Naciones
Unidas, 23 sep (PL) A menos de 900 días para el límite fijado para el
cumplimiento de los Objetivos del Milenio, las Naciones Unidas demandan
un mayor compromiso global para combatir la pobreza y la exclusión.
Con el inicio hoy de la semana de alto nivel del LXVIII período de
sesiones de la Asamblea General de la ONU, los representantes de los 193
países que la integran centrarán una buena parte de sus intervenciones y
debates en acelerar el cumplimiento de las metas fijadas para 2015 en
la Cumbre del Milenio de Nueva York (2000), así como en trazar las
pautas para el trabajo más allá de 2015.
Según datos de las
Naciones Unidas, pese a los avances en muchos de los objetivos, resta
mucho por hacer para mejorar las condiciones de vida (alimentación,
salud, educación e igualdad de oportunidades) para millones de seres
humanos, en un escenario marcado por la reducción de la ayuda al
desarrollo prometida por los países ricos.
Datos divulgados aquí
reflejan que para 2010 alrededor de 700 millones de personas salieron
de la extrema pobreza respecto a la situación de 1990, lo cual permitió
alcanzar con un lustro de antelación la meta establecida en el foro de
Nueva York, mientras que la desnutrición cayó de 23,2 por ciento de la
población en 1990-1992 a 14,9 en 2010-2012.
Sin embargo, mil 200 millones de seres humanos continúan afectados por la pobreza extrema y casi 900 millones padecen hambre.
En materia de educación primaria universal -el segundo de los
objetivos- aumenta la cantidad de personas alfabetizadas y los niños
fuera de las escuelas decrecieron de 102 millones en 2000 a 57 millones
en 2011, aunque persisten fenómenos como la deserción escolar y unos 250
millones de infantes no pueden leer ni escribir.
También en la
igualdad de género y la autonomía de la mujer se han dado pasos
significativos en los últimos años, pero la ONU estima que permanecen
disparidades en cuanto al acceso de las féminas al trabajo y a los
puestos de dirección.
Respecto a la cuarta meta, reducir en dos
tercios la mortalidad infantil entre 1990 y 2015, se ha logrado
disminuirla en un alentador 47 por ciento, aunque es necesario un
impulso para superar la muerte diaria por enfermedades prevenibles de 18
mil menores de cinco años.
Por su parte, la mortalidad materna
también decreció casi la mitad desde 1990, progreso notable pero
insuficiente de cara al propósito de reducirla en tres cuartos para
2015.
En el caso del VIH/sida, los nuevos contagios disminuyeron
un 21 por ciento de 2001 a 2011, mientras que la meta de garantizar el
acceso universal de tratamientos con retrovirales parece al alcance de
continuar la actual tendencia, señala la ONU.
La séptima meta
del milenio tiene que ver con la sustentabilidad ambiental, aspecto en
el cual las Naciones Unidas instan a un mayor compromiso para enfrentar
las emisiones de gases contaminantes, la deforestación, la
sobreexplotación marina y el peligro de extinción de muchas especies.
Pese a los avances en el acceso al agua potable y las condiciones de
salubridad, en el planeta dos mil 500 millones de personas carecen de la
posibilidad de hacer sus necesidades fisiológicas en baños y letrinas.
En materia medio ambiental, uno de los principales retos que encara la
humanidad es el cambio climático y su impacto en el calentamiento
global, las sequías y los fenómenos climáticos extremos, escenario en el
que los países subdesarrollados exigen a las naciones industrializadas y
los contaminadores históricos un mayor compromiso.
El octavo
objetivo del milenio tiene que ver con el fomento de una asociación
mundial para el desarrollo, meta golpeada por el hecho de que por
primera vez ha disminuido por dos años consecutivos la ayuda prometida
por los países ricos a los más pobres.
mgt/wmr |
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