Una forma de terrorismo empresarial
Un documental realizado por el sindicalista Tom Wood (Brixton, UK), presentado recientemente por el sindicato
británico Unite the Union-Lambeth, saca a la luz la situación de todo aquellos trabajadores y sus familias que se han visto afectados por una “Black list”
que los empresarios del Reino Unido vienen utilizando desde casi un
siglo atrás. Esta forma de terrorismo empresarial ha marcado a miles de
obreros reivindicativos, marginándolos del mercado laboral y, en algunos
casos, llevando a los damnificados hasta la desesperación y el
suicidio.
Tomás F. Ruiz
El sindicalista Tom Wood ha acabado de realizar un impactante documental bajo el título “The Black List”
(la Lista Negra), donde se desvelan las estrategias represivas
utilizadas por los empresarios británicos contra los trabajadores
reivindicativos.
En sus 45 minutos de duración, The Black List
recoge testimonios de trabajadores damnificados, datos escalofriantes
sobre cómo esta lista ha afectado al movimiento obrero y en especial al
sector de la construcción (el más perjudicado) y cómo este complot
empresarial ha dejado sin trabajo y ha desestructurado las vidas y
familias de miles de trabajadores en todo el Reino Unido. El documental
tiene como antecedente el libro “Blacklisted”, escrito por Dave Smith and Phil Chamberlain.
Represión sistemática
El
documental aborda uno de los problemas más graves que han tenido
sindicatos y organizaciones obreras de todo tipo en la Gran Bretaña: la
represión sistemática y organizada que los empresarios han venido
aplicando sobre los líderes que se significan en las luchas obreras.
Incluyendo sus nombres en una lista negra (de uso interno para las
empresas), el objetivo de este listado ha sido impedir a los
represaliados encontrar trabajo y marcarlos para que ninguna compañía
los contrate.
El primer
antecedente de la lista negra en Gran Bretaña viene de un siglo atrás,
cuando tras la victoria de la revolución bolchevique en Rusia los
empresarios británicos entraron en pánico ante lo que parecía ser una
ideología imparable, el comunismo, que se extendería por todo el mundo a
medida que la conciencia de clase uniera a los obreros. Más allá de
fronteras y continentes, el internacionalismo del movimiento obrero
parecía dispuesto a acabar de una vez por todas con un sistema
capitalista fundamentado en la ambición y la codicia. La creación de un
supuesto Estado obrero en Rusia (conocido a partir de entonces como la
URSS) generó en todo el mundo la esperanza en un nuevo concepto de la
economía, basado en este caso en el reparto equitativo de los recursos y
fundamentado en la solidaridad obrera.
Un fantasma recorre Europa
Para
debilitar la influencia de ese movimiento internacionalista, los
capitalistas británicos manejaron todo tipo de medidas represivas.
Intentaron impedir que los líderes sindicalistas se infiltraran entre
las masas obreras y organizaran a los trabajadores, creándoles una
conciencia de clase que desembocaría en su emancipación. Recordemos cómo
comienza el Manifiesto Comunista de Karl Marx “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”.
A lo largo de todo el siglo XX, las fuerzas reaccionarias del viejo continente se aliaron en santa cruzada a para frenar esa amenaza a su sistema económico capitalista.
Sólo
en el Reino Unido, un sistema capitalista inhumano explotaba
brutalmente a niños menores de edad y aplicaba despiadadas condiciones
de trabajo a hombres y mujeres. Las expectativas de vida de obreros y
obreras se vieron seriamente afectadas a finales del siglo XIX y
principios del XX.
Las
despiadadas condiciones laborales de las minas de carbón inglesas y
escocesas, a través de las cuales el capitalismo británico conseguía el
combustible necesario para alimentar todos los otros sectores de su
implacable industria, crearon un ejército de parias hambrientos que
marcaría para siempre las luchas obreras.
Todo
este sistema de explotación salvaje que se impuso en la Gran Bretaña
durante los siglos XIX y XX, fue la base sobre la que se construyeron
las grandes fortunas e imperios financieros del sistema económico
neoliberal que, con la misma brutal e implacable impunidad de entonces,
vuelve a imponerse en el mundo del siglo XXI.
