Cómo nos afecta la decisión del Banco Central Europeo
El Jue, 29 de Enero de 2015, por Manuel Somoza
Manuel Somoza
Columnista en Excélsior.
A
partir de la crisis de 2008, algunos bancos centrales del mundo, dentro
de los cuales destacan la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el
Banco Central de Japón, adoptaron una novedosa y agresiva política
monetaria expansiva que consiste en que el banco central emita moneda
local; y ésta se utilice para comprar bonos con garantía hipotecaria o
bonos soberanos de los respectivos países. Por supuesto es una modalidad
que está fuera de la ortodoxia financiera y tiene el peligro de crear
burbujas especulativas en la economía, y sobre todo inflación. A pesar
de lo anterior la evidencia, cuando menos en los países a los que me he
referido, es que esta política ha impulsado el crecimiento económico sin
inflación.
El caso más importante es el de Estados Unidos, donde los estímulos monetarios fueron enormes; de 2008 a octubre de 2014 cuando se terminó la emisión de dinero para comprar bonos, la Reserva Federal emitió 4.6 trillones de dólares (en anglosajón). El programa trajo como consecuencia que la economía de ese país se robusteciera, al grado de que se espera crezca arriba de 3% en 2015; cifra que para la economía más grande del mundo es magnífica, ya que le permite crear alrededor de 250 mil empleos cada mes, mantener el pleno empleo y generar riqueza, pero además sin inflación ya que la del año pasado fue 1.7% y la de éste se espera abajo de 2%. El programa de emisión terminó, pero todavía falta reducir el balance de la Fed porque ahora es de 4.6 trillones de dólares por todos los bonos que adquirió. Se supone que seguirán reinvirtiendo en bonos los intereses y amortizaciones que se cobren, y que esta práctica se terminará cuando la Fed decida empezar a subir la tasa de referencia. Esta salida implica peligros, ya que si la subida de tasas no se hace con extrema precaución, podría generarse una nueva crisis.
En Europa, durante el mismo periodo de años 2008/2014, Alemania se opuso a que el Banco Central Europeo (BCE) hiciera algo parecido. Por supuesto, para Europa un programa así tiene muchas complejidades porque son 18 los países que tienen al euro como moneda única.
Afortunadamente la semana pasada el BCE anunció un programa de estímulos monetarios, mismo que consistirá en la emisión de 60 mil millones de euros mensuales para compra de bonos de los países miembros; esto será de marzo de este año hasta septiembre del año entrante, por lo que sí es un programa ambicioso.
El efecto será que las tasas de interés en Europa bajarán aún más, el euro seguirá devaluándose dando competitividad al continente y el sistema financiero europeo se beneficiará con una gran liquidez que le permitirá prestar más y a menores tasas a las entidades productivas; todo esto al final, se traducirá en crecimiento económico.
El efecto positivo para nuestro país es que esta enorme liquidez tendrá repercusión en el sistema financiero internacional, y es probable que nos generen flujos positivos (aunque sean de capital golondrino) en México, pero sobre todo nos ayudará porque la Fed ya no estará presionada a subir tan rápido las tasas de interés y seguramente las alzas que se den serán muy moderadas.
Presidente CI Estrategias por Somoza Musi
info@cism.mx
@CISomozaMusi
www.cism.mx
El caso más importante es el de Estados Unidos, donde los estímulos monetarios fueron enormes; de 2008 a octubre de 2014 cuando se terminó la emisión de dinero para comprar bonos, la Reserva Federal emitió 4.6 trillones de dólares (en anglosajón). El programa trajo como consecuencia que la economía de ese país se robusteciera, al grado de que se espera crezca arriba de 3% en 2015; cifra que para la economía más grande del mundo es magnífica, ya que le permite crear alrededor de 250 mil empleos cada mes, mantener el pleno empleo y generar riqueza, pero además sin inflación ya que la del año pasado fue 1.7% y la de éste se espera abajo de 2%. El programa de emisión terminó, pero todavía falta reducir el balance de la Fed porque ahora es de 4.6 trillones de dólares por todos los bonos que adquirió. Se supone que seguirán reinvirtiendo en bonos los intereses y amortizaciones que se cobren, y que esta práctica se terminará cuando la Fed decida empezar a subir la tasa de referencia. Esta salida implica peligros, ya que si la subida de tasas no se hace con extrema precaución, podría generarse una nueva crisis.
En Europa, durante el mismo periodo de años 2008/2014, Alemania se opuso a que el Banco Central Europeo (BCE) hiciera algo parecido. Por supuesto, para Europa un programa así tiene muchas complejidades porque son 18 los países que tienen al euro como moneda única.
Afortunadamente la semana pasada el BCE anunció un programa de estímulos monetarios, mismo que consistirá en la emisión de 60 mil millones de euros mensuales para compra de bonos de los países miembros; esto será de marzo de este año hasta septiembre del año entrante, por lo que sí es un programa ambicioso.
El efecto será que las tasas de interés en Europa bajarán aún más, el euro seguirá devaluándose dando competitividad al continente y el sistema financiero europeo se beneficiará con una gran liquidez que le permitirá prestar más y a menores tasas a las entidades productivas; todo esto al final, se traducirá en crecimiento económico.
El efecto positivo para nuestro país es que esta enorme liquidez tendrá repercusión en el sistema financiero internacional, y es probable que nos generen flujos positivos (aunque sean de capital golondrino) en México, pero sobre todo nos ayudará porque la Fed ya no estará presionada a subir tan rápido las tasas de interés y seguramente las alzas que se den serán muy moderadas.
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