Investigan a proveedores consentidos en Sedena
Igual
que en la política, en la administración pública es común la práctica
de que los funcionarios en desgracia, o que simplemente tienen que dejar
su encargo, pasan de inmediato al olvido, y con ellos, todos los
negocios y empresas privadas que fueron privilegiados durante su
gestión. Esto sucede en cada cambio de gobierno, y más aún cuando el
gobierno que sustituye pertenece a otro partido político.
Lo
anterior viene a cuento porque en la Secretaría de la Defensa Nacional
(Sedena) se ha iniciado una limpia de todas aquellas empresas que huelen
a la administración anterior y a su extitular, el general Guillermo
Galván Galván. Es más, nos aseguran personas bien informadas de lo que
sucede al interior de esa institución castrense que se ha iniciado una
profunda investigación de posibles actos de corrupción, ordenada por el
actual secretario, general Salvador Cienfuegos Zepeda, y que apunta a
varios militares de alto rango.
En las revisiones que hace la actual
administración de la Sedena en coordinación con su Órgano de Control,
Inspección y Contraloría General del Ejército y Fuerza Aérea, destacan
posibles contratos irregulares en donde equipos y servicios no se hayan
entregado y realizado; en otros, habría fallas en su operación, y en
unos más se habría pagado el diezmo, es decir, un porcentaje de
entre el 10 y 20 por ciento del monto total del contrato para los
militares que lo asignaron a empresas privadas nacionales y extranjeras.
También se investiga si las compañías beneficiadas tienen alguna
relación con generales o coroneles, pues es una costumbre en la Defensa
que los militares recomienden empresas o, a través de prestanombres,
sean los dueños de las mismas.
En ese sentido, la actual
administración de la Defensa, por instrucciones del general Cienfuegos,
ha iniciado una revisión exhaustiva de las empresas que durante todo el
sexenio fueron proveedores de bienes y servicios, con el propósito de
que nunca más, o por lo menos durante este sexenio, vuelvan a recibir
contratos directos ordenados desde los más altos cargos de esa
institución militar.
Por lo pronto hay varias empresas en
la mira: Disur, Begam, Zaken y Yanbar, entre otras relacionadas con los
servicios de Salud y equipo médico, de laboratorio y ortopedia, a las
cuales aseguran fuentes bien informadas, quedarían fuera de alguna
posible asignación de contratos.
Disur, por ejemplo, es una empresa que
proporciona el servicio integral de administración de farmacias para la
Defensa, que incluye compra, almacenamiento, distribución,
administración y control de red fría, así como el control de los
procesos administrativos, como son recursos humanos, materiales,
financieros, tecnológicos y el acceso a la información.
Pues Disur ha sido sancionada en
varias ocasiones por la Sedena debido al incumplimiento del contrato y
el desabasto de medicinas que esto ha generado, con el consecuente
problema que ello ocasiona para los militares que deben ser atendidos.
Al respecto, el gerente comercial de
Disur, Eliseo Ramírez, reconoce que sí han tenido que pagar multas, pero
dice que son mínimas. Según el directivo, esa empresa de servicios
farmacéuticos tiene una efectividad del 99 por ciento, y el desabasto no
alcanza ni siquiera el 1 por ciento. Como todo contrato con el gobierno
federal, tiene cláusulas que cubren cualquier contingencia y en el caso
de Disur las multas mensuales son de los 30 mil a los 200 mil pesos, no
más, lo cual, asegura, es considerado como normal.
Actualmente Disur arrastra contratos
asignados desde la Secretaría de la Defensa durante los últimos 4 años,
cuando su titular era el general Galván Galván, y sólo en 2012
ascendieron a unos 300 millones de pesos. Eliseo Ramírez informa que
para 2013 tienen una extensión de contrato por otros 120 millones de
pesos y esperan que la actual administración les extienda aún más dichos
servicios. Sin embargo, al interior de la Defensa sostienen que ni un
contrato más se le asignará de manera directa a esta empresa beneficiada
en la administración anterior por intereses que ahora son investigados.
Este proveedor que extrañamente fue
muy beneficiado, sostiene que la Secretaría de la Defensa consume
millones de productos médicos al año por miles de millones de pesos, por
lo que ha sido un buen negocio para Disur. Pero esta empresa no sólo
tiene contratos millonarios con la Defensa, también le da servicio de
farmacia a instituciones de salud pública, como el Instituto Mexicano
del Seguro Social, principal consumidora de medicamentos. De la
investigación en contra de Disur, Eliseo Ramírez sostiene que es normal
que se hagan revisiones periódicas para confirmar que se cumplen los
contratos, pero esto no sólo se hace a Disur, sino a todos los
proveedores.
Contratos multimillonarios
Hace varios meses dimos cuenta de la
auditoría que llevaba a cabo la Auditoría Superior de la Federación
sobre el otorgamiento de 18 contratos multimillonarios, mediante
asignación directa, a empresas extranjeras que hizo la Sedena para la
adquisición de equipos y servicios sofisticados en tecnologías de
inteligencia y aeronáutica. Este caso es revisado por el nuevo titular
del Órgano Interno de Control de la Defensa.
En columnas anteriores explicamos cómo
los órganos de fiscalización del gobierno federal y del Congreso de la
Unión se centraron en auditar ocho contratos y seis convenios
modificatorios relacionados con la compra de equipo y contratación de
servicios de comunicación e inteligencia, por un monto cercano a los 6
mil millones de pesos, para uso de las secciones Segunda y Séptima del
Estado Mayor de la Sedena, cuyo jefe era el general de división
Diplomado de Estado Mayor Luis Arturo Oliver Cen, actual oficial mayor.
La Sección Segunda es la encargada de las actividades de inteligencia y
contrainteligencia del Ejército Mexicano. La Séptima, de las operaciones
contra el narcotráfico.
Los primeros ocho contratos auditados
se celebraron con Security Tracking, SA de CV. Los otros 10 contratos
fueron signados también con esta compañía y con AV y D Solutions, SA de
CV. Ambas son representantes en México de corporativos estadunidenses
especializados en tecnologías de inteligencia y aeronáutica,
respectivamente.
El objetivo de los ocho primeros
contratos fiscalizados fue incrementar las capacidades de espionaje y
procesamiento de información de inteligencia de la Sedena. De acuerdo
con las copias de los contratos, el Ejército Mexicano y la Fuerza Aérea
Mexicana construyeron un Sistema de Inteligencia Regional para
modernizar el Centro de Comando y Control, sus subcentros y módulos, y
construir la Plataforma Pegasus.
El equipo adquirido es de tal
capacidad, que la empresa estadunidense debió contar con la autorización
de la Secretaría de Estado de Estados Unidos para poder venderlo a la
Sedena. Según la descripción de los contratos, la Sección Segunda cuenta
ahora con la capacidad de intervenir cualquier tipo de comunicación
electrónica, de manipular a distancia –mediante órdenes que pasan
inadvertidas– computadoras, radios, teléfonos celulares y cualquier tipo
de teléfono inteligente o smartphone.
*Periodista
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