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Comienza a caerse a pedazos la insostenible
envenenamiento de Skripal
acusación sobre la implicancia rusa en el
La Cancillería británica admitió que su conclusión sobre
la presunta responsabilidad de Rusia por el ataque al exespía Serguéi
Skripal y su hija Yulia se basó parcialmente en suposiciones.
De acuerdo con la nota del Ministerio británico, que se encuentra en
disposición de Sputnik, los expertos del laboratorio británico de
Ciencia y Tecnología de Defensa de Porton Down "identificaron lo
empleado en Salisbury como Novichok, sustancia de acción
neuroparalizante de uso militar".
La nota señala que entre estos datos está "el conocimiento de que en la
última década Rusia investigó los métodos para fabricar sustancias de
acción neuroparalizante, probablemente para asesinar, y en el marco de
este programa almacenó una cantidad pequeña de Novichok". A ello se suma
"la evaluación de que Rusia considera objetivos a exagentes de
Inteligencia", añade el documento.
El texto reitera que según "la evaluación" del Ministerio de
Exteriores, basada en lo mencionado, "Rusia es responsable por este acto
descarado e imprudente, y que no existe otra explicación plausible, una
postura que comparte la comunidad internacional".
Este martes
Gary Aitkenhead, director general del laboratorio de Porton Down,
comunicó en una entrevista con la cadena Sky News que
Porton Down "no identificó la fuente exacta"
de la sustancia empleada en el ataque a los Skripal. A la vez el
canciller británico, Borís Johsnon, aseveró hoy en declaraciones a la
emisora Deutsche Welle que fueron los expertos de Porton Down los que
apuntaron a Rusia como fabricante de la sustancia con que fueron
envenenados el exagente y su hija.
Debe recordarse que apenas empezada la investigación, que según Scotland Yard tardaría varios meses, Londres
responsabilizó a Moscú
de estar detrás del ataque, alegando que la sustancia con que los
Skripal fueron envenenados fue fabricada en Rusia. Por lo tanto, el
Reino Unido y otros 28 países, así como la OTAN,
expulsaron
en total a 153 diplomáticos rusos.
Rusia, que considera infundadas estas acusaciones, respondió de manera
simétrica a 26 países, al ordenar la expulsión de su territorio de 143
diplomáticos extranjeros, y se reservó el derecho de respuesta a
Bélgica, Hungría y Georgia, los últimos en sumarse a las medidas
antirrusas por el caso Skripal.
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