sábado, 18 de marzo de 2017

Petróleo: el desastre de una política entreguista (MÉXICO)




Petróleo: el desastre de una política entreguista*


Desempleo, desastre ecológico y crisis económica generalizada. Es la realidad hoy de la otrora próspera Poza Rica. Lo que se padece en la antigua ciudad petrolera es un reflejo de lo que se espera para todo el país, luego de la desastrosa política energética de los últimos sexenios. Ahora no sólo migran los campesinos depauperados, sino los obreros calificados y los ingenieros petroleros
Socios | Ciudad de México (México)


La otrora pujante y progresista ciudad petrolera de Poza Rica, Veracruz, vive actualmente la peor crisis económica y social de su historia. Algunas cifras y datos son reflejo esa realidad: en los últimos 3 años se han perdido 25 mil empleos (1). Al frenarse, en lo que va del sexenio, la inversión de Petróleos Mexicanos en el proyecto Aceite Terciario del Golfo, con el consecuente retiro de las actividades de las compañías privadas del sector, el paro laboral se ha incrementado considerablemente. Así, por ejemplo, varios obreros de la compañía Weatherford estiman que ahora sólo queda el 15 por ciento de la plantilla laboral que dicha compañía tenía en el 2013.

Cabe señalar que la actual producción petrolera en la región es de apenas 90 mil barriles diarios, que representan el 4.43 por ciento del total nacional (2). A esto debe sumarse la declinación nacional de la extracción de hidrocarburos. El maestro Antonio Gershenson nos ha recordado recientemente que una de las tantas promesas incumplidas del gobierno de Peña Nieto ha sido la de incrementar dicha producción. Muy por el contrario, la mencionada declinación es seria y muy preocupante, pues si en el primer año del actual sexenio se tuvo una producción de 2 millones 522 mil barriles, el año pasado (2016), fue de 2 millones 035 mil barriles. Esto representa una reducción de 500 mil barriles diarios (3).

Para la sociedad pozarricense esto se ha traducido en una constante y muy amplia migración de familias (mayoritariamente jóvenes), que se ven obligadas a salir de la otrora capital petrolera de México, con el objetivo de encontrar empleo en otras regiones del país (Reynosa, Villahermosa, Cancún o Ciudad de México). Así, no es extraño que los viejos petroleros jubilados se queden solos en sus antiguas casas, mientras los hijos se van a otras ciudades.

En el pasado, luchas históricas y logros económicos

El campo petrolero de Poza Rica se estableció en 1932. Desde entonces, fue un centro productivo de hidrocarburos de vital importancia para el país. Fue, durante 4 décadas (hasta 1976), el campo petrolero más importante de México. Por ejemplo, para 1937, su producción representaba el 45 por ciento del total nacional (4).

Durante las históricas jornadas de la expropiación petrolera, en la década de 1930, los trabajadores de Poza Rica jugaron un papel central en la lucha por alcanzar la soberanía energética de México. La dirigencia democrática y las bases sindicales de la Sección 30 del sindicato petrolero, fueron aguerridas, valientes y determinadas para exigir mejores condiciones salariales, de vida y de trabajo a la arrogante compañía inglesa El Águila, la cual administraba tan rico y prometedor campo. Igualmente le expresaron al presidente Lázaro Cárdenas, varios meses antes de la expropiación, que ellos estaban capacitados para mantener en funcionamiento del principal yacimiento del país, sin que los extranjeros lo controlasen (5).

Después del 18 de marzo de 1938, los obreros del petróleo realizaron una enorme labor para sacar adelante en la región a la nueva industria nacionalizada.

Ahora, en estos tiempos de entrega irresponsable de nuestros valiosos recursos energéticos a las empresas extranjeras, es bueno recordar que, a más de 78 años de la Expropiación Petrolera de 1938, aquel fue un evento histórico de profunda significación e importancia dentro de la historia mexicana del siglo XX. El inolvidable fundador de esta gloriosa Facultad, don Jesús Silva Herzog, señala que “la expropiación de los bienes de las compañías petroleras, llevada a cabo con un singular civismo y encendido amor a su país, por el general Cárdenas, es uno de los actos de mayor importancia en la evolución del pueblo mexicano y coloca a su autor en un lugar prominente entre las más grandes figuras históricas de Indoamérica. Cárdenas es el acreedor de la gratitud de todos los grupos sociales víctimas de la explotación capitalista y a la ferviente simpatía de todos los que luchan por crear una mejor humanidad y una auténtica civilización” (6).

