Aunque las autoridades electorales reiteraron hace ya meses que no hay ninguna prueba de 'injerencia rusa', el secretario de Estado de EE.UU. vuelve a sacar esa manida de su manga.
Tillerson en MX
El secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, advirtió este viernes sobre la supuesta "injerencia rusa" en las elecciones mexicanas.

Durante su
visita
a la capital mexicana, el diplomático norteamericano
no habló del muro que el presidente estadounidense, Donald Trump, quiere erigir y obligar a pagar a México, ni de la amenaza de Washington de retirarse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), sino de Rusia.
"Nosotros sabemos que Rusia tiene tentáculos en diferentes elecciones en el mundo, por lo que nos han compartido nuestro colegas europeos, y mi consejo para México es que preste atención a lo que está pasando", dijo el diplomático, citado por El Universal.
La declaración era previsible luego de la carta enviada a Tillerson por los senadores republicanos Marco Rubio y Bob Menéndez, quienes aseguraron que hay una 'influencia maligna' de Rusia en América Latina que podría afectar el resultado de las ocho elecciones que se celebrarán este año en la región. El fundamento de ese 'temor', se admite en la misiva reproducida por
Univisión
, no son informes de inteligencia o los resultados de investigaciones sustentadas, sino "artículos periodísticos".
Rumores infundados
Aunque el propio Instituto Nacional Electoral mexicano (INE) ha descartado que haya alguna "amenaza" de agresión externa en su sistema de votación, Tillerson insistió en repetir el rumor, que se ha hecho más fuerte en las últimas semanas en México y Colombia, países que forman parte de la gira del diplomático por América Latina y que celebrarán elecciones este año.
En México, el candidato presidencial de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, quien lidera los sondeos para las próximas elecciones en ese país, desestimó la teoría de que algún agente extranjero sea capaz de influir en los comicios: "Siempre las grandes potencias amagan con ese discurso, siempre, y no hay por qué preocuparse; si nosotros mantenemos nuestra postura de no permitir la injerencia extranjera de ningún gobierno, no vamos a tener ningún problema", dijo en palabras que recoge Excélsior.
No sólo él, sino senadores mexicanos de variadas tendencias políticas deslegitimaron la 'sugerencia' de Tillerson, a la que consideraron "una vacilada". Entrevistados por El Universal, legisladores como Luis Humberto Fernández Fuentes, del izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), se burlaron: "Lo dicho parecería una perla del humor negro, ya que la influencia rusa está siendo investigada, pero en EE.UU., no en México".
"En las relaciones diplomáticas también se dan las vaciladas", alegó por su parte el senador oficialista Patricio Martínez García, quien pidió "no enchilarse (dejarse incomodar)" por una 'broma' como la de Tillerson. "Todo mundo nos reímos de eso, al igual que hizo el señor López Obrador", dijo por su parte el legislador Ernesto Ruffo, del Partido de Acción Nacional (PAN).
¿Miedo a Rusia? Las razones de la ofensiva 'rusofóbica', a pocos meses de las diversas lecciones que tendrán lugar en Latinoaméica, pueden leerse entre líneas. Para el secretario de Estado norteamericano, quien hará un periplo que lo llevará a México, Perú, Argentina y Jamaica, es "alarmante" y genera nervios en EE.UU. la presencia de Rusia y China en la región.
"América Latina no necesita nuevos poderes imperiales", dijo Tillerson antes de emprender su periplo; una declaración que hace desde su condición de representante del país creador de la doctrina Monroe, la de "América para los americanos", y que percibe a la región como el "patio trasero" de los EE.UU.
Tillerson, por otra parte, admite la pérdida de influencia de Washington en la región, al insinuar que América Latina tiene una "excesiva dependencia" de Rusia y China. Pero esa afirmación sobre Moscú, al menos en México, es falaz.
Las inversiones rusas en México fueron de 14,4 millones de dólares durante los casi seis años de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. La cifra representa un 414 % de incremento con respecto a períodos anteriores. Sin embargo, el monto total es mínimo si se compara con los más de 10.000 millones de dólares que anualmente destina EE.UU. al país latinoamericano en inversión directa.
La historia con China es distinta. En los últimos 20 años del TLCAN, el problema de EE.UU. ha sido su pérdida de competitividad frente al gigante asiático, que -de facto- se ha convertido en el 'cuarto socio' del tratado, tal como explicó recientemente el economista y catedrático mexicano Enrique Dussel en entrevista a RT.
Analistas como Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, consideran que la Administración Trump ha mostrado hacia la región un desinterés que se expresa no sólo al declararla como "países de mierda" (para referirse al Caribe), o en sus ganas de construir un muro en la frontera sur con México, o en su férrea política migratoria o la ausencia de un equipo del Departamento de Estado para los asuntos de Latinoamérica: "Se ha comentado en otras administraciones que a Washington no le importa América Latina, y eso es cierto, pero ahora es dramáticamente peor", dijo Shifer, citado por Semana.
De cara a las ocho elecciones que se realizarán este año en la región, Tillerson hará su gira por países gobernados por mandatarios proclives a Washington para decirles que no confíen en China y Rusia porque, en sus propias palabras, "con EE.UU. tienen un socio multidimensional".