Expertos de la ONU tienen la palabra respecto a Siria
Foto: EPA
La
OIAC es el organismo internacional supervisor principal del
cumplimiento de las cláusulas de la Convención sobre Prohibición de
Armas Químicas. Sus expertos deben determinar con precisión las etapas
de trabajo para la destrucción de las sustancias tóxicas de Damasco.
Este será el primer paso práctico en la realización de los acuerdos
ruso-norteamericanos pactados en Ginebra el 14 de septiembre.
En Rusia, en la reunión del club internacional de discusión Valdai, el presidente Vladímir Putin
declaró que de momento no existen razones para dudar de que Siria vaya a
"obrar de conformidad con el plan que está elaborando la comunidad
internacional en la ONU":
–Siria
anunció que está dispuesta no solo a sumarse, sino que se considera ya
incorporada a la Convención sobre las Armas Químicas. Estas son medidas
prácticas ya tomadas por el Gobierno sirio. ¿Logrará llevar todo esto
hasta el final? No puedo afirmarlo al cien por cien. Pero, lo que hemos
visto en los últimos días infunde seguridad de que es posible y que será
cumplido.
Rusia
confía en que las consultas en la OIAC moderen un tanto la impulsividad
con la que EEUU, Francia e Inglaterra se afanan en imponer una
resolución draconiana sobre Siria al Consejo de Seguridad de la ONU que
prevea el empleo de la fuerza.
En
esencia, los intentos de Washington se reducen a un cambio del
mecanismo de control de las reservas de armas químicas en Siria. Las
partes convinieron en Ginebra una vía gradual de entrega de los
arsenales bajo control internacional. En pocas palabras, el mecanismo
sería este: primero, es necesario realizar un inventario de las reservas
de armas químicas en Siria. A continuación, los expertos de la OIAC
deben entregar sus recomendaciones sobre almacenamiento y neutralización
de las sustancias tóxicas. El Consejo de Seguridad de la ONU debe luego
confirmar este plan y controlar su cumplimiento. Y, solo en el caso de
incumplimiento de los acuerdos, el Consejo de Seguridad podría aprobar
una resolución que consigne el uso de la fuerza. Mientras que Washington
propone hacer todo esto pero, en sentido inverso: primero aprobar la
"resolución punitiva" y después comenzar el proceso de desactivación.
Lo
más probable es que los miembros del Consejo de Seguridad se pongan de
acuerdo en la resolución sobre Siria. Lo principal es que contenga
formulaciones precisas y no ofrezca posibilidad alguna para una
interpretación ampliada, considera Stanislav Tarásov, director del
Centro del Oriente Próximo y del Cáucaso del Instituto internacional de
Estados contemporáneos:
–El
peligro consiste en que pueda repetirse el guión de la resolución libia
del Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia se abstuvo a la hora de
aprobarse la resolución sobre Libia. Pero ellos, los países de Occidente
modificaron la interpretación del documento y comenzó la intromisión
armada. Lo principal ahora es no permitir nuevas interpretaciones de
posturas que puedan filtrarse en la presumible resolución siria del
Consejo de Seguridad.
Se
trata de la resolución Nº 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, del
17 de marzo de 2011. Rusia se abstuvo en la votación del proyecto. Y
Occidente, con el pretexto de una “intervención humanitaria”, comenzó
sus bombardeos en Libia.
Washington
se afana en presentar que Moscú estaría solo en su deseo de lograr una
solución de paz en Siria. Sin embargo, aparte de que ello atenta contra
la realidad, constituye una tergiversación premeditada de los hechos,
manifestó a La Voz de Rusia Leonid Savin, director de Geopolítica, una publicación de información y análisis:
–Alemania
por ejemplo propicia la neutralidad. Los alemanes consideran que son
necesarias razones más ponderables, ya sea para la intromisión armada o
para una resolución que contemple el uso de la fuerza. Los demás Estados
de la UE tienen posturas muy distintas. Los que marchan en pos de
Washington, naturalmente que respaldan a la Casa Blanca. Pero, muchos
otros Estados se unen a la postura prorrusa y prochina.
El
que China respalde con firmeza el criterio de Rusia fue confirmado, una
vez más, por su titular de Exteriores, Wang Yi, quien se encuentra
ahora en Washington. El diplomático chino declaró que la OIAC debe
emitir primero sus recomendaciones y el Consejo de Seguridad de la ONU
las estudiará luego y tomará una decisión. En los hechos, Pekín, que al
igual que Moscú tiene derecho a veto en el Consejo de Seguridad, dio a
entender que no permitirá una resolución que desbarate el mecanismo
convenido en Ginebra. El secretario de Estado norteamericano debió solo
constatar que entre Pekín y Washington persisten "agudas discrepancias"
en esa materia.
sb/lj/sm
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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