La expropiación provocó una honda impresión en todo el país. Por todos lados estalló un gran júbilo popular y las manifestaciones multitudinarias se multiplicaron por todo el país, apoyando entusiastamente la medida patriótica del gobierno cardenista. Contrastando así con lo que hoy es desazón, inconformidad y protestas frente a la reforma energética entreguista y las brutales alzas de los precios de la gasolina y el gas.

Después del 18 de marzo de 1938, los obreros del petróleo realizaron una enorme labor para poner en funcionamiento a la nueva industria nacionalizada. En principio, los nuevos consejos de administración, manejados en una primera etapa por los propios trabajadores, tuvieron que iniciar sus operaciones sin contar con planos o manuales de procedimiento, ya que las compañías, suponiendo lo peor para ellas, habían sacado de las oficinas, los documentos, planos geológicos, mapas, dinero, e incluso habían dejado en el extranjero sus barcos para la exportación de hidrocarburos (7).

Además, debe recordarse que no se contaba casi con ningún técnico (ya que la mayoría de ellos eran extranjeros). Y muchas de las instalaciones eran obsoletas, funcionaban apenas y no se contaba con refacciones. A ello había que sumar el bloqueo económico que Estados Unidos e Inglaterra habían promovido en contra de México. Estas potencias buscaban que ninguna nación comprara el petróleo mexicano y que tampoco revendieran las necesarísimas refacciones y maquinaria industrial.

Para superar todos estos obstáculos, los obreros petroleros tuvieron que hacer uso de una gran capacidad de iniciativa, de grandes dosis de creatividad e ingenio. Y en muchos casos improvisaron soluciones insólitas y aplicaron inventos técnicos sorprendentes. Cuando se presentaban fugas en los oleoductos, lo que ocurría frecuentemente porque las instalaciones eran viejas y se hallaban en pésimas condiciones, los trabajadores buscaban tubos usados, que yacían en los montones de fierro viejo como chatarra, y los adaptaban para salir adelante con sus delicadas tareas. En otros casos se fundieron materiales de desecho, obteniéndose aleaciones nuevas y necesarias para los distintos usos requeridos por los procesos de producción y perforación (8).

Como dice el periodista Antonio Rodríguez, varias de las piezas que antes eran importadas y que a causa del boicot en ningún lado podían adquirirse, fueron fabricadas con ingenio y precisión por los magníficos obreros mexicanos.

Así, a costa de grandes sacrificios, sufriendo cruentos y fatales accidentes, batallando con carencias y limitaciones técnicas y económicas, los obreros petroleros realizaron una verdadera proeza laboral y patriótica, al hacer crecer a Petróleos Mexicanos (Pemex), ganándose a pulso el calificativo que un alto directivo de la industria les impuso, cuando los llamó “héroes del remiendo”.

Los mexicanos de este tiempo no podemos olvidar que el gobierno revolucionario cardenista y la clase obrera del país realizaron loables esfuerzos para dar un importantísimo salto histórico, pasando de la dependencia económica a un moderno desarrollo con autonomía. Y alcanzando uno de los principales anhelos de la Revolución Mexicana: construir una sociedad más justa, en la que los beneficios económicos de las industrias de punta (como la petrolera) sirvieran para que vivieran en mejores condiciones los trabajadores del país, y para que México lograra una auténtica soberanía nacional.

Don Constantino Casanova, quien fungió como Vocal del Consejo Local de Administración, en Poza Rica, recordaba aquella labor: “De verdad todos trabajamos con ahínco; nadie se rajó. Cualquier problema que se presentaba lo discutíamos entre todos y considerábamos las opiniones más fundadas; después, jalábamos parejo todos. Y adelante. No permitíamos que nada se atorara. De verdad fue bonito demostrarles a todos, y a nosotros en primer lugar, que podíamos sacar adelante a la industria, entre todos, y hacer más grande a México” (9).

