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Segundo día del magnate en Arabia Saudita, país dominado por la visión rigorista del Islam
El
presidente estadounidense, Donald Trump, pidió ayer a los líderes
árabes y musulmanes reunidos en Riad que expulsen a los terroristas de
sus países y que aíslen a Irán, nación a la que acusó de financiar el
terrorismo. Lo hizo durante la cumbre que se celebró en la capital de un
país dominado por la visión rigorista del Islam y de donde procedían la
mayoría de los autores de los atentados del 2001 contra las Torres
Gemelas.
“Los países árabes deben garantizar que los terroristas no encuentren un lugar seguro en sus territorios nacionales”, dijo el mandatario estadounidense durante el segundo día del primer viaje al extranjero de su Presidencia. En respuesta a las acusaciones de Trump, el ministro de Exteriores de Irán, Mohamed Javad Zarif, denunció en un tuit los ataques contra su país y sugirió que Washington quiere sacarle dinero a Arabia Saudita. “Irán, que acaba de celebrar verdaderas elecciones, recibe ataques del presidente de Estados Unidos en ese bastión de la democracia y la moderación”, dijo Zarif, aludiendo de forma irónica a Arabia Saudita. “¿Se trata de política extranjera o de sacarle 480.000 millones de dólares al rey de la monarquía saudita?”, se preguntó.
Trump hizo un llamado a los líderes de 50 países de Medio Oriente, Asia y Africa que participaban de la cumbre de Riad. “Expúlsenlos de sus lugares de culto. Sólo es posible un futuro mejor si sus naciones expulsan a los terroristas y extremistas”, pidió el mandatario estadounidense. Trump se mostró convencido de que en esta cumbre comienza un nuevo capítulo en las relaciones con el mundo islámico, y aseguró traer un mensaje de amistad, esperanza y amor. Trump dijo que no estaba allí para dar lecciones a otros sobre su fe y estilo de vida. “En lugar de eso, Estados Unidos quiere ofrecer colaboración –basada en intereses y valores compartidos– para buscar un futuro mejor para todos”, afirmó el jefe de Estado. El presidente quiso dejar claro que la guerra contra el terrorismo no es una lucha entre distintas creencias sino una disputa entre el bien y el mal. “No es una batalla entre diferentes religiones, diferentes sectas o diferentes civilizaciones”, dijo el mandatario. “Es una batalla entre criminales bárbaros, que quieren aniquilar la vida humana, y personas decentes de todas las religiones que quieren protegerla. Es una batalla entre el bien y el mal”.
Por otro lado, acusó a Irán, principal rival de Arabia Saudita en la región, de financiar el terrorismo y pidió un boicot internacional en su contra. “Todos los países deben aislarlo”, dijo. “De Líbano a Irak y a Yemen, Irán financia armas y entrena a terroristas, malintencionados y otros grupos terroristas que extienden la destrucción y el caos por la región”, sentenció Trump. “El gobierno iraní habla abiertamente de asesinatos en masa, del aniquilamiento de Israel y de la muerte de Estados Unidos, advirtió el republicano, en abierto enfrentamiento con Teherán y dando marcha atrás a los pasos dados por su antecesor Barack Obama. “Una de sus intervenciones estratégicas es la guerra civil en Siria –añadió–. Allí Teherán apoya al gobierno de Bashar Al Assad”.
Al inicio de la cumbre, el rey saudita Salman afirmó que Riad “está harto de sus prácticas hostiles(por Irán) y de sus interferencias en Yemen y en otros países de la región”. El monarca negó cualquier responsabilidad de los países árabes en la propagación del terrorismo y acusó de ello a Teherán, a quien calificó de “punta de lanza del terrorismo”.
“El islam es una religión de tolerancia y de convivencia pacífica– afirmó– pero el régimen iraní, las milicias chiítas hutíes de Yemen, la milicia terrorista Estado Islámico (EI), Al Qaida y otros utilizan esa religión como pretexto para sus maquinaciones criminales”. El rey Salman aseguró que su país está decidido a exterminar al EI. Arabia Saudita confiaba en que la visita de Trump le sirviese para recabar más apoyo entre sus aliados y Estados Unidos frente a Irán, y también confía en que Washington aumente sus ataques contra las fuerzas de Al Assad en Siria.
Al inicio de este segundo día de viaje, Trump se reunió con el rey de Bahréin, Hamad bin Isa al Jalifa, y con el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, para estrechar las relaciones bilaterales con ambos países árabes. En su encuentro con el rey de Bahréin, Trump le dijo que era un gran honor poder entrevistarse con él y que pese a que en el pasado hubo cierta distancia, no habrá tensión con esta administración. Por su parte, el monarca señaló que entre su país y Estados Unidos hay 120 años de relaciones basadas en un muy buen fundamento de entendimiento mutuo.
Sede de la Quinta Flota de la Marina estadounidense, Bahréin vivió una ola de protestas contra el rey, pero el movimiento fue sofocado en 2011. El ex presidente Barack Obama criticó la represión contra los manifestantes.
