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19 mil millones en lujos para Peña, pero reduce el gasto en salud pública
Autor:
Álvaro Cepeda Neri *
I. En su cargo presidencial, Peña, sus
familiares, amigos y empleados de Los Pinos, han gastado 19 mil millones
de pesos en cinco años; que para el final del corrupto sexenio pueden
ser 20 mil millones de pesos. Pues quien ha implantado el peor de los
gobiernos federales con toda clase de corrupciones, se da vida de
monarca. Y todavía exige que los mexicanos reconozcamos sus “logros”,
desde que, con trampas y fraudes, se robó las elecciones del 2012. Y
quiere imponer como sucesor a Mid, siguiendo las instrucciones
de su alter ego Videgaray. Pero volviendo al gasto presidencial, éste
debe tener fugas de corrupción puesto que no rinde cuentas de él;
dándonos las reporteras Laura Carrillo y Belén Rodríguez, información de
cómo Peña dilapidó esos 19 mil millones de pesos para comer como rey,
viajar como millonario, tener una mansión, gasolina, juegos de golf y
viajes suyos y de toda su familia, etcétera; gastando como un dictador,
más de lo que le aprobaron servilmente sus diputados. Para ser la más
costosa de las últimas cinco presidencias.
II. ¿A dónde quedaron tantos millones? Obviamente la corrupción “cuenta y cuenta mucho” y cuesta demasiado al pueblo. Peña ordena pagar a los acarreados a sus reuniones públicas. Le gusta que lo lleven a varios países acompañado de su esposa luciendo ropa al estilo de la cónyuge de Trump; mostrando una espantosa corrupción. No hay presidencia que no sea corrupta; pero desde el corrupto alemanismo, la peñista ha rebasado a todas gastando 4 mil millones de pesos anuales, en un país tan empobrecido como el nuestro… y de los que no dará explicación. Por lo que el peñismo debería ser esculcado ya que salvo prueba en contrario, hay millonaria corrupción. Pero eso sí, Peña se desvive en demandar que los mexicanos reconozcan los supuestos avances de su mal gobierno y en reclamar aplausos para los militares, a quienes ha dedicado la ley de seguridad interior (que la Corte aprobará con superficiales modificaciones).
III. Mientras tanto, se agudiza el empobrecimiento de 55 millones de connacionales que no tienen asistencia médica en el IMSS o el ISSSTE, y que recurren a los escasos centros de salud que no se dan abasto para atender a esos millones de enfermos; y los que desde 2012 han dejado de recibir más del 5 por ciento de sus recursos. Por lo que los enfermos no reciben atención médica ni medicinas. Según un estudio, la “disminución del presupuesto en salud pública podría, dependiendo del nivel de ingresos, incrementar el gasto del bolsillo de los individuos… la reducción de recursos disponibles para atención a la salud también puede impactar al número de usuarios de las instituciones públicas” (Juan Carlos Miranda, La Jornada, 11 de febrero de 2018). Y la especialista en salud Judith Senyacen Méndez asegura que entre 2014 al 2016 “el número de usuarios de las instituciones y programas de salud, se redujo en 5.6 millones de personas”; quienes debieron soportar sus enfermedades, recurrir a la automedicación o comprar medicamentos genéricos. Es una gravísima falta del peñismo reducir el gasto en salud, mientras él se da vida de jeque árabe; por supuesto, con el dinero de los mexicanos.
Lunes, 19 de Febrero 2018
II. ¿A dónde quedaron tantos millones? Obviamente la corrupción “cuenta y cuenta mucho” y cuesta demasiado al pueblo. Peña ordena pagar a los acarreados a sus reuniones públicas. Le gusta que lo lleven a varios países acompañado de su esposa luciendo ropa al estilo de la cónyuge de Trump; mostrando una espantosa corrupción. No hay presidencia que no sea corrupta; pero desde el corrupto alemanismo, la peñista ha rebasado a todas gastando 4 mil millones de pesos anuales, en un país tan empobrecido como el nuestro… y de los que no dará explicación. Por lo que el peñismo debería ser esculcado ya que salvo prueba en contrario, hay millonaria corrupción. Pero eso sí, Peña se desvive en demandar que los mexicanos reconozcan los supuestos avances de su mal gobierno y en reclamar aplausos para los militares, a quienes ha dedicado la ley de seguridad interior (que la Corte aprobará con superficiales modificaciones).
III. Mientras tanto, se agudiza el empobrecimiento de 55 millones de connacionales que no tienen asistencia médica en el IMSS o el ISSSTE, y que recurren a los escasos centros de salud que no se dan abasto para atender a esos millones de enfermos; y los que desde 2012 han dejado de recibir más del 5 por ciento de sus recursos. Por lo que los enfermos no reciben atención médica ni medicinas. Según un estudio, la “disminución del presupuesto en salud pública podría, dependiendo del nivel de ingresos, incrementar el gasto del bolsillo de los individuos… la reducción de recursos disponibles para atención a la salud también puede impactar al número de usuarios de las instituciones públicas” (Juan Carlos Miranda, La Jornada, 11 de febrero de 2018). Y la especialista en salud Judith Senyacen Méndez asegura que entre 2014 al 2016 “el número de usuarios de las instituciones y programas de salud, se redujo en 5.6 millones de personas”; quienes debieron soportar sus enfermedades, recurrir a la automedicación o comprar medicamentos genéricos. Es una gravísima falta del peñismo reducir el gasto en salud, mientras él se da vida de jeque árabe; por supuesto, con el dinero de los mexicanos.
Lunes, 19 de Febrero 2018
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