Dos viejos cronistas pozarricenses, don Sinesio Capitanachi y el profesor Edmundo Cárdenas, coinciden en señalar que el día 1 de abril de 1938, apenas 13 días después de la expropiación, en Poza Rica se inició la perforación del primer pozo trabajado exclusivamente por manos mexicanas. Tal fue el caso del pozo “Poza Rica número 25”. Y a éste continuaron otros como el 27 y el 29 (10).

Cabe destacar que las vitales labores de perforación en nuestra región fueron dirigidas por el jefe de perforación, Timoteo Guerrero, el cual aunque era analfabeta, tenía a su favor una vastísima experiencia como perforador en la vieja y fabulosa Faja de Oro. Entre los primeros arrojados y valientes perforadores de Poza Rica, que supieron estar a la altura de su enorme reto, se pueden citar a Jesús Macías, Vidal Rancel, Martín Olguín, Francisco Servín, Jesús Macías, Santana Álvarez, Estanislao Montoya y Toribio Villanueva, entre otros.

Para 1970, nuestra ciudad petrolera había crecido vertiginosamente. Sin embargo, en aquellos años la productividad de los pozos regionales venía en franco declive. Entonces la dirigencia de la Sección 30 del sindicato petrolero gestionó que Pemex realizara fuertes inversiones en la región. Así, se modernizaron plantas para producir petrolíferos y se inauguraron las nuevas plantas recuperadoras de gases licuables, además de las dos plantas de polietileno (alta y baja densidad), la de etileno, la endulzadora de gas y la terminal portuaria de etileno, en Tuxpan, Veracruz, además de las obras para interconectar estas plantas con otras refinerías del resto del país (11).

En aquellos tiempos, con mejores visiones macroeconómicas que las que muestran los inoperantes y entreguistas neoliberales de ahora, el gobierno de México, con todo y su nefasto autoritarismo y corrupción de esos tiempos, privilegiaba la generación de empleos y la producción de refinados y petroquímicos como asuntos de la mayor importancia. Y, desde luego, se tenía autosuficiencia petrolera y mayores márgenes de autonomía económica y de soberanía energética.

Para 1992, el presidente Carlos Salinas determinó, en una forma arbitraria y revanchista, cerrar abruptamente la refinería de Poza Rica. ¿Cuáles son las causas de ese revanchismo? Explicamos brevemente. Durante el sexenio de De la Madrid y la campaña electoral de 1988, la Sección 30, junto con la Uno de Ciudad Madero, fueron las más beligerantes en contra del que sería presidente en el sexenio 1988-1994, pues lo tachaban de neoliberal y testaferro de los intereses estadunidenses. Al autor le tocó presenciar una tomatiza contra el candidato Salinas en un atardecer del agitado verano de 1988, en pleno estacionamiento del cine Hidalgo. Escoltado por el Estado Mayor Presidencial, espantado, Salinas fue llevado casi en vilo al autobús de la campaña del partido tricolor. La venganza se daría muy poco después, con el encarcelamiento de Joaquín Hernández Galicia, la Quina, y el cierre de fuentes de trabajo en nuestra querida ciudad. Vale la pena señalar que nos enteramos de varios suicidios de obreros petroleros “liquidados”. Eran de las primeras víctimas humanas del rampante neoliberalismo a la mexicana.

Se acababa así, el casi pleno empleo en Poza Rica. Lo que nos esperaba eran tiempos muy complicados y difíciles por delante.

Entre 1994 y 2006, en Poza Rica la declinación productiva del campo fue una constante; aun así la plantilla laboral solamente decreció en una proporción marginal. Se fueron cerrando varias plantas de los complejos, y se dejaron de cubrir plazas extraordinarias, pero en términos generales las plazas sindicales se continuaron respetando.

