas Burgoyne como secretario. Davidson (1837-1915), era considerado “como un alto iniciado escocés y mago druida, último eslabón de la tradición Celta Legítima” y según Papus (Philippe Ecausse), “uno de los más notables entre los adeptos occidentales”.
Dos obras han sido dadas a conocer, escritas por miembros de la Orden: Luz de Egipto, que versaba sobre Alquimia, Talismanes y Magia Ceremonial (atribuido a Burgoyne, sobre una idea de Théon) y Ghostland, donde se deja traslucir la idea “de que la introducción en la vida real no depende de demandas reiteradas o de investigaciones de la erudición profana, sino que es el resultado de una predestinación”
MAX THÉON: EL MAESTRO DESCONOCIDO
Reservamos este apartado porque entendemos que es la clave que conecta a la Hermandad Hermética de Luxor con la Sociedad Teosófica, relación efímera, pero no por eso menos valiosa. Aunque como se verá en este desarrollo, las diferencias aumentaron y provocaron el final de la unión. Veamos.
Louis Maximiliam Bimstein, alias Max Théon (1847-1927), fue uno de los ocultistas más notables y desconocidos de su tiempo. Sus registros biográficos son vagos. Los pocos datos lo señalan como nacido en Varsovia -Polonia- de ascendencia judía, información última, que casi nunca revelaba. Desde muy joven viajó por Oriente y Europa, y habría sido en la India donde comenzó su verdadera iniciación. Allí habría aprendido el sánscrito y estudiado los Vedas, siendo esta etapa importante en su formación posterior.
Sin embargo sería en Egipto donde Théon adquiría sus contactos más notables, no sólo con la Hermandad Hermética de Luxor, sino con Metamón y por añadidura con la Blavatsky que por aquella época experimentaba con fenómenos espiritistas. “H.P.B realizó un ensayo de Sociedad Espiritista, o cosa así, en El Cairo, basándose en los fenómenos de ésta índole // “La tal Sociedad resultó un fracaso lamentable que la cubrió de ridículo, porque carecía de los colaboradores apetecidos. Sin embargo produjo fenómenos mágicos extraordinarios con la ayuda del ya dicho maestro copto y de otro “adepto” que he conocido más tarde”, y no hay duda en nuestra mente que este misterioso adepto no era otro que Théon. Aunque no ha podido ser confirmado y debido a la negativa de Blavatsky de reconocer esta influencia, se cree que Théon fue quién verdaderamente la inició en la Cábala, además de educarla en las cuestiones orientales, que más tarde harían escuela en la ST.
“He sido enviada de París a América a fin de verificar los fenómenos y su realidad y de mostrar la decepción de la teoría espiritualista”. Con esta frase Blavatsky sintetizaba la ruptura con un movimiento que en sus principios había apoyado pero del cual ahora renegaba, pero el cambio no era fruto de la casualidad, sino que respondía a intereses inspiradores provenientes de la Hermandad Hermética de Luxor. René Guenón sostenía que “esta sociedad, aunque había desempeñado un papel importante en la producción de los primeros fenómenos de espiritualismo en América, es formalmente opuesta a las teorías espiritistas, ya que enseña que estos fenómenos se deben, no a los espíritus de los muertos, sino a ciertas fuerzas dirigidas por hombres vivos”
La irrupción del espiritismo en Norteamérica se produjo en 1847. En una casa del condado de Hydesville -New York- una familia de origen alemán, apellidada Fox, fue perturbada por extraños sucesos paranormales que alteraron la paz del hogar. La historia de la casa encantada fue la comidilla de la época y la polémica generada por estos acontecimientos aún se discute en nuestros días. No vamos analizar aquí el espiritismo que por otra parte necesita de en estudio de mayor consistencia que preferimos dejar para otra ocasión, si interesa a nuestra meta, saber que uno de los primeros en registrar por escrito estos fenómenos fue Emma Hardinge-Britten, miembro de la Hermandad Hermética de Luxor y uno de los 16 integrantes que participaron en la fundación de la Sociedad Teosófica.
