Guta Oriental, el último bastión de las agrupaciones que se oponen al Gobierno de Bashar Asad -entre ellas el grupo terrorista Al Nusra- en las cercanías de Damasco, se ha convertido en escenario de feroces combates
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La columnista Karin Leukefeld, en un artículo para Sputnik, explica quiénes son y qué metas persiguen los combatientes de Guta Oriental.
Guta Oriental
© AFP 2018/ Amer Almohibany

Damasco, la 'única culpable' Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, en particular EEUU, Reino Unido y Francia, han acusado a las tropas gubernamentales sirias de violaciones de la tregua establecida el 24 de febrero.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente galo, Emmanuel Macron, exhortaron al presidente ruso, Vladímir Putin, a ejercer más presión sobre el Gobierno sirio y hacer que este cumpla con la resolución del organismo internacional.
"Sin embargo, queda poco claro si [los líderes de Alemania y Francia] hicieron los mismos llamamientos a los cabecillas de los grupos armados de Guta Oriental y a sus patrocinadores en Turquía y los países del golfo Pérsico", señala la columnista.
Las raíces de la crisis
Antes del inicio de la guerra, Guta Oriental, de acuerdo con los datos oficiales, contaba con una población de tres millones de personas.
La mayoría de los habitantes escapó de la localidad entre finales de 2011 y principios de 2012, cuando los grupos armados de la oposición establecieron su control sobre esta localidad cercana a Damasco.
Muchos de los que se quedaron allí eran familiares de combatientes, individuos que no tenían parientes en Damasco y personas mayores que no podían abandonar la zona, explica Leukefeld.
Otros decidieron quedarse porque simpatizaban con la oposición y esperaban que otros países los ayudaran a derrocar al Gobierno sirio.
Cómo se propagó la plaga terrorista
Una de las localidades más grandes cerca de Damasco, Duma, se encuentra a 10 kilómetros al noreste de la capital siria. Antes de la guerra, en ella vivían 120.000 personas.
En aquel entonces muchos hombres de esta localidad se desplazaban a otros países de Oriente Medio para trabajar. Al regresar a Siria, no solo traían consigo dinero sino también ideas religiosas ultraconservadoras y estas no tardaron en propagarse por las mezquitas y escuelas musulmanas del país, indica la autora del artículo.
Como resultado, con el inicio de la guerra civil en 2011, numerosos grupos armados de ideología islamista patrocinados por diferentes países de Oriente Medio empezaron a formarse.

Titiritero y sus títeres Yeish al Islam, una de las agrupaciones de la localidad de Duma, surgió en el año 2011. Su meta era derrocar al Gobierno laico sirio y reemplazarlo por uno ultraconservador que se regiría por la sharía -ley islámica- de acuerdo con las normas del salafismo -ideología musulmana ultraconservadora-.
Este grupo recibe apoyo financiero de Turquía, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, asegura Leukefeld.
Otra agrupación armada que opera en las cercanías de Damasco es Failak al Rahman, fundado también en 2011. En sus primeros tiempos era uno de los aliados del Ejército Árabe Sirio -oposición moderada-, pero luego se alió con Tahrir al Sham, grupo creado en torno al Frente al Nusra.
Su ideología también se basa en el salafismo y los integrantes de Failak al Rahman conocen a las localidades ubicadas al este de la capital siria como 'el Califato Oriental'. Esta agrupación cuenta con apoyo financiero y material de Catar y Turquía, señala la autora de la nota.
Desde 2015, Failak al Rahman "libra combates sangrientos" contra el grupo Yeish al Islam. Los expertos explican que
la confrontación probablemente se deba a las tensiones entre sus patrocinadores: Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, por una parte, y Catar, por la otra
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Los saudíes y los emiratíes en la actualidad perciben a Catar como un rival que coopera con Irán, explica Leukefeld.
El grupo armado Ahrar al Sham también apareció en el año 2011 y recientemente se ha fusionado con otra agrupación llamada Harakat Nour al Din al Zenki. Como resultado de la fusión ha surgido el Frente Sirio de Liberación.
El nuevo grupo busca "proteger la revolución siria y crear un 'Estado islámico'" en el país, destaca la columnista.
Estos últimos dos grupos han recibido apoyo por parte de Estados Unidos, los países del golfo Pérsico y Turquía. En Guta Oriental ambos cooperan con el Frente al Nusra, no obstante, luchan contra este último en la provincia de Idlib, sostiene la autora.
Punto muerto
"Los representantes de la llamada 'oposición moderada' afirman que realizan sus operaciones en Guta Oriental de forma independiente a los 'soldados de Alá'. El número de integrantes de los grupos armados antes mencionados alcanza varios millares. Actualmente, las tropas gubernamentales sirias luchan contra ellos con el apoyo de los militares rusos e iraníes", indica Leukefeld.
Las recientes negociaciones sobre la retirada de los grupos armados de Guta Oriental resultaron infructuosas. La tregua, acordada por las partes implicadas en el conflicto en verano de 2017, es violada de manera constante.
En particular, en septiembre y diciembre de 2017 los terroristas perpetraron dos atentados contra el Ejército gubernamental sirio que se cobraron la vida de 100 personas, recuerda.
Dichas agrupaciones mantienen presos a centenares de soldados, funcionarios gubernamentales y otros ciudadanos sirios. Además, a lo largo de las últimas siete semanas los terroristas han lanzado más de 1.500 proyectiles contra Damasco desde Guta Oriental. Como consecuencia de estos ataques, decenas de personas han fallecido y centenares han resultado heridas, apunta la columnista.
Cuando faltan alimentos y sobran armas
En este sentido, "¿cómo es posible que a lo largo de los últimos años Guta Oriental haya experimentado una escasez de artículos de primera necesidad mientras que el armamento siempre ha sido abundante en este enclave de la 'oposición'?", pregunta Leukefeld.
"Es curioso que en los tiempos en los que en los alrededores de Damasco carece de productos alimenticios y medicamentos, los equipos modernos como cámaras, drones, sistemas de comunicación y proyectiles llegan hasta allí sin ningún problema", precisa la analista.
Además, la 'oposición' ha tenido suficientes recursos como para construir una importante red de túneles que unen diferentes localidades cercanas, agrega.
"Los parientes de personas desaparecidas y secuestradas por los combatientes locales relataron que los rehenes fueron obligados a trabajar en la ampliación y el refuerzo de estas construcciones subterráneas. Hay quienes afirman que en Guta Oriental hay una ciudad subterránea", detalla Leukefeld.
Guta Oriental se convirtió también en el último bastión en territorio sirio de grupos radicales como Yeish al Islam, Ahrar al Sham, Failak al Rahman y Fajr al Umma -proscritos en Rusia-.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el pasado 24 de febrero la resolución 2401 que impuso una tregua de 30 días en todo el territorio de Siria. De acuerdo con el documento, todos los enfermos y heridos deben ser evacuados.
No obstante, la tregua no se aplica a las operaciones contra Daesh -autodenominado Estado Islámico-, Al Qaeda y Frente al Nusra -grupos terroristas proscritos en Rusia-, ni a sus grupos afiliados.
Esta excepción fue aprobada solo después de que Rusia insistiera en ella y los países occidentales se opusieron a la medida durante varios días, aclara la autora del texto.
Rusia anunció por orden del presidente Vladímir Putin una tregua diaria de cinco horas desde el 27 de febrero y la creación de un corredor humanitario para que la población civil abandonase Guta Oriental.
Sin embargo, durante tres jornadas consecutivas varios grupos armados violaron la pausa humanitaria e impidieron la salida de civiles.