Cambiar para no cambiar
02/Jun/2014 19:18
El dólar enfrenta un desafío más (Foto: Creative Commons).
Cuesta abajo en su rodada el dólar enfrenta un desafío
más en su creciente lista de sopapos recientes: China y Rusia
convinieron en cotizar en rublos o en yuanes su comercio bilateral.
Esta es oootra amenaza contra el predominio del dólar gringo
como divisa central en el comercio internacional pero, ¿significa algo
más que un mero reemplazo de personajes en el actual y fallido esquema del
dinero fiat en la macroeconomía global? No, no lo significa.
Los manipuladores de la anglosfera monetaria están muy
enojados porque los BRICS los remueven poco a poco del escenario
central. Pero el mundo nada esencial gana. El problema esencial no se resuelve
con este mero relevo de protagonistas. No es una revolución sino un simple
“quítate tú para ponerme yo”. El problema real es que desde el siglo pasado
todas las transacciones internacionales (por valor de cientos o miles de
anglotrillones) no se han pagado. Se han “prometido en pago”, que es muy
diferente.
Eso son los papeles o bits que van de un lado
para otro: simples promesas de pago, no pagos verdaderos.
Concretamente desde 1971 se han usado diversos papelitos o bits,
dineros fiat, como seudopago en esas transacciones. Desde aquel año
todas las monedas o divisas en el mundo son de dinero fiat, ficticio, y
no pueden realizar finiquito: me refiero principalmente al dólar, pero también
al euro, al yen, a la libra esterlina y al yuan de China, que son las monedas
más usadas en el dizque “pago” de operaciones internacionales.
Gatopardismo financiero
El uso de dinero fiat ha creado gigantescos
desbalances en el comercio mundial. Los países exportadores han acumulado
grandes cantidades de estas monedas ficticias —dinero fiat— como
“reservas”. China, por ejemplo, con reservas de casi cuatro anglotrillones de
dólares y de otras monedas fiat provenientes de la recepción de dólares
y otras monedas en “pago” de sus exportaciones.
Todas esas monedas no son dinero real sino títulos de deuda
que no pagan intereses. Por eso las han convertido en Bonos del Tesoro de EU,
que sí pagan intereses (muy poquito, pero algo). La realidad, que nunca se
menciona porque es de mal gusto hacerlo, es que no ha habido pago alguno jamás.
No ha habido finiquito en transacciones internacionales desde 1971. Desde
entonces los adeudos se pagan con… más deuda.
Al sustituir el dólar con otro título de deuda (rublo o yuan
o lo que sea) proseguirá el mismo problema y no habrá un auténtico finiquito
en las operaciones de comercio entre Rusia y China.
En las megatransacciones comerciales entre Rusia y China
necesariamente sucederá lo mismo que ha sucedido desde 1971 con el dólar, con
el euro y con las demás monedas de dinero ficticio. Inevitablemente una de las
partes va a exportar más que la otra y esta acumulará, quiéralo o no,
cantidades de títulos de deuda —moneda— de parte del país importador.
Cambiar para no cambiar, pues.
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