lunes, 22 de julio de 2013

Terrorismo musulmán en Bosnia y Herzegovina

Terrorismo musulmán en Bosnia y Herzegovina

Terrorismo musulmán en Bosnia y Herzegovina

He estado tomando notas sobre Sarajevo durante unos diez años. Llevé mucho tiempo trabajando de corresponsal en los Balcanes y en más de una ocasión hice reportajes desde Bosnia y Herzegovina.

Conozco personalmente a la mayoría de los líderes musulmanes de Bosnia. Entrevisté a Alija Izetbegovic, Haris Silajdjic, Hassan Cengic, Hassan Muratovic e Iván Divlyak, entre otros. Eran las élites políticas de aquellos tiempos responsables en gran medida de lo que ocurría en la región. Esta es la primera vez que estoy publicando gran parte de mis apuntes correspondientes a aquel período. Quiero que los seguidores de La Voz de Rusia se enteren de los hechos que las autoridades oficiales de Sarajevo han ido omitiendo durante todos estos años. Aquellos sucesos y las personas a las que entrevisté eran factores clave para el posterior desarrollo de la situación en Bosnia y Herzegovina.
El principal estratega y coordinador de las relaciones con Teherán era el ministro de Defensa de Bosnia y Herzegovina, Hassan Cengic, amigo y hombre de confianza del primer presidente de Bosnia y Herzegovina, Alija Izetbegovic, fallecido en octubre de 2003. Hasta 1988, ambos cumplían condena en la misma prisión de la ciudad de Foca. Izetbegovic encomendó a Cengic el suministro de armas para el ejército musulmán. Este último, otrora imán de la mezquita de Zagreb, cumplió la tarea con mucha diligencia y tranquilidad, sin llamar excesivamente la atención sobre el asunto. Durante toda la guerra (marzo de 1992-diciembre de 1995) las armas llegaban con regularidad a Sarajevo desde Irán, a través de Ankara. El principal intermediario fue el diplomático sudanés Elfatih Ali Hassanein, de TWRA (Trid Word Relif Agency).
Todas las transacciones con armas para Sarajevo y la 7ª Brigada Especial Musulmana integrada casi exclusivamente por mercenarios procedentes de Afganistán, Irán y Argelia, entre otros países, contaban con la aprobación de EEUU y los servicios de inteligencia occidentales. El control financiero estaba a cargo de Osama bin Laden, Hassan Cengic y TWRA. En Bosnia y Herzegovina operaba en aquel entonces el llamado Movimiento Islámico Armado, una organización terrorista con una extensa red de agentes y grupos armados en los Balcanes.
En la ciudad de Fojnica, el poder estaba en manos de la División Khanjar que se jactaba abiertamente de su relación con las tradiciones de la unidad del mismo nombre formada por los nazis en Bosnia y Herzegovina, en 1943. La nueva Khanjar contaba con el apoyo directo de Haris Silajdjic, entonces ministro de Relaciones Exteriores y jefe de Gobierno. Eran seis mil soldados, en su mayoría albaneses naturales de Kosovo, Sandjak y Albania. Sus instructores muyahidines procedentes de Afganistán y Pakistán trataban de convertirles en asesinos a sangre fría. Además existía el grupo de comandos Delta integrado por doscientos hombres, todos de origen albanés. La 7ª División Musulmana era una banda de matones ejecutores de masacres étnicas entre la población serbia. A finales de 1993 y principios de 1994, el llamado “ejército musulmán” contaba con veinte mil efectivos. Gracias al apoyo de EEUU y países musulmanes, las tropas de Bosnia disponían en 1994 de dos aviones de reconocimiento, ochenta y cinco tanques y tres mil doscientos cañones pesados de distintos calibres. En 1993, Sarajevo compró seis aviones de transporte MI-8C y el misil antiaéreo SA-16 Iglá, todos de fabricación rusa. Además, los musulmanes estaban fabricando armas propias: cañones de 105 mm, en Zenica; municiones para ametralladoras portátiles, en Jablanica, y explosivos, en Vitez.
Una vez terminada la guerra civil en Bosnia y Herzegovina (diciembre de 1995), Washington destinó quinientos millones de dólares para la creación de un nuevo ejército de la Federación de Bosnia y Herzegovina, integrado por musulmanes y croatas. De ellos, ciento cuarenta millones se gastaron en viejos equipos del Pentágono. Con la llegada de la OTAN y el Pentágono a Bosnia, Izetbegovic se comprometió a cesar para siempre su cooperación militar con Teherán. Solo entonces Bill Clinton autorizó la concesión de los quinientos millones de dólares para el ejército de Izetbegovic. Washington denominaba el respectivo programa de ayuda como “Enseña y arma”. El primer lote de armas fue suministrado en agosto de 1996. Incluía tanques, vehículos para el transporte de infantería, helicópteros y cuarenta y seis mil fusiles M-16. Por parte de EEUU, el responsable del programa era James Pardew, de la CIA. Paralelamente, Sarajevo recibió por canales ilegales cuarenta cañones de 155 mm procedentes de Turquía y Malasia. Todas estas armas llegaron a Zenica, transformada en el principal centro de entrenamiento de militares musulmanes, y clandestinamente también de terroristas. Los alumnos eran musulmanes y sus instructores, oficiales estadounidenses, incluidos exagentes de la CIA y la inteligencia militar. Las aulas para las clases teóricas estaban provistas de los ordenadores más modernos. Había espacios habilitados para las prácticas al aire libre y suficiente material: ciento ochenta y un tanques, ciento cincuenta vehículos para el transporte de infantería y seiscientas setenta y cuatro piezas de artillería. En el programa “Enseña y arma” también participaban Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes, Malasia y Brunei.
nv/kg/sm

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