¿Será el momento para EEUU de salir de la OTAN?”
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REUTERS/ Yves Herman
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Luego de casi setenta años de la OTAN, es tiempo de preguntarse si la alianza realmente contribuye a la seguridad de EEUU y del mundo y no existe como una cosa “per se”, opinan los analistas.
La
cuestión de si las obligaciones de EEUU vinculadas con su participación
en la OTAN coinciden con los intereses del país en el siglo XXI se hace
un tema cada vez más y más actual, opina Ted Galen Carpenter, analista
del Instituto Cato, experto en asuntos internacionales y autor de varios
libros sobre la OTAN, en su artículo para National Interest.
La histórica decisión
La creación de la OTAN en 1949 fue la respuesta de EEUU a dos guerras mundiales que acabaron con la política exterior de "no injerencia". En aquella época, los funcionarios estadounidenses afirmaron que "el mundo había cambiado" y que el país debía cesar su "aislamiento". El resultado —la alianza militar con los estados europeos— fue la mayor muestra de este cambio, escribe Carpenter.
En
los años 40 y 50, la debilidad de Europa occidental aunado al dominio
soviético sobre los países de Europa Central y del Este "constituían una
amenaza", y en aquella situación estratégica, EEUU no estaba dispuesto a
dejar que Europa se automanejara.
Sin embargo, los políticos de la época —como el senador Robert A.
Taft— advirtieron que las garantías de seguridad para Europa no deberían
convertirse en "un liderazgo sin límites a plazo indefinido" para EEUU,
cita el analista.
Hoy en día, el balance mundial no tiene nada que ver con la Europa del período de la posguerra, afirma Carpenter. Los países europeos dejaron de ser "huérfanos desmoralizados dañados por la guerra" y crearon su propia entidad supranacional —la Unión Europea— con una economía común mayor que la de la misma EEUU.
"La
Rusia de Vladímir Putin tampoco equivale a la amenaza que representó la
URSS", opina Carpenter, subrayando la superioridad demográfica y
económica de la Europa unida en comparación con una solitaria Rusia.
Europa es capaz de solucionar sus propios problemas y "la única razón
por la que no lo hace es que EEUU sigue insistiendo en su papel clave",
afirma el experto.
El error definitivo
Antes de la disolución de la Unión Soviética el papel de la OTAN fue proteger a Alemania del Oeste, Italia, Francia y el Reino Unido. Pero después de la caída de la URSS en 1991, los jefes de EEUU insistieron en expandir la alianza e incorporar a los países de Europa Central y Europa del Este.
Al menos, Montenegro no tiene grandes rivales como lo tienen, por ejemplo, las Repúblicas bálticas —Estonia, Letonia y Lituania— incorporadas a la OTAN desde hace 10 años.
Los tres tienen malas relaciones con Rusia y son muy vulnerables —los
mismos centros de análisis de EEUU estiman que en caso de un ataque serían ocupados en cuestión de días—, asegura el experto.
Una salida para el futuro
"Parece que los partidarios de la OTAN valoran la existencia de la alianza más que la seguridad y el bienestar de EEUU. No debemos concordar con este modo de pensar", señala el autor.
Sesenta y siete años de existencia es un período largo, y la política no puede evitar los cambios de manera indefinida.
La política de EEUU en el marco de la OTAN carece de simple adecuación. Ya es tiempo de revisarla, analizando también la variante más radical posible —la salida de EEUU de la OTAN—, concluye Carpenter.
La histórica decisión
La creación de la OTAN en 1949 fue la respuesta de EEUU a dos guerras mundiales que acabaron con la política exterior de "no injerencia". En aquella época, los funcionarios estadounidenses afirmaron que "el mundo había cambiado" y que el país debía cesar su "aislamiento". El resultado —la alianza militar con los estados europeos— fue la mayor muestra de este cambio, escribe Carpenter.
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AFP 2016/
"El error del análisis de los partidarios de la
OTAN ha sido ignorar los cambios, tachando a cada uno ‘de poca
importancia' para el sistema en general. Pero los cambios son un proceso
continuo", explica.
"Tempora mutantur": Los tiempos cambianHoy en día, el balance mundial no tiene nada que ver con la Europa del período de la posguerra, afirma Carpenter. Los países europeos dejaron de ser "huérfanos desmoralizados dañados por la guerra" y crearon su propia entidad supranacional —la Unión Europea— con una economía común mayor que la de la misma EEUU.
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REUTERS/ Jonathan Ernst
El error definitivo
Antes de la disolución de la Unión Soviética el papel de la OTAN fue proteger a Alemania del Oeste, Italia, Francia y el Reino Unido. Pero después de la caída de la URSS en 1991, los jefes de EEUU insistieron en expandir la alianza e incorporar a los países de Europa Central y Europa del Este.
"La OTAN invitaba a nuevos miembros como si fuesen amigos en Facebook", destaca Carpenter.
El famoso artículo número 5 de la Carta de la OTAN prevé la defensa
colectiva ante un ataque contra cualquier miembro. A base de esta norma,
EEUU podría entrar en un conflicto que no tiene absolutamente nada que
ver con su propia seguridad, destaca el experto. La absurdez alcanzó su
cima en febrero de 2016, cuando la OTAN incorporó a Montenegro.
"¿Cómo un microestado como Montenegro
contribuye al poderío militar y económico de EEUU? Es un gran misterio",
ironiza el analista.
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Sputnik/ Sergei Guneyev
"Resulta paradójico: la OTAN prometió proteger a sus aliados europeos más valiosos, pero ahora arriesga vincularse en un conflicto por un par de países pequeñitos en la frontera con Rusia", afirma Carpenter.
Además, el aumento de la presencia militar de EEUU en las fronteras occidentales de Rusia perjudicó considerablemente las relaciones bilaterales entre ambos países.Una salida para el futuro
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La política de EEUU en el marco de la OTAN carece de simple adecuación. Ya es tiempo de revisarla, analizando también la variante más radical posible —la salida de EEUU de la OTAN—, concluye Carpenter.
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