sábado, 24 de noviembre de 2018

Inclusión financiera


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Inclusión financiera

 

 


El día de ayer se dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2018. Los resultados muestran que se va avanzando en el proceso de inclusión pero, también indican que conforme pasa el tiempo es más difícil. Los nuevos resultados sobre la distribución geográfica son muy reveladores de la diferencia que hay a nivel regional en el país. Otra dimensión más en la que encontramos que lo regional pesa.
El indicador más amplio de inclusión financiera que es tener al menos un servicio financiero, el que sea, nos indica que hay dos millones de personas más en el sistema formal. Sin embargo, como porcentaje del total de la población objetivo se mantuvo en un 68 por ciento.
Si bien el número anterior no es tan bueno, un dato alentador es que los incluidos están teniendo más productos financieros. Es decir, estar adentro me va llevando a tener más relaciones financieras. Los datos a nivel producto reflejan lo anterior.
Respecto de cuentas de ahorro se tienen a 3.7 millones de personas adicionales que nos indica que las personas con este tipo de producto pasaron del 44% al 47 por ciento. En tres años fue un avance importante.
En el producto de crédito se dio una dinámica que es similar con un aumento en el número de personas de 2.5 millones durante los últimos tres años y llegando a un porcentaje del 31 por ciento.
Por su parte, en el producto de seguro se observa un comportamiento distinto a los dos productos anteriores. Si bien hay más personas que tienen seguros, el porcentaje se mantuvo en 25 por ciento. En este sector es en el que se observa una dinámica menor. Esta historia es consistente con los datos que ha publicado Fundef sobre la estructura de la intermediación en México.
El dato que es más interesante es el de la brecha entre regiones. La región con mayor nivel de inclusión es el norte del país y la de menor está más bien en el sur. A nivel de producto de ahorro, las regiones en las que hay más inclusión el indicador es superior al 50% y en las de menor se está entre el 40% y 50 por ciento.
En cuanto al producto de crédito en el norte del país se encuentran en un nivel de 40% en tanto que en el sur, oriente y Bajío el indicador está entre 28% y 29 por ciento.
La brecha para ambos tipos de producto es importante, pero no es la mayor. En el caso de la cuenta de la afore encontramos que la diferencia es mayor. Los estados del noreste tienen una inclusión en este producto del 58%, en tanto que los estados del sur tienen una inclusión de sólo 29%, que es la mitad.
El fenómeno anterior se explica por el tamaño de la economía informal en cada una de las dos regiones. 
Así como en el caso anterior es claro que el diferencial en la inclusión se puede ligar a un fenómeno económico, existen explicaciones para los otros mercados.
En conclusión, los datos revelan que en materia de inclusión financiera sí hubo un avance importante los últimos seis años. También nos indican que los avances cada vez serán más difíciles de lograr. El potencial para aumentar la inclusión está en ciertas zonas del país. En el sur y en las poblaciones de menor tamaño.
Desde una perspectiva más amplia, los resultados son contundentes en indicar que uno de los principales retos en materia económica será llevar un mayor desarrollo al sur del país para que avance en muchas dimensiones, no sólo en inclusión. Esta política pública no es equivalente a sólo llevar dinero con programas sociales.
*Director General del Fundef
guillermozamarripa@itam.mx

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