CIA manipulaba a medios de EEUU para ocultar torturas
La Agencia Central de Inteligencia (CIA)
de Estados Unidos proveía a la prensa contextos desorientadores y
convencía a periodistas de ocultar hechos poco halagadores para acallar
críticas a su programa de torturas, revela el informe del Senado
estadounidense publicado el martes.
“Se incluían afirmaciones erróneas sobre la efectividad de los
interrogatorios de la CIA, afirmaciones que coincidían en su mayor parte
con la información errónea que estaba suministrando la CIA a los
dirigentes del momento”, recoge el informe en una de sus conclusiones
sobre los reportes de prensa manipulados por la Inteligencia
estadounidense.
Sobre el modo de operación, el texto señala que la CIA “proveía de
forma anónima a periodistas información contextual para libros,
artículos y emisiones, incluso cuando aún era confidencial la existencia
del Programa de Detención e Interrogatorios de la CIA”.
El informe revela también que la Agencia tenía por norma no presentar denuncias cuando se publicaban informes sobre datos confidenciales para crear una mayor distancia entre las filtraciones con reconocimiento oficial y los “soplos” informales.
En las 500 páginas publicadas (resumen de un informe mayor aún secreto) se citan al menos tres ocasiones en que un diario o una cadena televisiva estadounidenses transmitieron información errónea proporcionada por el servicio de espionaje, o bien aceptaron silenciar información clasificada a petición de la CIA.
Así, por ejemplo, el informe señala cómo a finales de 2005, el reportero del periódico New York Times Douglas Jehl prometió “recalcar que las técnicas de interrogatorio reforzado de la CIA funcionaban”.
En junio del mismo año, un informe de la cadena NBC de junio de 2005 menciona los falsos “éxitos” de las tácticas de la CIA, apoyado en declaraciones de responsables del servicio de Inteligencia.
La NBC se basó en esas declaraciones para hacer creer que las torturas a un supuesto agente de Al-Qaeda habían llevado a capturar a una persona de la que decían que era el cerebro de los sucesos del 11-S, Jalid Sheij Mohamad. El informe concluye que “ninguna investigación” de la CIA permite afirmar tal cosa.
Otro ejemplo revelado es cuando, a finales de 2002, el entonces vicepresidente Richard Dick Cheney y otros responsables de la Agencia convencieron al periódico The New York Times de que censurase el nombre de un país, Tailandia, que había aceptado albergar una de las cárceles secretas de la CIA.
El informe resumido sobre las torturas de la CIA fue publicado ayer martes por el Comité Selecto del Senado de Estados Unidos sobre Inteligencia. Entre los horrores descritos se hallan métodos de interrogatorio como el de ahogamiento conocido por “waterboarding”, las privaciones de sueño prolongadas, posiciones corporales agobiantes y amagos de ejecución.
Tras la publicación del informe, el relator especial de Naciones Unidas contra el Terrorismo y para los Derechos Humanos, Ben Emmerson, ha reclamado a Washington que lleve ante los tribunales a todas las autoridades implicadas en las torturas de la CIA, incluidos altos funcionarios del Gobierno de George W. Bush (2000-2008).
El informe revela también que la Agencia tenía por norma no presentar denuncias cuando se publicaban informes sobre datos confidenciales para crear una mayor distancia entre las filtraciones con reconocimiento oficial y los “soplos” informales.
En las 500 páginas publicadas (resumen de un informe mayor aún secreto) se citan al menos tres ocasiones en que un diario o una cadena televisiva estadounidenses transmitieron información errónea proporcionada por el servicio de espionaje, o bien aceptaron silenciar información clasificada a petición de la CIA.
Así, por ejemplo, el informe señala cómo a finales de 2005, el reportero del periódico New York Times Douglas Jehl prometió “recalcar que las técnicas de interrogatorio reforzado de la CIA funcionaban”.
En junio del mismo año, un informe de la cadena NBC de junio de 2005 menciona los falsos “éxitos” de las tácticas de la CIA, apoyado en declaraciones de responsables del servicio de Inteligencia.
La NBC se basó en esas declaraciones para hacer creer que las torturas a un supuesto agente de Al-Qaeda habían llevado a capturar a una persona de la que decían que era el cerebro de los sucesos del 11-S, Jalid Sheij Mohamad. El informe concluye que “ninguna investigación” de la CIA permite afirmar tal cosa.
Otro ejemplo revelado es cuando, a finales de 2002, el entonces vicepresidente Richard Dick Cheney y otros responsables de la Agencia convencieron al periódico The New York Times de que censurase el nombre de un país, Tailandia, que había aceptado albergar una de las cárceles secretas de la CIA.
El informe resumido sobre las torturas de la CIA fue publicado ayer martes por el Comité Selecto del Senado de Estados Unidos sobre Inteligencia. Entre los horrores descritos se hallan métodos de interrogatorio como el de ahogamiento conocido por “waterboarding”, las privaciones de sueño prolongadas, posiciones corporales agobiantes y amagos de ejecución.
Tras la publicación del informe, el relator especial de Naciones Unidas contra el Terrorismo y para los Derechos Humanos, Ben Emmerson, ha reclamado a Washington que lleve ante los tribunales a todas las autoridades implicadas en las torturas de la CIA, incluidos altos funcionarios del Gobierno de George W. Bush (2000-2008).
HISPAN TV
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