ATG: un proyecto incierto

En 2007, la Subdirección de la Región Norte de Pemex anunció que se reactivaría el viejo proyecto exploratorio, de perforación y de producción de Chicontepec, ahora bajo el nombre de Aceite Terciario del Golfo (ATG). El proyecto incluye una franja de unos 100 kilómetros de largo y 20 de ancho entre Puebla y Veracruz. Se realizó, a lo largo del sexenio del presidente Calderón una cuantiosa inversión, que incluyó la terminación de cerca de 1 mil pozos. Al arrancar el proyecto, las proyecciones productivas eran muy optimistas, se calculaba que el extenso yacimiento produciría, en un plazo cercano, entre 500 y 900 mil barriles diarios. El dirigente del ATG, el ingeniero Antonio Narváez, hacía en aquel entonces cuentas alegres, pues opinaba que si todo salía bien, Chicontepec sería el principal proyecto productivo de Pemex (12).

De esta manera, Poza Rica vivió un breve pero notable periodo de reactivación económica, entre 2007 y 2012. Llegaron las compañías privadas; se exploró y se perforó intensamente. Un notable experto en el tema energético, Fabio Barbosa Cano, apuntaba por aquellos años que Chicontepec, a partir de 2003 aportaba un nivel de producción nada desdeñable, pues ya aportaba más de 20 mil barriles de crudo diarios; lo cual son producciones de entre 8 y 9 millones de barriles. Y agregaba el también investigador del prestigiado Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, que desde 2008 se había presentado un repunte de estas cifras, el proyecto ATG había situado su cifra de producción en alrededor de 33 mil barriles diarios, lo cual representa más de 12 millones anuales (13).

La burbuja económica se desvaneció. En los círculos petroleros se empezó a hablar de “mediocres resultados” en los pozos perforados y en producción. Poco a poco empezaron a trascender los números. La realidad petrolera mostró que Chicontepec no fue lo que se esperaba en 2007. Actualmente la producción se ubica en 39 mil barriles diarios; algunos experimentados ingenieros especialistas en la materia nos comentan que las dificultades técnicas de los yacimientos no se han podido superar eficientemente, ya que las características geológicas, los problemas de permeabilidad de los pozos y el tema de la tecnología de explotación (por ejemplo, al avanzar la producción, el gas disuelto bloquea la salida de crudo y la producción se desploma verticalmente).

Con el arranque del actual sexenio, la inversión se frenó drásticamente. Y estamos ahora, inéditamente Poza Rica, con un tremendo desempleo masivo. La incertidumbre sobre el futuro prevalece en el ánimo de los otrora combativos pozarricenses.

El desastre ecológico

El desarrollo del mencionado proyecto ATG ha provocado serios problemas ecológicos, afectaciones sociales graves y diversas manifestaciones de protesta. Por ejemplo, el 11 de febrero 2009, campesinos de 50 localidades de Papantla bloquearon los accesos hacia las instalaciones de varios pozos petroleros, para exigir a Pemex que cumpla con los compromisos pactados con anterioridad (el 19 de abril 2008). Entre las peticiones que, aseguraban los quejosos, estaban pendientes, mencionaron el pago por daños a cultivos, asfaltado de carreteras, reconstrucción de puentes destruidos, introducción de sistemas de agua potable, drenajes y dotación de tuberías (14).

Policarpio Pérez Castillo, presidente del comisariado ejidal El Triunfo, e integrante del Movimiento Campesino Papanteco, explicó entonces que había transcurrido 1 año desde que realizaron un bloqueo previo para exigir las reivindicaciones antes citadas para las comunidades en donde están asentados los pozos petroleros. Y en aquella fecha (2008) se comprometieron Oscar Torres Plasencia, jefe de la Unidad de Administración de Asuntos Externos de Pemex y Luis Octavio Alcázar Cansino (también funcionario de la misma paraestatal), en hacer llegar los apoyos a las comunidades quejosas. En esta ocasión participaban en el movimiento de protesta habitantes de las comunidades La Lagunilla, Santa Agueda, Remolino, San Andrés, Francisco Villa, Gildardo Muñoz, Vista Hermosa, Francisco I. Madero, Plan de Hidalgo, Jorge Serdán, Luís Echeverría, Arroyo del Arco, La Grandeza, Los Kilómetros, La Guasima, Escolín, José María Morelos, Lázaro Cárdenas, San José las Lajas, El Triunfo y Donato Márquez.

