Niña asesinada en Colima fue confundida con hija de narco: Procuraduría
COLIMA, Col. (proceso.com.mx).- El asesinato de la niña Irma Jazmín Isaisa Arroyo, de 10 años, cuyo cuerpo apareció mutilado y semicalcinado el pasado 28 de enero en la ciudad de Tecomán, fue cometido por cuatro presuntos miembros del cártel de Jalisco Nueva Generación, quienes la habrían confundido con la hija de un rival con el que disputan el mercado de la droga en esa zona, dijo hoy la procuradora general de Justicia, Yolanda Verduzco Guzmán.En tanto, de acuerdo con la funcionaria, el homicidio del sacerdote José Flores Preciado, ocurrido el 5 de febrero en el interior del templo de Cristo Rey de la capital del estado, fue perpetrado por un adicto a las drogas que agredió a golpes al ministro religioso porque se negó a darle dinero.
En conferencia de prensa en la que estuvo acompañada por el secretario general de Gobierno, Rogelio Rueda Sánchez, la procuradora informó que en ambos casos ya se encuentran detenidos y consignados los presuntos responsables.
Verduzco Guzmán informó que los acusados del asesinato de la menor -dos de ellos originarios de Tecomán, uno de Michoacán y otro de Los Ángeles, California- fueron detenidos cinco días después del suceso, mientras que el probable homicida del sacerdote fue aprehendido nueve días después de la comisión del delito.
Mencionó que después de ser privada de la libertad, el domingo 27 de enero pasado, la niña fue atacada sexualmente y asesinada; su cuerpo fue encontrado al día siguiente en una huerta de limón de la colonia Cofradía de Juárez.
Los cuatro detenidos por este caso fueron consignados ante el juez como presuntos responsables del delito de feminicidio.
En relación con el crimen del padre José Flores, de 83 años, la procuradora informó que fue capturado un hombre de 25 años, originario de Tecomán y vecino de Colima, como autor intelectual y material de este hecho.
Dijo que el día del asesinato el inculpado esperó al sacerdote afuera de la parroquia para pedirle dinero como comúnmente lo hacía, pero el religioso le advirtió que en esa ocasión sólo le daría comida, por lo que ante esta negativa “su agresor primeramente le golpeó en repetidas ocasiones el rostro con los puños, para después propinarle un fuerte golpe con un adoquín en la cabeza, ocasionándole las lesiones que horas más tarde terminaron con la vida del sacerdote”.
Verduzco Guzmán puntualizó que de acuerdo al testimonio de algunos vecinos del lugar, semanas antes del asesinato el probable responsable había injuriado al padre José Flores y a varias personas más al término de la celebración de una misa, debido a que fue retirado del templo por alterar el orden.
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