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“El robo de bebés fue una trama a nivel mundial auspiciada por órdenes religiosas”
La antropóloga e investigadora Neus Roig publica ‘No
llores que vas a ser feliz’, una investigación que denuncia la
existencia de una trama organizada para acometer el robo de niños y
niñas en España desde 1936 hasta, al menos, 1996.
La antropóloga e investigadora Neus Roig acaba de publicar la obra No llores que vas a ser feliz (Ático
de libros), una excelente investigación que da fe y hace accesible al
gran público uno de los mayores dramas del siglo XX español: el robo de bebés recién
nacidos a sus madres. El número de pequeños que desaparecieron de los
brazos de sus madres es a día de hoy imposible de conocer. El juez
Garzón habló de 30.000 niños, pero la cifra puede ser aún mayor. La
trama comenzó en 1936 en las cárceles franquistas con los niños de las
mujeres republicanas, pero continuó a lo largo de toda la dictadura y se
prolongó hasta, mínimo, la década de los 90.
“La democracia acabó con la compraventa de bebés, pero nunca quiso investigar qué había ocurrido ni
quién había robado”, explica Roig, cuyo libro está basado en su tesis
doctoral que, por cierto, estuvo dirigida por tres profesores, entre
ellos, Fernando Martínez López, ahora director general de Memoria Histórica del Gobierno de Pedro Sánchez.
Roig se presenta en la entrevista con Público acompañada de Teresa,
una mujer de 37 años que descubrió hace ahora una década que fue
adoptada de manera ilegal. No hay documentos ni papeles. Lo único que
guarda de su madre biológica es una carta que presuntamente le había
escrito diciendo que la daba en adopción porque no la quería. Años
después, vio cómo esa misma carta, firmada por otras mujeres, había sido
entregada a otras personas que habían denunciado ser víctimas del robo
de bebés. Se trata de una carta tipo que las religiosas entregaban a las
familias adoptivas.
Habla de tres etapas de una trama de robo de
bebés que se puede analizar en tres fases. Sin embargo, hay un elemento
común: las religiosas.
Yo me centró en España, pero el robo de bebés no ha
ocurrido solo aquí. Por ejemplo, en Irlanda acaba de salir el escándalo
del robo de pequeños en las lavanderías del Asilo de las Magdalenas, bajo
la custodia de las Hermanas de la Misericordia. Ahí estaban traficando
con bebés desde 1922 hasta 1996. Por tanto, estamos hablando de una
trama de venta de bebés a nivel mundial auspiciado por órdenes
religiosas en concreto.
Por ejemplo, en el libro hago referencia a que la
orden religiosa de la Madre Teresa de Calcuta también se dedicó a la
venta de niños. Sin embargo, en India han sido muy rápidos. Han
descubierto la trama y han juzgado. Aquí queremos hacer ver que no ha
pasado nada o que, en todo caso, eran cosas de la Guerra Civil. Y no.
Hay casos de los 80 y de los 90. En plena democracia y se robaban niños.
Empieza usted la obra defendiendo que estamos ante un crimen de lesa humanidad
Claro, es un crimen de lesa humanidad. La clave para
que sea considerado así es que estamos ante una trama organizada con
apoyo de autoridades del Estado que arranca en las cárceles franquistas
contra las mujeres republicanas y sus hijos y que prosigue hasta bien
entrada la democracia. En el inicio, en el 36, las autoridades
franquistas trataban de castigar a las republicanas matando a sus hijos o
dejando que se murieran de hambre. Sin embargo, el psiquiatra Vallejo-Nágera,
que llega de la Alemania nazi, piensa que España se está despoblando y
que hacen falta niños. Así que este Vallejo Najera, que ya había
estudiado a Freud, decide dejar a los niños hasta los tres años con las
madres biológicas. A esa edad, arrebatan los niños de sus madres y se lo
entregan a familias de reconocida catolicidad.
Y para que estas familias pudieran inscribir a los
menores como naturales, el régimen franquista cambia una Ley en 1941
para que se permita dar una nueva identidad a un niño hasta esa edad y
eliminar todo rastro anterior. No pasaba nada por cambiar la identidad
de un niño y esa ley no se cambia hasta la década de los 80, con Felipe
González en el poder.