Por su parte, en su encuentro con Al Thani, ambos hablaron de acuerdos militares que, según Trump, crearán empleo en Estados Unidos y seguridad en la región del Golfo. “Uno de los temas de los que hablaremos es la compra de gran cantidad de hermoso equipo militar porque nadie lo fabrica como los Estados Unidos”, dijo Trump durante la reunión. “Y, para nosotros, eso significa puestos de trabajo y también significa francamente una gran seguridad aquí (en el Golfo), algo que queremos”, añadió.
“Los países árabes deben garantizar que los terroristas no encuentren un lugar seguro en sus territorios nacionales”, dijo el mandatario estadounidense durante el segundo día del primer viaje al extranjero de su Presidencia. En respuesta a las acusaciones de Trump, el ministro de Exteriores de Irán, Mohamed Javad Zarif, denunció en un tuit los ataques contra su país y sugirió que Washington quiere sacarle dinero a Arabia Saudita. “Irán, que acaba de celebrar verdaderas elecciones, recibe ataques del presidente de Estados Unidos en ese bastión de la democracia y la moderación”, dijo Zarif, aludiendo de forma irónica a Arabia Saudita. “¿Se trata de política extranjera o de sacarle 480.000 millones de dólares al rey de la monarquía saudita?”, se preguntó.
Trump hizo un llamado a los líderes de 50 países de Medio Oriente, Asia y Africa que participaban de la cumbre de Riad. “Expúlsenlos de sus lugares de culto. Sólo es posible un futuro mejor si sus naciones expulsan a los terroristas y extremistas”, pidió el mandatario estadounidense. Trump se mostró convencido de que en esta cumbre comienza un nuevo capítulo en las relaciones con el mundo islámico, y aseguró traer un mensaje de amistad, esperanza y amor. Trump dijo que no estaba allí para dar lecciones a otros sobre su fe y estilo de vida. “En lugar de eso, Estados Unidos quiere ofrecer colaboración –basada en intereses y valores compartidos– para buscar un futuro mejor para todos”, afirmó el jefe de Estado. El presidente quiso dejar claro que la guerra contra el terrorismo no es una lucha entre distintas creencias sino una disputa entre el bien y el mal. “No es una batalla entre diferentes religiones, diferentes sectas o diferentes civilizaciones”, dijo el mandatario. “Es una batalla entre criminales bárbaros, que quieren aniquilar la vida humana, y personas decentes de todas las religiones que quieren protegerla. Es una batalla entre el bien y el mal”.
Por otro lado, acusó a Irán, principal rival de Arabia Saudita en la región, de financiar el terrorismo y pidió un boicot internacional en su contra. “Todos los países deben aislarlo”, dijo. “De Líbano a Irak y a Yemen, Irán financia armas y entrena a terroristas, malintencionados y otros grupos terroristas que extienden la destrucción y el caos por la región”, sentenció Trump. “El gobierno iraní habla abiertamente de asesinatos en masa, del aniquilamiento de Israel y de la muerte de Estados Unidos, advirtió el republicano, en abierto enfrentamiento con Teherán y dando marcha atrás a los pasos dados por su antecesor Barack Obama. “Una de sus intervenciones estratégicas es la guerra civil en Siria –añadió–. Allí Teherán apoya al gobierno de Bashar Al Assad”.
Al inicio de la cumbre, el rey saudita Salman afirmó que Riad “está harto de sus prácticas hostiles(por Irán) y de sus interferencias en Yemen y en otros países de la región”. El monarca negó cualquier responsabilidad de los países árabes en la propagación del terrorismo y acusó de ello a Teherán, a quien calificó de “punta de lanza del terrorismo”.
“El islam es una religión de tolerancia y de convivencia pacífica– afirmó– pero el régimen iraní, las milicias chiítas hutíes de Yemen, la milicia terrorista Estado Islámico (EI), Al Qaida y otros utilizan esa religión como pretexto para sus maquinaciones criminales”. El rey Salman aseguró que su país está decidido a exterminar al EI. Arabia Saudita confiaba en que la visita de Trump le sirviese para recabar más apoyo entre sus aliados y Estados Unidos frente a Irán, y también confía en que Washington aumente sus ataques contra las fuerzas de Al Assad en Siria.
Al inicio de este segundo día de viaje, Trump se reunió con el rey de Bahréin, Hamad bin Isa al Jalifa, y con el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, para estrechar las relaciones bilaterales con ambos países árabes. En su encuentro con el rey de Bahréin, Trump le dijo que era un gran honor poder entrevistarse con él y que pese a que en el pasado hubo cierta distancia, no habrá tensión con esta administración. Por su parte, el monarca señaló que entre su país y Estados Unidos hay 120 años de relaciones basadas en un muy buen fundamento de entendimiento mutuo.
Sede de la Quinta Flota de la Marina estadounidense, Bahréin vivió una ola de protestas contra el rey, pero el movimiento fue sofocado en 2011. El ex presidente Barack Obama criticó la represión contra los manifestantes.
Por su parte, en su encuentro con Al Thani, ambos hablaron de acuerdos militares que, según Trump, crearán empleo en Estados Unidos y seguridad en la región del Golfo. “Uno de los temas de los que hablaremos es la compra de gran cantidad de hermoso equipo militar porque nadie lo fabrica como los Estados Unidos”, dijo Trump durante la reunión. “Y, para nosotros, eso significa puestos de trabajo y también significa francamente una gran seguridad aquí (en el Golfo), algo que queremos”, añadió.
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