Legionarios de Cristo favorecidos en los dos últimos papados: ‘El País’
Un artículo firmado por
Jesús Rodríguez señala que durante los periodos de Juan Pablo II y
Benedicto XVI al frente de la Iglesia católica, se beneficiaron a
organizaciones conservadoras como la fundada por Marcial Maciel y el
Opus Dei.
Benedicto XVI durante su visita a México en marzo de 2012. (Foto: Archivo/Notimex)
Un artículo de Jesús Rodríguez en el diario El País, detalla que Carol Wojtyla (Juan Pablo II), quien fue electo para ocupar el ministerio petrino en 1978, tuvo el apoyo de organizaciones religiosas conservadoras como los Legionarios de Cristo, el Opus Dei, Comunión y Liberación y Camino Neocatecumenal.
“El primer servicio que le prestaron vino de Marcial Maciel (al que llamaría ‘apóstol de la juventud’), que le organizó su gran viaje triunfal a México… Luego el Opus Dei sería pieza clave en la refriega latinoamericana contra el marxismo”, señala Rodríguez en su texto titulado Los pilares de Dios, publicado este domingo y detalla que “Wojtyla premiaría al Opus con la concesión de una prelatura personal (una diócesis propia de carácter mundial) en 1982, la beatificación de Escrivá en 1992 y su canonización en 2002”.
Por su parte, Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), quien dejará el cargo el próximo 28 de febrero, no sostuvo una afinidad semejante a la de su predecesor con las organizaciones conservadoras dentro de la Iglesia católica, sin embargo se negó “a disolver la desprestigiada congregación de los Legionarios de Cristo tras hacerse público el escándalo por pederastia de su fundador, Marcial Maciel”.
El Papa nombró arzobispo de Milán a Angelo Scola, uno de los candidatos a sucederlo y miembro de Comunión y Liberación; recurrió a dos integrantes del Opus Dei, el cardenal español Julián Herranz y el periodista estadounidense Greg Burke, para rastrear el origen de las filtraciones conocidas como Vatileaks, y su colaboración para “remozar la deteriorada imagen de la Santa Sede”.
En ese sentido establece que la inesperada renuncia de Ratzinger, deja a los conservadores en un momento complicado donde “cada movimiento se enfrenta a sus miserias internas” y que es por ello que la sucesión en San Pedro, “será una prueba de fuego para todos ellos”.
(Con información de El País)
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