Arabia
Saudí ha creado un “batallón de la muerte” para asesinar a los
opositores del príncipe heredero Muhamad bin Salman bin Abdulaziz Al
Saud.
“Desde hace meses, las autoridades saudíes han fundado el ‘Batallón del Nimr (tigre)’, compuesto por 50 agentes, para llevar a cabo operaciones contra los críticos y grupos de la oposición en el exterior”, informó el miércoles la cadena británica de noticias BBC, en su versión árabe.
El medio británico que cita bajo condición de anonimato a funcionarios saudíes, añadió que 15 miembros de este batallón también participaron en el macabro asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi el pasado 2 de octubre en la ciudad turca de Estambul.
Los saudíes negaron en un principio toda implicación en la desaparición del periodista, pero tras la fuerte presión internacional la Fiscalía saudí confirmó su muerte en una “pelea” en la sede consular, y días después anunció que el asesinato había sido premeditado.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acusó a autoridades de alto nivel saudíes del asesinato de Khashoggi. La Fiscalía turca ha asegurado que el cuerpo del columnista fue estrangulado y luego desmembrado.
Este grupo de asesinos opera también en Europa hasta el punto que la Policía del Reino Unido, en un caso, puso bajo especial protección a un opositor saudí, quien recibía amenazas de muerte por haber revelado las violaciones de derechos humanos en la monarquía árabe.
El régimen de los Al Saud acarrea un largo historial de ejecuciones y uso de la tortura con opositores. Los medios de comunicación informaron el miércoles de la muerte de Turki bin Abdulaziz al-Jasser, periodista y escritor crítico saudí que pereció en prisión a raíz de las torturas de las que fue objeto.
Estas prácticas represivas de Riad han sido criticadas en varias ocasiones por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) e incluso por aliados del régimen de Al Saud, que abogan por el fin de las violaciones de los derechos humanos y la liberación de los opositores detenidos.
mkh/rha/ask/hnb
“Desde hace meses, las autoridades saudíes han fundado el ‘Batallón del Nimr (tigre)’, compuesto por 50 agentes, para llevar a cabo operaciones contra los críticos y grupos de la oposición en el exterior”, informó el miércoles la cadena británica de noticias BBC, en su versión árabe.
El medio británico que cita bajo condición de anonimato a funcionarios saudíes, añadió que 15 miembros de este batallón también participaron en el macabro asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi el pasado 2 de octubre en la ciudad turca de Estambul.
Los saudíes negaron en un principio toda implicación en la desaparición del periodista, pero tras la fuerte presión internacional la Fiscalía saudí confirmó su muerte en una “pelea” en la sede consular, y días después anunció que el asesinato había sido premeditado.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acusó a autoridades de alto nivel saudíes del asesinato de Khashoggi. La Fiscalía turca ha asegurado que el cuerpo del columnista fue estrangulado y luego desmembrado.
Desde hace meses, las autoridades saudíes han fundado el ‘Batallón del Nimr (tigre)’, compuesto por 50 agentes, para llevar a cabo operaciones contra los críticos y grupos de la oposición en el exterior”, informó la cadena británica de noticias BBC.Una de las fuentes consultadas por BBC también aseguró que un general de brigada del Ejército saudí fue torturado hasta la muerte en el Hotel Ritz-Carlton, en Riad, capital de Arabia Saudí.
Este grupo de asesinos opera también en Europa hasta el punto que la Policía del Reino Unido, en un caso, puso bajo especial protección a un opositor saudí, quien recibía amenazas de muerte por haber revelado las violaciones de derechos humanos en la monarquía árabe.
El régimen de los Al Saud acarrea un largo historial de ejecuciones y uso de la tortura con opositores. Los medios de comunicación informaron el miércoles de la muerte de Turki bin Abdulaziz al-Jasser, periodista y escritor crítico saudí que pereció en prisión a raíz de las torturas de las que fue objeto.
Estas prácticas represivas de Riad han sido criticadas en varias ocasiones por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) e incluso por aliados del régimen de Al Saud, que abogan por el fin de las violaciones de los derechos humanos y la liberación de los opositores detenidos.
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