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viernes, 3 de octubre de 2014
Policías y militares bajo la mira en México por cometer abusos
Policías y militares bajo la mira en México por cometer abusos
2014-10-02
Por Andrea Sosa Cabrios
Ciudad de México, (dpa) - Policías y militares están bajo fuerte cuestionamiento en México, después de diferentes incidentes en los que varios uniformados han sido detenidos por matar a estudiantes o a presuntos delincuentes.
No es novedad. Desde hace años organismos de derechos humanos han denunciado excesos en los cuerpos de seguridad, en especial a partir del masivo uso del Ejército en la lucha contra el crimen organizado que comenzó en 2006. Pero esta vez los casos han llegado más lejos.
Al menos siete militares están bajo investigación de la justicia civil, tres de ellos acusados de asesinato, por la muerte de 22 personas en un supuesto enfrentamiento en Tlatlaya, en el centro del país.
Cada vez hay más sospechas de que se trató de una matanza perpetrada por soldados y los resultados que arrojen las investigaciones se consideran una prueba al compromiso del gobierno de Enrique Peña Nieto con el respeto a los derechos humanos.
Al mismo tiempo, en el sureño estado de Guerrero, todos los policías de la localidad de Iguala fueron desarmados por las autoridades y 22 quedaron detenidos por un ataque a balazos contra estudiantes de una escuela rural para maestros que dejó varios muertos y 43 desaparecidos.
"Falta mucho por saber. Es una circunstancia muy compleja", dijo hoy el secretario de Gobernación (ministro del Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, al referirse a los incidentes de Iguala.
Estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, que en el pasado han tenido enfrentamientos con la policía, fueron objeto el fin de semana pasado de un ataque directo a balazos por parte de agentes después de llevarse tres autobuses de una terminal.
Hubo tres estudiantes muertos, uno de ello además desollado, y ocurrió después un tiroteo en un carretera con tres fallecidos ajenos al movimiento estudiantil, en el que no se sabe si hubo también participación de alguna banda criminal junto con los policías.
"El asesinato de los estudiantes, la privación arbitraria de la libertad, la situación de personas heridas y de personas desaparecidas, constituyen graves violaciones a los derechos humanos que no deben permanecer en la impunidad", ha reclamado la organización Amnistía Internacional (AI).
En especial el caso de Tlatlaya, por el número de muertos y el involucramiento de militares, podría marcar la pauta para un antes y un después contra la impunidad y los excesos, o al menos eso desearían organizaciones de derechos humanos.
"Tenemos que poder, ojalá, también producir los cambios institucionales, los enfoques de reacción inmediata, los cursos y protocolos que nos permitan reaccionar (...) ante nuevos hechos que puedan surgir o hechos que ya sucedieron y que se quedaron archivados", dijo a dpa el representante en México del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Javier Hernández.
Aunque las autoridades mexicanas afirman que el número de denuncias contra militares ha bajado, los testimonios sobre excesos abundan. Y también hay muchas víctimas que prefieren guardar silencio.
Pero, al mismo tiempo, la detención de militares por las muertes de Tlatlaya ha empezado a generar en redes sociales un movimiento en su defensa -cuya magnitud es difícil de estimar-, que incluye la convocatoria a una marcha el 11 de octubre para apoyarlos.
Miles de militares y marinos han tenido que asumir en los últimos años el combate a violentas organizaciones criminales, ante la ineficiencia, falta de preparación o complicidad de la policía. Y los convocantes de la marcha dicen que están arrestados "por hacer su trabajo".
Y mientras unos los defienden, frente a instalaciones de la fiscalía en Ciudad de México es frecuente ver a familiares de personas muertas o desaparecidas -a veces en retenes policiales o militares- buscando justicia o una respuesta para su dolor.
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