Señalaron que es urgente realizar la reparación de muchas carreteras, pues los camiones de carga pesada que le trabajan a Pemex y a sus compañías contratistas son las que han destrozado las carpetas asfálticas, dejando grandes hoyancos, los que a su vez han provocado incontables accidentes a quienes transitan por ellas. Mientras que en las rúas de terracería tales camiones han producido enormes huecos y lagunas de lodazales que impiden el paso libre de camiones y dificultan el transitar de los pobladores de la región. En este sentido, el subagente de la comunidad de la Laguna, Severiano Santés García, informó que los daños que han ocasionado los derrames de petróleo han dañado los cultivos, en grandes extensiones de tierra, y por esa razón se vieron obligados a cerrar el acceso de un promedio de 100 pozos tan sólo en el municipio de Papantla.

“Pemex, lejos de ser una ayuda para el pueblo de nuestro municipio ha resultado ser un factor destructivo para la vida comunitaria, amenazante para la salud y el bienestar de nuestras familias, y está asesinando el equilibrio ecológico de nuestra zona”, expresaron los inconformes. Igualmente acusaron que son víctimas del engaño por parte de los funcionarios de la paraestatal, quienes en un principio se comprometieron en apoyar sus peticiones y que ahora “sólo se hacen los desentendidos” (15).

Otra de sus quejas es por los daños en cultivos en cítricos, milpas, mantos acuíferos, mismos que utilizan para el riego del sembradío y para el propio consumo y uso diario de los habitantes: “están contaminados, por los constantes derrames de hidrocarburo”, manifestó Norma Maldonado Hernández, agente municipal en Donato Márquez. Además dio a conocer que las tuberías de Pemex, se encuentran deteriorados, oxidados y carcomidos, lo que ha originado que los derrames sean constantes y afecte a los sembradíos.

De nueva cuenta, el viernes 2 de octubre de 2009 indígenas de comunidades agrarias del municipio de Papantla bloquearon varios tramos carreteros de esta zona para protestar debido a que Pemex no había dado respuesta puntual a diversas demandas. Los periódicos locales informaban que “en el bloqueo de la carretera Papantla-María de la Torre, participan alrededor de 1 mil indígenas de diversas comunidades, lo que ha impedido el tránsito de vehículos que quedaron varados y dejando incomunicados a varios poblados de la sierra del Totonacapan” (16).

En diversas fechas, el autor realizó, entre agosto de 2009 y septiembre de 2010, varios recorridos por algunas áreas del municipio papanteco en los que pudo apreciar, de forma directa tales problemáticas. En la comunidad de Jorge Serdán, del municipio mencionado, observamos que el arroyo que surtía de agua a dicha comunidad estaba totalmente contaminado por el escurrimiento de crudo y las emanaciones de gases, sin que la paraestatal petrolera se abocara a resolver el caso.

En otras comunidades como El Triunfo, los habitantes señalan que varias casas han sufrido cuarteadoras en sus paredes, debido al uso de dinamita en los procesos perforatorios. Con angustia, algunos de sus habitantes aseguran que “Pemex sólo nos ha dado puras promesas, pero hasta ahora no ha respondido por los daños a nuestras casas, y ya han pasado meses desde entonces”. El señor Alberto Francisco del Valle nos muestra las cuarteaduras de su casa y nos indica que la paraestatal ya está informada de esa situación y hasta el momento no ha hecho nada.

En esta misma comunidad, se nos informa que los propietarios van vendiendo sus predios. Así, nos aseguran que –por citar sólo un caso– el señor Alfonso Pérez vendió un predio de 2 hectáreas a Pemex por 600 mil pesos. Y desde entonces la compañía Weatherfort realizó trabajos de perforación en ese lugar.

Por un cambio de rumbo

En Poza Rica se genera hoy un movimiento por un cambio de rumbo en la política económica de México. Los planteamientos giran en torno a las siguientes ideas:

Es necesario retomar un proyecto de desarrollo que sitúe en primer término la generación de empleos, la vida digna para las mayorías, y la justicia social.

