Los Obama en crisis matrimonial. Por si no teníamos bastante con la renuncia de Benedicto XVI
Lo
leo en El País y me resisto a creerlo, pero es la verdad: “los Obama ya
pasaron separados el puente del Día de los Presidentes del año pasado”.
No se habló entonces de crisis matrimonial porque “él permaneció en Washington tras haber estado de campaña electoral en Florida mientras su esposa y sus hijas hacían las maletas para marcharse a esquiar a Colorado”.
Pero el matrimonio más poderoso del mundo se hunde. Y es que este año volvieron a estar separados en el mismo puente: “Michelle Obama ha llevado a sus hijas —Sasha y Malia— a esquiar a Aspen. Pero el presidente no se ha quedado en la Casa Blanca. Ni hará campaña para sacar a la golpeada clase media norteamericana de la crisis económica en la que vive. El trabajo para Obama acabó el viernes por la tarde tras dar un discurso en Chicago sobre el control de armas. Después de eso, abandonó la congelada ciudad que le vio nacer como político y puso rumbo a la soleada Florida, para pasar el largo fin de semana de febrero en West Palm Beach —con una media de 22 grados de temperatura— jugando y tomando clases de golf”.
Qué espanto el presidente por un lado y la primera da por otro. Por si no teníamos bastante con la renuncia del papa Benedicto XVI.
La nota de El País es contundente: “El pasado jueves, el portavoz de la Casa Blanca no mencionó la palabra “familia” cuando informó del viaje del presidente a Florida lo que desató algunas alarmas, las que se recogen bajo la categoría ‘crisis de pareja’. La oficina de la Primera Dama no contestó a las preguntas sobre cuáles eran sus planes para el fin de semana en el que —como cada tercer lunes de febrero— los norteamericanos celebran a todos los presidentes que ha tenido la nación”.
El País termina con dos comentarios que no pueden ignorarse:
“Nota para los críticos del gasto superfluo. Sí, los viajes por separado de Michelle y Barack Obama aumentan el desembolso que se debe de hacer a la hora de seguridad y logística”.
“Nota para los románticos: Los Obama salieron a cenar el Día de San Valentín, también conocido como Día de los Enamorados. La pareja escogió para la ocasión el recién estrenado MiniBar del chef español José Andrés. Demasiado gasto para una pareja en crisis —cerca de 350 dólares por cubierto—.”.
Ni hablar.
No se habló entonces de crisis matrimonial porque “él permaneció en Washington tras haber estado de campaña electoral en Florida mientras su esposa y sus hijas hacían las maletas para marcharse a esquiar a Colorado”.
Pero el matrimonio más poderoso del mundo se hunde. Y es que este año volvieron a estar separados en el mismo puente: “Michelle Obama ha llevado a sus hijas —Sasha y Malia— a esquiar a Aspen. Pero el presidente no se ha quedado en la Casa Blanca. Ni hará campaña para sacar a la golpeada clase media norteamericana de la crisis económica en la que vive. El trabajo para Obama acabó el viernes por la tarde tras dar un discurso en Chicago sobre el control de armas. Después de eso, abandonó la congelada ciudad que le vio nacer como político y puso rumbo a la soleada Florida, para pasar el largo fin de semana de febrero en West Palm Beach —con una media de 22 grados de temperatura— jugando y tomando clases de golf”.
Qué espanto el presidente por un lado y la primera da por otro. Por si no teníamos bastante con la renuncia del papa Benedicto XVI.
La nota de El País es contundente: “El pasado jueves, el portavoz de la Casa Blanca no mencionó la palabra “familia” cuando informó del viaje del presidente a Florida lo que desató algunas alarmas, las que se recogen bajo la categoría ‘crisis de pareja’. La oficina de la Primera Dama no contestó a las preguntas sobre cuáles eran sus planes para el fin de semana en el que —como cada tercer lunes de febrero— los norteamericanos celebran a todos los presidentes que ha tenido la nación”.
El País termina con dos comentarios que no pueden ignorarse:
“Nota para los críticos del gasto superfluo. Sí, los viajes por separado de Michelle y Barack Obama aumentan el desembolso que se debe de hacer a la hora de seguridad y logística”.
“Nota para los románticos: Los Obama salieron a cenar el Día de San Valentín, también conocido como Día de los Enamorados. La pareja escogió para la ocasión el recién estrenado MiniBar del chef español José Andrés. Demasiado gasto para una pareja en crisis —cerca de 350 dólares por cubierto—.”.
Ni hablar.
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