Entonces, ¿está fuera de toda duda que tanto
el dictador como el resto de autoridades políticas conocían el
entramado de robo de bebés?
Sí. Es evidente que Franco no iba a robar bebés
personalmente. Pero si el Gobierno promulga leyes que facilitan robar
niños sin dejar rastro… pues tienen que saber qué se está haciendo con
los pequeños. Además, en 1953, Franco firma su primer tratado
internacional desde que gana la Guerra… es con el Vaticano y otorga un
poder a la Iglesia católica que la deja por encima del bien y del mal.
Permite que campen a sus anchas, que hagan lo que quieran.
Ese acuerdo al que hace referencia y también
los firmados con la Santa Sede en 1979 permiten que la Iglesia mantenga
archivos ocultos y cerrados que serían clave para llegar a la verdad
del asunto. ¿Es tarea de la democracia acabar con esa opacidad?
Debería serlo, claro. Considero que son crímenes de
lesa humanidad porque además hay un encubrimiento claro. La Iglesia está
empezando a reconocer las violaciones a menores de edad. Pues a lo
mejor estamos ahora ante una trama de la misma envergadura y muy
parecida. El Papa ya ha pedido perdón por los abusos a menores. Quizá
ahora tenga que pedir perdón por el robo de bebés. Ha sido habitual el
tráfico de menores y las órdenes religiosas tienen las identidades en
sus archivos de las madres y pueden ayudar. Otra cosa, claro, es que
quieran.
No debería ser una cuestión de voluntad, ¿no? Quiero decir, tendría que ser obligatorio su cooperación con la justicia
Estamos hablando de convenios y tratados
internacionales. En este caso, de España con la Santa Sede. Tiene que
haber voluntad de estos dos países y…. hay que tener en cuenta las
dimensiones que puede alcanzar esto. Puede afectar a todo el territorio
católico. España ha demostrado su voluntad de acabar con esto desde los
80, aunque no lo hizo hasta la década de los 90. Cambió la Ley de
adopción, secularizó los hospitales y otorgó a los menores adoptados el
derecho a conocer la identidad de sus padres biológicos.
De hecho, a partir de los 90 decrece a pasos
agigantados el tráfico de bebés. Sin embargo, aquí está Teresa con
nosotros, que nació en 1982 y desconoce sus orígenes. La ley le reconoce
el derecho, pero a pesar de haber ido a la Justicia seguimos sin
conocer su verdadera identidad.
Por lo que me cuenta, la democracia española
acabó -tarde- con el robo de bebés, pero nunca quiso investigar qué
había sucedido.
Tal cual. La Ley de adopción de 1996, como hemos
dicho, otorga el derecho a los adoptados a conocer la identidad de sus
padres biológicas. ¿Pero qué pasa antes? La reforma del Código Penal de
1995 tipifica los delitos de fingimiento de parto y falsedad documental y
da un un plazo de prescripción en el tiempo.
Cuando hay menores que acuden a conocer su verdadera
identidad… se dan cuenta de que no hay documentación. ¿Y qué pasa? Que
todo ha prescrito ya. Todo ha quedado impune. El Estado ha tomado
medidas para que no vuelva a pasar, pero no ha hecho nada por las
personas que siguen buscando su identidad.
Hasta ahora hemos hablado más de esa primera
etapa del robo de bebés que afecta a las madres republicanas. ¿Las
otras dos fases cuándo serían?
La primera es la etapa represiva y se centra en las
cárceles republicanas, efectivamente. La segunda fase iría de 1952 a
1977 aproximadamente y afectaría más a las madres solteras. Es una fase
de represión, pero más ligera. Diría incluso que será como de
‘reeducación’. En el 52 se reabre en España el Patronato de la Mujer,
una institución que cerró la República durante la Guerra Civil y que
entre sus centros más emblemáticos tenía la Maternidad de Peñagrande.
Estuvo abierta hasta el año 1983 cuando en otro centro se suicidó una
niña de 14 años a la que le robaron al hijo. A partir de este suceso, y
algún otro, el Estado interviene y cierra estos centros de reproducción
tan extraños que seguían en España.
