Patadas, relinchos y rebuznos de un desgobernador
En varias entidades del país sus desgobernadores abusan del poder o son torpes, se pasan
de vivos y roban; como el tal Granier, que dejó a Tabasco con una deuda
de más de 2 mil millones de pesos; Moreira, ahora becado en España
¡para estudiar! (a la vejez, viruela), endeudó a Coahuila con 30
mil millones de pesos; Sabines en Chiapas; Fidel Herrera en Veracruz,
Yarrington en Tamaulipas; Larrazábal en el municipio de Monterrey… Todos
son ladrones. El señor Padrés Elías, de Sonora, de filiación
calderonista-panista, está sobreviviendo, y por esto, anda apurado en el
botín: no para en sus arbitrariedades. Insiste en cobrar impuestos a
los que tengan burros, mulas, caballos, vacas, toros, borregos
cimarrones, víboras y hasta perros, gatos y pájaros. No es una
exageración. Quiere a toda costa sacar dinero vía las contribuciones.
Los “bien nacidos”, dijo el desgobernador
Padrés, no se oponen a pagar más impuestos. Y los sonorenses de la
capital de la entidad le reviraron con lo de que son “mal nacidos” y no
cederán al abuso fiscal. El que se hayan rebelado los hermosillenses por
el mal gobierno panista y que los cajemenses no cedan en la defensa del
agua que se quiere robar Padrés, significa que en Sonora hay una crisis
política de fondo, ya que esas dos plazas representan la voluntad
mayoritaria del estado. Las patadas, relinchos y rebuznos de Padrés han encontrado a su domador:
el pueblo y sus dirigentes, que ya no están dispuestos a ceder y exigen
su renuncia. No quieren darse cuenta en el Senado que Sonora va a
explotar por una crisis política que reclama una decisión: echar del
Poder Ejecutivo estatal a Padrés.
Si no hay una actuación institucional a
los problemas en todo el territorio con el narcotráfico, los
levantamientos de guardias comunales, los paramilitares, etcétera, debe
agregarse lo de Sonora. Esta entidad es un volcán social de
inconformidad por los abusos de Padrés. Dejar que el problema avance es
someter a los sonorenses a una mayor desesperación. No hay más que
quitar a Padrés de la gubernatura y que un gobernador sustituto dé
solución al problema fiscal y al del agua. No diga después la
representación en el Senado que no ha sido advertido de la crisis y que
al desbordarse aquello se vuelva un incendio. Aún hay tiempo de parar los rebuznos, patadas y relinchos de Padrés.
*Periodista
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