El futuro de Europa e Italia está sólidamente vinculado a Rusia
Foto: La Voz de Rusia
–¿Cómo valora usted el estado de nuestras relaciones bilaterales?
–Las
relaciones entre Italia y Rusia, desde hace ya muchos años, se
encuentran a un nivel no simplemente bueno, sino magnífico. En los
últimos dos años y medio nuestros contactos se hicieron menos
frecuentes, pero esto no dependió de la voluntad política, sino de
diferentes complejidades con las que ha tropezado mi país y debido a un
período preelectoral extenso en Rusia, que ha dificultado la realización
de consultas regulares, aunque todo ello no ha obstaculizado el tono
positivo general de las relaciones. Yo supongo que ahora comenzará un
periodo de renovación de las consultas. En los primeros días de agosto
han sido previstos encuentros en el formato “2+2” (los ministros de
Defensa y los ministros de Relaciones Exteriores), recientemente se
llevó a cabo la visita a Moscú de la ministra de Relaciones Exteriores
de Italia, Emma Bonini. En general, estamos renovando nuestra
interacción con la misma intensidad de hace cinco o seis años.
–En
la agenda política de hoy, Rusia interviene como una cuña entre otros
Estados respecto a la cuestión siria. ¿Podría Italia asumir el papel de
intermediaria, limar asperezas?
–Yo
no sé si Italia querría asumir el papel de intermediaria, en Rusia
existen disimiles posiciones con relación a otros estados orientales.
Italia presta mucha atención a las posiciones de la Federación Rusa. A
mediados de junio, se realizó un encuentro de la ministra Bonini con
Serguéi Lavrov, se prestó particular atención a la situación en Siria.
La posición de Rusia abarca muchos puntos con los cuales estamos de
acuerdo y, en cualquier caso, todos ellos son tenidos en cuenta por
nuestra parte. Nosotros compartimos la intranquilidad de la parte rusa a
causa del inmenso daño que el conflicto sirio podría infringir a la
región, y presuponemos que la crisis solamente puede ser regulada por la
vía política, a través de negociaciones diplomáticas. Nosotros apoyamos
completamente la iniciativa ruso-norteamericana para la realización de
la conferencia internacional Ginebra 2. De acuerdo con Rusia,
consideramos que es necesaria la participación de Irán en la misma.
Sobre este tema, existen una cantidad de desacuerdos, pero tanto la
dirección rusa, así como la italiana, presuponen que la presencia de
Irán, el cual juega determinado papel en la crisis actual, es necesaria.
Paralelamente, por nuestra parte, insistimos en que los participantes
en la conferencia sean cuidadosos respecto a los suministros de armas a
ambas partes del conflicto.
–Usted se refirió a inminentes negociaciones “2+2” en agosto. ¿Podría señalarse la fecha exacta y el orden del día?
–El
6 de agosto en Roma, en Villa Madama. El orden del día será totalmente
habitual: la colaboración militar, la colaboración en la industria
militar, las relaciones entre la OTAN y la FR y el papel que Italia
podría jugar para el mejoramiento de estas relaciones. La colaboración
militar entre Italia y Rusia es muy estrecha y profunda e incluye en sí
misma numerosos aspectos. Son actividades muy significativas:
preparación de militares y maniobras conjuntas. Al principio llevamos a
cabo ejercicios militares navales conjuntos y, hace dos años, comenzaron
las maniobras terrestres. Supongo que Italia es el único país de la
OTAN con el cual Rusia tiene un programa conjunto de preparación y
ejercicios militares. También tenemos una muy desarrollada la
colaboración en la esfera de la industria militar.
–En
estos dos años y medio Moscú ha visto tesoros culturales totalmente
únicos. ¿Cuáles son las perspectivas de la colaboración cultural entre
nuestros países?
–En
ninguna otra capital del mundo ha sido expuesta tal cantidad de obras de
arte clásico italiano como en Moscú. Yo espero que el programa del Año
de la Cultura Italiana haya estado muy saturado y haya expuesto los más
importantes logros del país y que el año de intercambio turístico, que
comienza en septiembre y continúa durante el año que viene, no se
convierta simplemente en un año de determinadas actividades. Espero que
la realización de exposiciones temáticas, la promoción y popularización
de la producción italiana, el intercambio entre turistas rusos hacia
Italia y de turistas italianos hacia Rusia, iniciarán procesos que
resulten necesarios y se repitan conjuntamente con las exposiciones de
artes plásticas.
Esto
es así en realidad porque el año de intercambio cultural creó y afianzó
la interrelación de los directores de los museos de Moscú y San
Petersburgo con los directores de los museos italianos. Más aún, estas
iniciativas demostraron también la existencia de un efecto práctico: el
crecimiento del flujo de turistas, el crecimiento del intercambio, se
creó una muy positiva atmósfera política, tanto entre los Gobiernos,
como entre la gente. Nuestra embajada en Moscú está rodeada de buena
voluntad y apoyo por todas partes. Estamos muy agradecidos por ello, y
pienso que es difícil no notarlo. El deseo de continuar la colaboración
surge de manera natural.
Tanto
la exposición de Caravaggio, a finales del año 2011, como la
recientemente inaugurada exposición de Tiziano fueron organizadas en el
Museo Pushkin una vez finalizada las exposiciones en la Scuderie del
Quirinale. Las actividades de tal magnitud siempre son inauguradas por
los jefes de Estado, gozan de un enorme éxito entre el público y
contienen un gran valor simbólico. Yo considero que sería magnífico
continuar esta tradición y traer al Museo Pushkin y a otros grandes
museos rusos las importantes exposiciones organizadas en la Scuderie del
Quirinale. Es claro que no es fácil lograr el traslado de los cuadros
desde os museos italianos, pero vale la pena señalar que la gran
exposición de Caravaggio, cuyas obras únicas fueron traídas a Moscú,
inspiraron a los directores de los museos italianos en la continuación
de la colaboración con sus colegas moscovitas. Todos estos sucesos
estuvieron acompañados de un éxito inédito entre los medios de prensa:
fuimos mostrados en los diarios, las revistas, en la televisión. Las
obras de arte trasladadas hacia acá fueron valoradas con justicia y
esto, seguramente sirvió de estímulo para los directores de los museos
italianos. Los museos rusos son también muy generosos y colaboran de
manera tal que el Museo Pushkin esta preparándose para llevar a Matisse a
la Scuderie del Quirinale.
–¿Con qué impresión abandona usted Moscú? En una entrevista declaró que le gustaba mucho el kéfir de aquí.
–Y
la gacha. Al abandonar Moscú o Rusia, lo haces con impresiones
totalmente distintas en comparación con las que tuviste al llegar.
Cuando has vivido en una ciudad como Moscú, tan vital y rica en
impresiones, tu representación de ella cambia. Te vas con la idea de que
Rusia no es solamente un importante socio, sino un socio vitalmente
imprescindible para Italia. Y esto se refiere no solamente al gas. Es un
socio comercial, porque Rusia adquiere gran parte de la producción
italiana y crece en cantidad. Es un socio cultural, porque en ningún
otro país se vio nunca tanto interés, tanto amor por la cultura
italiana. Es un importantísimo socio político porque, según mi opinión,
está claro que el futuro de Italia y el futuro de Europa están
íntimamente relacionados con Rusia. Y si no pudiésemos colaborar, muy
pronto estaríamos en serios problemas, y no me refiero solamente al
suministro energético, sino también al régimen laboral de esa parte del
mundo llamada Europa.
fs/lk/sm
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