La Liga Económica
En
su documental, Tom Wood repasa todos estos antecedentes de la lucha
obrera británica y se concentra en la sistemática represión que en las
últimas décadas viene sufriendo el movimiento obrero en el Reino Unido.
“Tras la revolución rusa –explica Tom Wood-, la industria británica creó una organización llamada Economic League (Liga
Económica). El objetivo formal de este organismo era defender el
sistema capitalista de todas las ideologías que lo amenazaban. A
principios de los años veinte, esta Liga comenzó a elaborar listas de
obreros reivindicativos, a los que criminalizó como “peligrosos
elementos subversivos” y que intentó apartar del mercado laboral
británico.
Cuando se hizo
público el autentico objetivo represor de la Liga Económica, los
sindicatos organizaron una campaña contra las compañías integradas en
esta organización empresarial. Aunque legalmente la Liga Económica dejó
de existir en 1993, la industria de la construcción adquirió parte de
las listas de obreros marcados y, a través de una organización secreta
llamada “Asociación de Consultores”, creó la actual “Black list”.
Todas las empresas constructoras que se suscribieron a la Asociación de
Consultores recibieron nombres y datos de trabajadores "indeseables"
que se habían significado en las huelgas y movimientos obreros de toda
la segunda mitad del siglo XX... Y así estamos hasta hoy”.
¿Quién está en la lista negra?
Hay
aproximadamente 3.200 nombres malditos en la lista negra de la
Asociación de Consultores. La lista completa no está disponible
públicamente, aunque el ex diputado laborista Ian Davidson
asegura que parte de los obreros proscritos y marcados en esta lista
estaban falsamente acusados de robo o embriaguez, cuando en realidad
habían sido incluidos aquí, bien por sus actividades políticas o
sindicales, bien por plantear cuestiones sobre la salud y la seguridad
laboral en los centros de trabajo.
En esta Black List se
incluyen igualmente nombres, direcciones y números del NINO (Seguridad
Social Británica) de miles de obreros, así como todas las huelgas y
movilizaciones en las que han estado implicados.
“A
la gente incluida en la lista negra le resultaba muy difícil conseguir
trabajo –continúa Tom Wood-, especialmente en la industria de la
construcción. Los problemas jurídicos de ilegalidad de está lista no se
refieren sólo a los datos privados de las personas que se incluyen en
ella; también hay manipulación de datos personales que se utilizan con
el propósito del desprestigio social y laboral del trabajador”.
Aunque
la Asociación de Consultores actuó inicialmente dentro de la ley,
procesando y haciendo pública toda la represora información que tenía, a
partir de 1999 la ley cambió y la actividad de la Asociación se
convirtió en ilegal. “Finalmente la Justicia se limitó a procesar a un
responsable medio de la Asociación de Consultores y le impuso una multa
simbólica, que fue pagada jactanciosamente por una de las grandes
empresas de construcción que se estuvieron beneficiando de la lista...
No se juzgó a ninguno de los directivos de la Asociación de Consultores,
que trabajaban a la vez como jefes de personal de las principales
empresas constructoras británicas y recibían de ellas abultadas
compensaciones por realizar su trabajo represivo, marcando obreros y
apartándolos del mercado laboral”.
Demanda actual
Los
trabajadores marcados en la lista negra entablaron recientemente una
demanda contra las compañías implicadas en su marginación. La justicia
británica ha funcionado en algunos de estos casos, consiguiendo
sustanciosas compensaciones para los trabajadores afectados. Las
compañías se vieron obligadas a pagar cerca de 50 millones de libras por
todos los daños y perjuicios ocasionados.
“Los
resultados de la lista negra fueron nefastos para miles de trabajadores
–concluye Tom Wood, director de este impactante documental-, que al no
poder encontrar trabajo cayeron en la desesperación, destruyendo sus
vidas personales, perdiendo a sus familias e incluso, en algunos casos,
llegando al suicidio”.
The Black List puede verse en la pag. web:
(V.O. pendiente subtítulos en español)
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