lunes, 18 de junio de 2018

El olor de Julio

Era sábado 3 de julio. Francisco Franco había muerto hacía menos de ocho meses y el joven Rey español, Juan Carlos de Borbón, tenía que elegir a su presidente.
Y de golpe, a la hora en la que todo el mundo dormía la siesta en España, anunció que nombraba a un tal Adolfo Suárez -el ministro más conectado con la esencia fascista del régimen de Franco- como su presidente del gobierno.
Todos pensamos, algunos escribimos y repetimos: “¡Qué error, qué inmenso error!”, nombre que tuvo un célebre artículo contra ese nombramiento publicado en el periódico El País cuando apenas llevaba dos meses de existencia.
El resto de la historia ya la conocen todos ustedes. La única vez en la que la Madre Patria merecía ese nombre, en la que fue madre, sucedió en la era que inauguró Adolfo Suárez.
El error lo cometimos todos los demás
Viendo las circunstancias políticas y sociales en las que se mueve hoy el mundo, uno se da cuenta de que Sánchez no tenía ninguna posibilidad de ser presidente del gobierno cuando presentó la moción de censura. Y que Rajoy, el antiguo presidente de España, tenía muy pocas posibilidades de dejar de serlo, precisamente por la aritmética, el pensamiento y el análisis viejo.
¿Qué pasó? Sencillamente que la sociedad española, entre la corrupción, la impunidad y la necrosis política y social, entendió que el peligro de verdad era seguir como se estaba y no pegar un cambio.
Y de golpe -lo supiera Sánchez o no y aunque quiso hacerlo, ya sea por casualidad- apareció en el Gobierno de España una cosa que había desaparecido de los cálculos: la ilusión.
El que todo pueda pasar, el que sea posible, es fundamental en la vida de los seres humanos, incluso díganme, ¿por qué nos seguiríamos casando, enamorándonos o pensando que mañana sería mejor?
Vivimos tiempos en los que nada de lo que creíamos tiene vigencia. Lo único que la tiene, es que los seres humanos necesitamos creer, y que hay que saber en qué momento se dan las circunstancias para hacerlo.
La ortodoxia y el cálculo político dice que es casi imposible que Sánchez consiga aprobar los Presupuestos Generales de su Gobierno.
Sin embargo los que le apuestan a esa lógica olvidan que los sentimientos de los pueblos no son lógicos a veces.
Suárez cambió la historia y ganó las elecciones. Ahora puede ocurrir lo mismo.
Pero lo que sí sé es que haber tenido la intuición de presentar la moción de censura -en un momento en el que el pueblo español ya sentía que no hacer nada era estar muerto en vida- fue un accidente o un gran cálculo político. Nunca olvido que la historia siempre la escriben los vencedores.

El cálculo político dicta que es casi imposible que Sánchez logre aprobar los Presupuestos Generales, pero si ya cambió la historia convirtiéndose en presidente, ahora puede ocurrir lo mismo

Hacer un régimen donde la mayoría del gobierno -en una proporción de dos a uno- son mujeres, fue el segundo acierto.
El mundo no solamente vive del #MeToo y el que no tenga un “cerdo” en su vida, o lo haya sido, que levante la mano.
El mundo también vive en la constancia de que no sé cuánto acertarán las mujeres, pero si tengo clara la estadística de cuánto fallamos los hombres.
Es un mundo nuevo. Uno en el que, por ejemplo, cuando parecía que todo saldría igual, y que sólo el mundial le daría una ilusión a los españoles, se produce ese gesto suicida contra la ilusión nacional del principal equipo del mundo. El blanco, el prepotente, el Real Madrid demostró que está por encima de la ilusión colectiva del pueblo español. Y que él puede contratar a quien quiera, cuando quiera y si España pierde el mundial -porque sencillamente le quito a su entrenador 48 horas antes- no tiene ninguna importancia.
Las lecciones de España sirven para cualquier lugar del mundo. En nuestro caso, julio es también el mes con olor a cambio.
No lo es ahora por el rayito o por la insolación de la esperanza; lleva muchos años siendo el mes de la ilusión.
Es bueno y es importante juntar todos estos datos que están pasando ahí, con el mismo lenguaje y el origen de las palabras que uso para comunicarme y que puede que acabe bien. Pero que en cualquier caso, hay una cosa que ya empezó bien: reconstruir la esperanza.
Provocar la ilusión, ser muy audaz en hacer lo que uno quiera, porque frente a un mundo tan cuestionado, mercurial y cambiante, el mantenimiento de cualquier cosa que funcionara hasta aquí, contra la esperanza del cambio, es siempre mejor.

Los primeros aciertos del nuevo presidente español son la moción de censura contra Rajoy y presentar un gobierno donde la mayoría son mujeres

Los indecisos y los millennials son la clave del éxito en la siguiente elección, tanto en México como en España.
¿Cuántos indecisos habrá en España? No sé. ¿Cuánto durará? Dice el análisis político que hasta los siguientes presupuestos, es decir, hasta septiembre. Yo ya viví una vez ese análisis que se convirtió en la más hermosa aventura de la historia de España y sus libertades, eso fue el proceso de la transición.
Tengo verdadera curiosidad por ver en la práctica lo que siempre he sospechado en la intimidad: que un gobierno de mujeres es mejor.