El espiritismo no fue el único ejemplo adoptado por los teosofistas. La modalidad reencarnacionista resultó otro concepto calcado de las ideas de la Hermandad Hermética de Luxor, quienes sostenían “… que aquellos que han llevado una vida noble y digna de un rey (aunque sea en el cuerpo de un mendigo), en su última existencia terrestre, revivirán como nobles, reyes, u otros personajes de alto rango…”// “…Todos los pretendidos despertares de recuerdos latentes, por los que algunas personas aseguran acordarse de sus existencias pasadas, pueden explicarse, e incluso no pueden no explicarse, más que por las simples leyes de la afinidad y de la forma…”.
Así interpretada la teoría reencarnacionista se aleja bastante de las formulaciones esgrimidas con posteridad por otros Movimientos, lo que no evita que la H.H. de Luxor admita la reencarnación tradicional en algunos casos excepcionales, como el de los niños nacidos muertos o muertos de corta edad y el de los idiotas de nacimiento”. Claro que la Sociedad Teosófica introduciría cierta variaciones al asunto pero sin apartarse de la “idea original”.
Pero la Hermandad Hermética de Luxor fue un gran espejo de “ideas inagotables” para la Teosofía, que a semejanza de ésta buscó establecer una suerte de distinción externa e interna, o grados inferiores y superiores que sirviera como escalón para diferenciar a sus miembros. El Coronel Olcott una de las personas que mayor intimidad llegó a establecer con la enigmática Blavatsky arroja luz sobre este hecho: “…La Sociedad Teosófica partió de la falsa idea que la confraternidad que establecía podía sostenerse por la admiración mutua en provecho de los periódicos; pero pronto hubo de caer en el desorden. No había en ellas grados ni categorías, sino que todos eran iguales. La mayor parte de sus miembros parecían venidos más para enseñar que para aprender, y no se recataban en lanzar a los cuatro vientos sus opiniones. Por ellos los verdaderos teósofos hubieron de ver bien pronto que convenía establecer diferentes grados y constituir la institución en Sociedad Secreta…”
La ascendencia de la Hermandad de Hermética de Luxor fue tan grande en la formación de la incipiente Sociedad Teosófica que ni todos los silencios y mutismo que se levantan sobre esta etapa impiden que reconozcamos los lazos que unieron a estas dos Fraternidades. “Cuando a principios de 1875 tenía – dice Olcott- corregidas las pruebas de la circular relativa a la Spiritual Scientist, revista espiritualista, a la que los maestros nos habían ordenado que ayudásemos, pregunté a H.P. B., a la sazón ausente, si debiera yo firmarla o dejarla anónima. Ella me respondió, por carta, que los Maestros deseaban que se firmase por mí con la antefirma de “Por el Comité de los Siete, de la Fraternidad de Luxor”, como fue hecho. H.P.B. me explicó más tarde que nuestro trabajo y multitud del mismo género estaba inspeccionado por un comité de siete adeptos del grupo egipcio de la Fraternidad Mística Universal”.
Explicada la asociación entre las dos Fraternidades, queda por dilucidar porque Blavastky negó tal conexión hasta el final de sus días. Una hipótesis acerca del asunto, sobrevuela el pensamiento. ¿Será acaso que el causante de la negación Teosófica tuvo como principal motivo el giro que la Hermandad Hermética de Luxor imprimió a su enseñanza, inclinándose cada vez más por el ocultismo práctico matizado con sexo tántrico?. El temprano alejamiento de Blavatsky, más tarde continuado por Theón y Davidson, tal vez sea la confirmación de este supuesto, que además explica el posterior rumbo que tomó la Sociedad Teosófica en cuanto a no revelar enseñanzas que ayudaran a sus miembros a ejercitar estos poderes latentes, entregando tan sólo para el estudio viejas recetas de libros antiguos adornadas de complejas teorías, muy difíciles de probar. Como se ve, la Sociedad Teosófica intentó por todos los medios alejar del camino a la pista que condujera hacia estas prácticas condenatorias, y que la Hermandad Hermética de Luxor, no se privó de utilizar.
Notas
- Véase Logias de Magia, un artículo que sobre el tema trata la propia Blavatsky.
- Véase por Jean Pierre Bayard, La meta secreta de los Rosacruces.
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