Televisión, magnates y políticos

José Luis Camacho Acevedo @jlca007

Sin duda, el poder del dinero no lo es todo.
De qué otra manera se explicaría que el considerado como el hombre más rico del mundo, Carlos Slim, necesite realizar saltos de trapecio para conseguir una de las cadenas de televisión abierta que se licitarán próximamente.
El operador inicial del proyecto de Slim para integrarse de lleno al círculo más pesado del cuarto poder vía un canal de TV abierta, Joaquín Vargas y su quebrada empresa MVS, simplemente no dio el ancho.
Por eso no es extraño lo que comenta en su columna Federico Arreola de que, en un giro muy hábil por parte de Slim, ahora el magnate vaya de la mano tras el canal de televisión abierta de un periodista prestigiado y con gran peso de opinión pública como es Juan Francisco Ealy Ortiz.
Yo he tratado de manera exhaustiva el tema de las nuevas telecomunicaciones en México en SDP.
Han sido mis modestos trabajos producto de consultas con expertos, investigaciones, nacionales y extranjeras, lectura entre líneas de la naturaleza de la última intención que mueve a quienes quieren convertirse en un poder fáctico, sobre todo en la era de tecnología tan avanzada que vivimos.
Esa película es la que más canas le saca al secretario de comunicaciones, Gerardo Ruíz Esparza, quien debe rodearse de opiniones sensatamente políticas para sacar adelante uno de los compromisos torales del presidente Peña y evitar caer en un ridículo como el que protagonizaron en su momento el brocker Luis Téllez y la disparatada y brava de Purificación Carpinteyro.
Arreola refiere que “como dicen los enterados” puede opinar sobre la posibilidad de la alianza Slim-Ealy Ortiz a partir de una búsqueda constante de información sobre el asunto.
Yo no me creo un enterado, y menos conocedor técnico, en el tema. Pero sí estoy informado del proceso de intereses económicos y políticos que vive el país en esta transformación comunicativa en la que se pelean fuerte los espacios tanto magnates como políticos.
Yo, igual que Arreola he sabido que los consejeros de Slim llegaron a la conclusión de que Vargas y MVS representaban más una debilidad que una fortaleza en ese delicado proyecto comunicativo.
Quién me refirió el tema abundó diciéndome que mi amigo Manlio Fabio Beltrones estaba en un conflicto de intereses. Es sabido que Manlio apoya el proyecto de Milenio (Televisa) para ganar una de las cadenas abiertas.
Y creo, no pregunté por prudencia, que el conflicto de intereses de Manlio al que se refería mi interlocutor era porque el habilísimo sonorense durante su etapa más dura de ascenso político, contó con el apoyo decidido de Juan Francisco Ealy Ortiz que le dejaba manejar la columna dominical de su importante diario para apoyar a los suyos y quitar del camino a los adversarios.
En esas épocas, ese espacio en El Universal, fue vital para el crecimiento político de Beltrones. Y también de Emilio Gamboa.
Por eso yo le dije a mi informante, que es creíble y leal, que si Slim botó pragmáticamente a Joaquín Vargas porque no cumplía la tarea, Beltrones simplemente tiene que hacerse a un lado de los “milenios” encabezados por los polizontes de Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva, debidamente apoyados por Televisa, y sumarse al proyecto de su amigo histórico que es Juan Francisco.
Que por cierto lleva de compañero de aventura a un personaje de suma importancia en México como es Slim.
Además, en eso Arreola toca también tierra, El Universal es el periódico líder en México. No hay por ahora otro referente de credibilidad, profesionalismo y pluralidad en el medio.
Por eso yo apunto, además de la recargada que me doy en la información de Federico Arreola, que no solamente van a ir en esa puja por la TV abierta Slim y Ealy Ortiz.
Seguramente estos poderosos personajes terminarán contando con el abierto apoyo de Beltrones y de Gamboa, políticos encumbrados que mucho le deben al dueño de El Universal.
Y esto apenas empieza a calentarse.
EN TIEMPO REAL.
1.- Uno de los grandes ganadores del evento del Pacto por México de ayer fue, sin duda, Luis Videgaray. Destrabó el problema político ocasionado por el “chayogate”. Jaló nuevamente a los actores del pacto a la mesa de negociaciones reformistas y abrió paso a la presentación de su reforma financiera sin que existieran esos nubarrones amenazándola. Videgaray convence a la clase política con acciones como la de ayer, de la cual fue primordial artífice, de que la gran confianza que le tiene Enrique Peña Nieto de ninguna manera es gratuita.
2.- Como siempre Enrique de la Madrid procura ayudar y tender puentes. Es un político enterado. Trabaja y estudia. No se quedó en la tecnocracia pura. También se construyó una imagen conciliadora y eficiente. Una imagen política calificada como dicen los enterados (Arreola dixit) En su nuevo encargo, nadie duda que entregará excelentes resultados el presidente Peña Nieto. Y eso que no es fácil el reto que tiene enfrente Enrique de la Madrid.