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Presupuesto 2019: ¿milagro fiscal o desastre de fin de año?
Reuters @ElFinanciero_Mx
Nerviosos
tenedores de bonos pondrán sus ojos este fin de semana como nunca antes
sobre el presupuesto de México para determinar si el presidente Andrés Manuel López Obrador es capaz de impulsar mayor gasto social, recortes de impuestos y costosos proyectos petroleros sin aumentar la deuda.
El sábado 15 de diciembre, López
Obrador remitirá a legisladores el presupuesto a ejecutar en 2019, con
los mercados pendientes de cómo compaginará su compromiso de disciplina fiscal con una larga lista de promesas de campaña.
Si no logra convencer al mercado
de que tiene un plan de ahorro para financiar programas de asistencia
social y nueva infraestructura, podría profundizar la venta de activos
financieros mexicanos y poner al país en la ruta de rebajas de calificaciones crediticias en 2019, dijeron inversionistas y analistas.
"Estamos ante una encrucijada en
donde la ejecución va a ser tan importante como los números mismos",
dijo Andrew Stanners, gerente de fondos de mercados emergentes para
Aberdeen Standard.
El gobierno debe demostrar que
está listo para controlar el gasto si sus planes de ahorro no resultan
como lo espera, agregó Stanners.
Durante las últimas dos décadas,
los mercados globales le han dado la bienvenida a tecnócratas mexicanos
capacitados en Estados Unidos, que han respaldado políticas ortodoxas y
que se han arrojado a una ola de inversiones para construir uno de los
mercados de bonos en moneda local más líquidos del mundo.
Pero López Obrador ha prometido una ruptura radical con esa era, que ha descrito como "neoliberal" y a la cual culpa de la corrupción generalizada en la segunda economía más grande de América Latina.
El secretario de Hacienda, Carlos
Urzúa, ha prometido un presupuesto con un superávit primario de
alrededor del 1 por ciento, excluyendo pagos de la deuda, mientras que
su segundo a bordo, Arturo Herrera, dijo que el gobierno usaría
estimaciones económicas conservadoras para acometer su plan.
La principal pregunta es cómo
lograrán ahorros suficientes para financiar planes para impulsar ayudas a
jóvenes desempleados y ancianos, además de los principales proyectos
para construir una nueva refinería de petróleo y dos líneas de
ferrocarril en el sur del país.
El equipo de López Obrador ha
tratado de calmar los nervios de inversionistas internacionales. Sin
embargo, los rendimientos de la deuda se han disparado desde fines de
octubre, luego de que anunció la cancelación del Nuevo Aeropuerto
Internacional de México (NAIM), un proyecto de 13 mil millones de
dólares que estaba parcialmente construido.
A medida que el peso se hundía tras la decisión, López Obrador declaró que la democracia, no los mercados, gobernaban México.
Creer en los números
Respaldado por su partido
Morena, que tiene la mayoría absoluta en el Congreso, López Obrador está
en mejor posición para hacer recortes más audaces en gastos
discrecionales en comparación con sus antecesores.
"Necesitamos que estos
presidentes de brazo fuerte tomen decisiones difíciles como esta", dijo
Aaron Gifford, analista de mercados emergentes de T. Rowe Price, y
agregó que el presidente es un "fanático" del recorte de gastos.
López Obrador obtuvo el triunfo
frente a sus opositores, en buena parte, con la promesa de ahorrar miles
de millones de dólares y combatir la corrupción en el país.
El nuevo presidente comenzó su estrategia con el anuncio de recortes salariales a altos mandos del sector público,
pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) congeló
temporalmente la propuesta, lo que plantea dudas sobre su margen de
maniobra, según analistas.
También quedan preguntas sobre el
costo de su plan para reducir el impuesto al valor agregado y al
impuesto sobre la renta a lo largo de la frontera norte de México, que
espera frene la migración a los Estados Unidos mediante la creación de
nuevos empleos.
Los analistas del sector privado
calculan que los recortes de impuestos podrían costar alrededor de 120
mil millones de pesos (6 mil millones de dólares).
Si las ganancias que estima la
administración por la reforma fiscal superan las estimaciones de
crecimiento, el mercado y las agencias calificadoras podrían verlas como
poco realistas y reaccionar negativamente.
El
jueves, López Obrador dijo que varias instituciones de su Gobierno
recibirían un gasto más alto, como el ejército, que por más de una
década ha intentado erradicar la creciente violencia generada por grupos
criminales, ante la debilidad de las policías.
Más allá de las reducciones
salariales, el mandatario no ha anunciado de dónde vendrán los recortes
presupuestales. Eso requerirá un mayor escrutinio del presupuesto.
"No creo que el mercado vaya a
creer completamente la responsabilidad fiscal de la administración de
López Obrador hasta que haya visto su ejecución", dijo Ernesto Revilla,
jefe de economía de América Latina para Citigroup. "Nadie va a apartar
los ojos de México, aun si el presupuesto se ve bien".
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