martes, 9 de abril de 2013

Los tres días que salvaron al mundo

Los tres días que salvaron al mundo

Tres banqueros lograron contener la ola de pánico que amenazaba con derrumbar el sistema financiero global, a una escala y a una velocidad que no tenían precedente
Las BlackBerrys comenzaron a sonar, justo antes de que la cena comenzara en el Palacio da Bacalhoa, una obra del siglo XV en las afueras de Lisboa. Los 21 hombres y mujeres encargados de trazar el rumbo de la economía europea bajaron la mirada para conocer la alarmante noticia esa noche del 6 de mayo de 2010.

Cruzando el Atlántico, la bolsa de Estados Unidos se hundía. En sólo 15 minutos el Dow Jones había caído mil puntos, rasurando los precios de las acciones de algunas de las empresas más grandes de América hasta valer simplemente un centavo. Eso después se conocería como “flash crash” y fue atribuido a extraños factores técnicos del mercado.

Pero en el calor del momento, eso fue el flash de un peligro diferente. Los líderes del Banco Central Europeo que ese día habían descartado riesgos alrededor de su sistema financiero, el crash fue un paralizante referéndum de algo que habían hecho, o tal vez algo que no habían hecho.

Esa tarde, su líder, un francés llamado Jean-Claude Trichet, le había dicho al mundo en una conferencia de prensa que el grupo no había siquiera discutido el despliegue de sus recursos sin fondo -su poder de imprimir dinero- para combatir la crisis que envolvía a Europa y que cada vez ponía más en tela de juicio la capacidad de los países para pagar sus deudas.

¿Nosotros causamos esto?”, comenzaron a preguntar los banqueros. “¿Ahora qué hacemos?”.

Los eventos que siguieron, para la mayoría de los mortales, fue simplemente una serie de titulares en los medios acerca de una crisis global.

Pero lo que pasó los siguientes tres días y cuatro noches de mayo de 2010 es esencial para entender el predicamento económico en el que el mundo está. En ese momento, los mayores bancos occidentales tomaron una serie de decisiones que crearon la economía en la que hoy habitamos, y que habitaremos todavía en un futuro lejano.

Lo anterior es una adaptación del libro The Alchemists: Three Central Bankers and a World on Fire (Los alquimistas: tres presidentes de bancos centrales y un mundo en llamas) de Neil Irwin.

LOS IMPROVISADORES

Cuando las primeras fisuras de la economía mundial se hicieron visibles en agosto de 2007, fueron los líderes de los tres más importantes bancos centrales del planeta los encargados de salvar al mundo de una gran crisis: Ben Bernanke de la Reserva Federal de Estados Unidos, Mervyn King del Banco de Inglaterra y Jean-Claude Trichet del Banco Central Europeo.

En el libro columnista de The Washington Post, explica que durante los cinco años que siguieron, ellos tres y sus compañeros banqueros inyectaron billones de dólares, libras y euros para contener la ola de pánico que amenazaba con derrumbar el sistema financiero global, a una escala y a una velocidad que no tenían precedente.

En su presentación del libro, The Washington Post afirma que pudiera haber sido titulado Los Improvisadores, porque la improvisación fue la clave de cómo los banqueros reaccionaron ante las turbulencias económicas que todavía afectan a la economía mundial, especialmente a Estados Unidos y a la Unión Europea.

Irwin señala que en cada etapa, sus soluciones fueron improvisadas, apresuradas y a veces desesperadas. Advierte que las políticas tomadas arreglan los problemas de inmediato, pero amenazan con causar otros mayores en el futuro.

El objetivo de esas iniciativas ha sido prevenir un colapso completo del sistema financiero mundial, lo que hubiera llevado a la economía a una verdadera depresión.

“Todos adoptan este objetivo, pero las respuestas han sido a menudo convenientes para el momento e incoherentes”, expuso.

Neil Irwin, quien cubrió la crisis financiera, la recesión, así como la Fed y otros bancos centrales para The Washington Post de 2007 a 2012, es ahora columnista para ese rotativo.

“En el papel, el sistema de bancos centrales nacionales parece ser inadecuado para enfrentar la crisis que vivimos y que continúa afectado al mundo desde la mitad de la década pasada. En teoría, Ben Bernanke se encarga de mantener la estabilidad de la economía estadunidense, detenerla por completo, y lo que pasa fuera de nuestras fronteras es solamente su preocupación si afecta a la economía de Estados Unidos. Pero en la práctica, descubrí que los banqueros centrales globales tienen una extraordinaria habilidad para imaginarse como parte del mismo equipo”, dijo Irwin en entrevista con The New York Times.

The Alchemists cuenta la historia de los banqueros centrales como bomberos relatando anécdotas sobre Bernanke y de sus compañeros de los principales bancos centrales del mundo, especialmente King y Trichet, en los años de crisis.

Irwin menciona que antes de llegar a presidir la Fed, Bernanke formaba parte del consejo escolar de Montgomery Township, en Nueva Jersey, donde debatía sobre el alza de los impuestos para construir escuelas. Entonces profesor de economía en la Universidad Princeton, rompió el empate votando a favor del aumento de los impuestos.

Contando los principios de la creación del banco central en el siglo XVII en Estocolmo, Suecia, y que dio luego la forma en el que el mundo actual está administrado, Irwin escribe también los problemas económicos que empezaron durante la era de Alan Greenspan, quien presidía la Fed antes de Bernanke.

Lleva al lector a la situación actual con información sobre la manera en que los tres principales banqueros e instituciones financieras se convirtieron en quienes son ahora, así como lo que decidieron hacer con los poderes a los cuales accedieron.

La historia del libro se concentra en 27 ciudades de 11 países, contando el rol de los bancos centrales en la economía mundial.

El libro publicado el pasado 4 de abril por la editorial The Penguin Press HC llega en el momento en el que la Unión Europea intenta salvar a Chipre de la bancarrota.

Cuestionado por 24 HORAS sobre este tema, Janusz Lewandowski, comisario de la Unión Europea para la Programación Financiera y Presupuesto, explicó que el mundo ha sido confrontado a desafíos inusuales.

“En Inglaterra y en Estados Unidos tomaron decisiones con estímulos monetarios. En Europa no, porque en Europa se trataba de austeridad, de ganar nuevamente la confianza del mercado financiero. Así que no hay una sola receta cuando estás confrontado a desafíos inusuales, como una crisis profunda”, aseguró.

Para el comisario, lo más importante es el futuro del Banco Central Europeo porque es “el único banco, el banco de los bancos de 17 países. El banco opera sin el Estado federal. En Estados Unidos, Inglaterra o México, por ejemplo, el banco central operan dentro de un país soberano”.

En ese mismo sentido, el miembro de la junta directiva del Banco Nacional Polaco (BNP), Jakub Skiba, considera que los banqueros a veces toman decisiones riesgosas porque buscan la armonía y la estabilidad de manera rápida.

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