lunes, 6 de mayo de 2013

Las bondades del neoliberalismo en México

Las bondades del neoliberalismo en México

Jorge Hernández @jorgekravitz lun 6 may 2013 08:00
¿Cuántas empresas mexicanas han sido superadas por la competencia exterior?, miles, y el efecto no ha sido sólo para las PyMES. 
Desde la era de los 80’s en nuestro país surgió una clase política “tecnócrata” que hasta nuestros días, han hecho hasta lo imposible por llevar a México a la modernidad y globalización. Sin embargo, muchas –en su mayoría- de esas ideas no han sido fruto del idealismo mexicano, sino más bien, han sido el resultado de una pequeña clase política que ha sido educada en el extranjero y que han regresado al país como los redentores de la “nueva era mexicana”.
La mayoría de ésta clase política preparada en el extranjero, ha sido fanática seguidora de la religión económica del fallecido Milton Friedman. Una tesis utópica económica en la que nos dice con un fervor que el mercado tiene la bondad de autoregularse por sí solo, y que además, para que ésta tesis sea perfecta, debe existir un adelgazamiento del Estado al máximo. Es decir, para Milton Friedman el neoliberalismo es el modelo económico que puede crear riqueza por sí solo, y que el mercado sea el único “gobierno” para establecer sus propias reglas que garanticen la prosperidad económica. Todo un sistema económico perfecto.
Hace veintiún años en México se firmo un acuerdo de integración comercial llamado Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y en aquellos años, el más “liberal” de los liberales mexicanos CSG, nos dijo que dicho acuerdo sería la puerta no sólo a la modernidad, sino la oportunidad de acceder a la globalización y poder competir en las grandes ligas, es decir, la oportunidad de que los productos manufacturados en nuestro país puedan comercializarse en el país de la unión americana y Canadá, para después saltar al resto del mundo. La realidad ha sido muy distinta a la retórica del mayor vendedor de ilusiones de paraísos económicos como lo fue y es CSG, gracias a dicho acuerdo, se dijo también, que era necesario privatizar prácticamente todo, en pocas palabras, era necesario seguir los preceptos de Frieman donde había que crear un mercado libre con un Estado ínfimo.
Los resultados los conocemos hoy día, totalmente opuestos al discurso político, y para quienes se aferran a defender lo indefendible, leyendo en el diario económico mexicano El Financiero, la especialista en tecnología Nelly Acosta nos relata románticamente en su artículo ¿A dónde quedaron las computadoras mexicanas? cómo la industria mexicana de la computación terminó por desaparecer gracias al acuerdo comercial –TLCAN- que traería la modernidad para México.
Recuerdo una conferencia dictada en un municipio textil del Estado de Guanajuato por el comentarista económico de TV Azteca Erick Guerrero, donde relataba, palabras más palabras menos, que agricultores y sector empresarial no ligado a la élite le reclamaron al ex-mandatario firmante del TLCAN, de que dicho acuerdo era desleal, ya que los productos extranjeros venían a competir al mercado nacional con un apoyo –subsidio- de sus gobiernos, en cambio los productos nacionales, recibían todo lo contrario del Estado mexicano.
Ya lo expone perfectamente la especialista en tecnología Nelly Acosta con datos y hechos reales los frutos y bondades de la tesis perfecta llamada neoliberalismo, la industria mexicana ha ido desapareciendo gracias a la necedad política de desincentivar al mercado nacional para beneficiar al mercado global extranjero, parapetándose con la retorica de siempre, traernos la modernidad.
¿Cuántas empresas mexicanas han sido superadas por la competencia exterior?, miles, y el efecto no ha sido sólo para las PyMES. ¿Ya olvidaron las últimas dos ventas de las cervecerías más emblemáticas del país?, Grupo Modelo y Cervecería Cuauhtémoc. Dichas ventas fueron con la justificante de ser más competitivas globalmente.
Para los “tecnócratas” mexicanos, la religión económica de Milton Friedman es la de modernidad, desarrollo y prosperidad que ha traído a nuestro país. Mientras que no exista otra postura económica a la retórica oficialista de los “chicago boys mexicanos”, seguiremos padeciendo la desaparición de nuestra industria propiedad mexicana Hecho en México.
El Apunte
El TLCAN sigue en espera de un osado mandatario mexicano que incentive fuertemente la industria mexicana, genere y apoye proyectos cien por ciento mexicanos. Cuando esto suceda, llegará entonces esa modernidad que tanto nos siguen vendiendo.

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