A partir del 77 los robos ya no se centran tanto en
las madres solteras como aquellas mujeres desarraigadas del centro en el
que van a dar a luz. Y ya no se trata de represión. Es puro negocio y
buscan objetivos fáciles. Por ejemplo, en esta fase, todas las madres de
Tarragona que han denunciado el robo de niños son mujeres que no
nacieron en la ciudad.
¿Por cuánto dinero se compraban los niños?
Hay quien paga hasta dos millones de pesetas [12.000
euros actuales] por una niña en 1968. Estamos hablando de un dineral de
la época con el que te podías comprar una casa en el centro de Madrid.
Se paga más por los niños que pueden ser inscritos como biológicos que
por los adoptivos y se paga más por las niñas que por los niños.
¿Por qué eran más caras las niñas?
Pues mi teoría es que muchos de los compradores eran
mayores de 50 años que no habían podido tener descendencia y que
buscaban una niña porque así se aseguraban una chacha que les cuidara de mayores.
¿No llamaban la atención embarazos de mujeres de 50 años que no habían tenido descendencia previamente?
Pues mira. Mirando las estadísticas de nacimientos
de Catalunya me sorprendió descubrir que durante una época había cada
año 14 mujeres de más de 50 años que se quedaban embarazadas por primera
vez. ¿Esto no le parecía raro a las instituciones o al que hacía las
estadísticas o yo qué sé? Están ahí los datos. Si el juez quisiera
investigarlo… es muy fácil. Esta tipología de madre decrece a partir de
los años 90, por ejemplo. En esa década, que por los avances técnicos
debería ser más fácil, ya solo hay uno o dos casos.
¿Y qué debería hacer el Gobierno para acabar
con esta situación en la que hay personas que desconocen su identidad y
madres que siguen buscando a sus hijos?
Pues haciendo lo que nos dice el Relator de la ONU
para la Verdad, la Justicia y la Reparación: que España admita que esto
ocurrió y se ponga a trabajar para que no prescriban este tipo de
delitos. Hay que tener en cuenta que los bebés no se roban, se roban los
objetos… los bebés desaparecen. Y hay bebés que siguen desaparecidos a
día por lo que esos delitos deberían ser imputables a día de hoy.
Tenemos que ser capaces de devolver la identidad biológica a esas
personas. En Argentina, que copiaron nuestro modelo de robo de bebés,
han conseguido recuperar la identidad de 179 personas que fueron
robadas. Han demostrado que es posible cuando se trabaja en Equipo. ¿Por
qué España no copia el modelo argentino de lucha contra la impunidad?
¿El Poder Judicial está haciendo todo lo que puede?
Bueno, no es normal que un médico diga ante un juez
que tiró un niño a la basura nada más nacer, como en el caso de Ana, y
que el juez replique que si el médico dice eso es que será así y que
concluya que no hay indicios de adopción ilegal a pesar de que el cuerpo
del pequeño no estaba en la tumba. Estamos hablando de un bebé que no
está registrado y que tampoco está enterrado y que el juez decide
archivar por falta de pruebas.
Hay más casos, como el de Ángeles, en el que abren
la tumba y no hay nada y le dicen que los restos del niño pues se habrán
desintegrado. Ahora en el cementerio de Cádiz han encontrado de
alrededor de 50 tumbas examinadas tres cajas que estaban vacías y otras
tres que directamente no tenían ni caja. Hablamos de seis bebés que
faltan de un total de 50. Es una proporción muy grande.
En Alicante, por ejemplo, lograron que se exhumara
una tumba de bebé y dentro encontraron un brazo de adulto que había sido
amputado y el juez decidió archivar diciendo que el bebé estaría en
otra caja.
¿Hay complicidad judicial?
No sé cómo calificarlo. Tendrán directrices de
arriba o yo qué sé. Los jueces lo que hacen es decretar un archivo
provisional y dicen que con las pruebas disponibles a día de hoy no
pueden seguir investigando. Sí que creo que hay directrices que vienen
de arriba porque no es normal que todos los jueces actúen igual, pero no
tengo más información.
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