La política petrolera debe anteponer los intereses nacionales a las acciones neoliberales del nefasto presente, para incrementar los volúmenes de hidrocarburos que se transforman en bienes industrializados, refinados y petroquímicos.

Esa política petrolera requiere utilizar los valiosos recursos del sector para alcanzar un desarrollo regional moderno, equilibrado y sustentable, sin atropellar los derechos esenciales de las comunidades indígenas y campesinas de nuestra región.

La reactivación del sector petrolero debe considerar el incremento en proveeduría de bienes y servicios, especialmente contratando a las pequeñas y medianas empresas que puedan ofertar calzado, ropa, refacciones, transporte y otros servicios, inclusive recibir adiestramiento para que participen en insumos a la industria petrolera más sofisticados.

Es urgente fortalecer la soberanía energética de México (como lo hicieron nuestros abuelos y padres con el cardenismo histórico), y eso se logrará defendiendo a la empresa petrolera del Estado mexicano.

Todos debemos reaccionar vigorosamente para luchar por una patria generosa, más democrática, con mayores márgenes de libertad y justicia social, y con un desarrollo económico adecuado (sin saqueos perniciosos y la corrupción terrible que ahora padecemos).

Sólo con un fuerte y determinado compromiso de todos para superar nuestra catastrófica realidad actual, podremos estar acordes a las magníficas luchas históricas que dieron los padres fundadores de Poza Rica.

Mario A Román del Valle**

[BLOQUE: ANÁLISIS][SECCIÓN: ENERGÉTICO]

*Texto de la conferencia dictada en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México el 21 de febrero de 2017, bajo el título “Poza Rica: petróleo, crisis y desempleo”

**Académico de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz y Cronista Adjunto de la ciudad de Poza Rica, Veracruz.

[1]





[1] Notas

(1) La cifra de desempleo se basa en estimaciones del Consejo Coordinador Empresarial de la zona norte del estado de Veracruz; vid Tavera, Ana, “Desempleo, consecuencia del despido masivo en Pemex”, en Noreste, Poza Rica, Veracruz, 27 de octubre de 2016.

(2) Incluimos en esta cifra la producción de la llamada región Poza Rica-Altamira. Pemex, “Producción de petróleo crudo por región y activo, 2016”, en la base de datos institucional http://ebdi.pemex.com.

(3) Gershenson, Antonio, “Desde inicios del sexenio, la promesa de los 3 millones”, en La Jornada, Ciudad de México, 15 de enero de 2017.

(4) Román del Valle, Mario A, “Sangre y lucha democrática en Poza Rica”, Poza Rica, Veracruz, 2008.

(5) Ibid.

(6) Silva Herzog, Jesús, “Historia de la expropiación de las empresas extranjeras”, México, 1978.

(7) Román del Valle, MA, op cit.

(8) Rodríguez, Antonio, “El rescate del petróleo en México. La epopeya de un pueblo”, México, 1958.

(9) Román del valle, Mario A, “Poza Rica. Monografía histórica y cultural”, (sin publicar).

(10) Ibid.

(11) Ibid.

(12) Peláez, Rubén, “Entrevista exclusiva al ing. Antonio Narváez, nuevo Subdirector de Producción Norte de Pemex Exploración y Producción”, en revista Petroquimix, 2012.

(13) Barbosa Cano, Fabio “Chicontepec: la apuesta de Pemex”, Petróleo y Electricidad, 123, mayo/julio, 2009, página 6. Vid Barbosa Cano, Fabio, “Prospectiva de la industria petrolera en México a partir de la reforma energética 2013-2014”, en Oropeza, Arturo, (coordinador), Reforma energética y desarrollo industrial. Un compromiso inaplazable, México, UNAM, 2015.

(14) Luna de, Francisco, “Protestan comunidades de Papantla”, en www.informatepr.com, (página digital), Poza Rica, Veracruz, 12 de febrero de 2009.

(15) Luna de, Francisco, “Bloquean carreteras comunidades por daños de Pemex”, Noreste, Poza Rica, Veracruz, 3 de octubre de 2009.

(16) Ibid.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario