lunes, 22 de julio de 2013

Noruega conmemora la masacre del siglo

Noruega conmemora la masacre del siglo

Noruega conmemora la masacre del siglo

El centro de Oslo desde la mañana de hoy quedó tapizado de flores. En Noruega conmemoran un aniversario luctuoso: los dos años del “acto terrorista de Breivik”.

La explosión de una bomba en Oslo, y la masacre a tiros en la isla de Utoya. El nacionalista noruego Anders Breivik ejecutó, aquel 22 de junio de 2011, el acto terrorista doble más horrible en la historia del país más apacible de Europa. Primero estalló una bomba cerca a la sede del gobierno de Oslo, como consecuencia de lo que perecieron ocho personas. Seguidamente, el asesino se dirigió al campamento juvenil de verano en la isla de Utoya, donde a sangre fría truncó a balazos la vida de sesenta y ocho personas. 
Un tribunal impuso a Breivik la sentencia máxima, según las leyes noruegas, por sesenta y siete asesinados y más de trescientos heridos: veintiún años de cárcel. 
Breivik expuso las razones de la carnicería en un manifiesto publicado en la víspera de aquello. La quintaesencia de las ideas del esperpento está en los inmigrantes, que aprovechando los bienes de la civilización occidental, despliegan una “djihad inherente”, empeñándose en instaurar el poder del Islam en Europa. A juzgar por lo que se dedica Breivik en su cámara de tres habitaciones, que comprende dormitorio, oficina y sala de entrenamientos, en un edificio aparte, tiene perfectamente garantizada la prórroga de la pena. El asesino desarrolla las ideas de su manifiesto y escribe su autobiografía. Las principales tesis de su mamotreto son el retorno de Europa al monoculturalismo y la expulsión de todos los inmigrantes del Viejo Mundo. Algo parecido a Mein Kampf, peor en versión noruega. 
Para la mayoría de los habitantes de Noruefa y de otros países de Europa, Breivik es un maníaco y un asesino. Lo que no significa que, una parte de esa mayoría no comparta sus ideas. No son pocos los que piesan como Breivik.
Obviamente, la situación de intolerancia racial existente en Europa no comenzó con Breivik. Su formación comenzó no hace dos ni cinco años, afirma la profesora Elena Ponomariova, del Instituto de Moscú de Relaciones Internacionales. La culpa hay que buscarla en el deterioro de los valores europeos tradicionales y en la renuencia de los inmigrantes a adaptarse a las tradiciones y costumbres de Europa. Todo esto, sumado, ha generado el crecimiento de la agresividad social y las anomalías en la sicología de la sociedad, afirma la pedagoga: 
Breivik ha sido tan solo la manifestación de aquellos problemas que han venido acumulándose en la sociedad en los últimos veinte años. Pero, lo más terrible es que la juventud no ve un futuro. Ni en Alemania ni en Francia ni en Gran Bretaña. Esos jóvenes crean justamente las organizaciones ultraderechistas, radicales y neonazis. Ellos desean ver un cierto proyecto social nuevo. Y, al no encontrarlo, se incorporan en aventuras radicales. 
En Europa, sobre todo en Francia, donde en los últimos tiempos ha crecido el malestar de los habitantes del país por la conducta de los inmigrantes, se crean tanto grupos aislados como movimientos, cuyos miembros se denominan “Hermanos de Anders”. La conquista de parlamentos por candidatos nacionalistas es propio de la Europa de poscrisis. Los partidos nacionalistas han remontado la barrera del 5 % en Suecia, Bulgaria e Italia. Del 10 %, en Holanda, Hungría, Dinamarca y Lituania, mientras que en Finlandia se acercó de lleno al 20 %. En Noruega, los nacionalistas controlan cerca del 23 % de los curules. 
El asunto de la integración de los inmigrantes en la cultura y la civilización europea es bastante complicado, como para proponer recetas instantáneas. Los musulmanes son ya una realidad en Europa y habrá que resolver el problema de alguna manera, señalaba Alexéi Kuznetzov, analista del Instituto de Economía Mundial y de Relaciones Internacionales: 
Por cierto que es necesario trabajar en la integración de las comunidades musulmanas en la sociedad europea. Sin embargo, bueno sería tomar en cuenta que, es imposible imponer a los musulmanes los seudoeuropeos. Por ejemplo, la autorización de los matrimonios entre homosexuales es ajena a los valores tradicionales europeos. De ahí que, resulta una locura exigir a musulmanes, que llegan a Europa desde aldeas, observar esos valores seudoeuropeos. 
En Oslo, en el malecón, desde donde parte el trasbordador hasta la isla de Utoya, habló en la ceremonia fúnebre el primer ministro del país Jens Stoltenberg. En tanto, la isla misma está sumida en la vida normal de verano. Hace dos semanas volvió a ser abierto el campamento juvenil del gobernante Partido del Trabajo de Noruega. Y en Oslo, la semana pasada fue convocado un concurso internacional para los mejores monumentos a las víctimas de los actos terroristas en la capital y, en la isla de Utoya. El gobierno ha asignado para esa obra diecisiete millones de coronas, o un poco más de dos millones de euros. 
sb/kg/er

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