El
problema radica en que la masa y el tamaño de la Luna no son
suficientes para explicar la formación de un campo magnético en sus
primeras etapas.
Ante este escenario, los científicos barajaban
varias hipótesis que explicaban la existencia de metales propios de un
campo magnético, sin que necesariamente hubiese existido uno. Una de las
hipótesis planteaba que estos metales pertenecían a un asteroide que
colisionó con el satélite en el pasado o que, simplemente, se tratasen
de una anomalía.Sin embargo, ahora los científicos han logrado comprobar la existencia de este campo magnético.
"Analizamos
los datos químicos y físicos de los que disponemos con el objetivo de
entender cómo pudo llegar a tener un campo magnético y que [la Luna] lo
hubiese mantenido durante tanto tiempo. Recreamos varios modelos
sintéticos del núcleo lunar mediante los datos de su composición y
observamos cómo reaccionan ante las mismas temperaturas y presión
existentes en el subsuelo del satélite", explicó Kevin Righter, científico del Instituto Lunar y Planetario de Houston (LPI, por sus siglas en inglés).
Debido
a que la presencia de un campo magnético es importante para la
existencia de vida, la investigación podría sugerir que los requisitos
para su existencia podrían estar presentes en otras lunas y pequeños
planetas.SIMPLE. SI TE GUSTA, COMPARTE.
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