En
medio de la compleja trama por la interferencia rusa en Estados Unidos,
el Washington Post aseguró anoche que el flamante presidente Donald
Trump está siendo investigado por posible obstrucción a la justicia en
el caso que indaga la intervención de Rusia en las elecciones de 2016
que lo llevaron al Despacho Oval. Según el diario local, el fiscal
especial Robert S. Mueller está interrogando a altos cargos del FBI para
determinar si el republicano quiso frenar la causa, que involucra
directamente a sus asesores, a un ex ministro e incluso a su yerno. Esta
acusación podría ser la base para un juicio político contra el magnate.
Según el Washington Post, la investigación empezó después del polémico despido al jefe del FBI, James Comey, quien el viernes pasado ratificó ante el Congreso que el mandatario lo había presionado para que dejara de lado la pesquisa sobre los vínculos con Rusia de su ex asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn. Esta comparecencia había ocurrido un día después de que revelara sus charlas con un escrito de siete páginas, lo que entonces reforzó los lazos entre la campaña del magnate y el Kremlin.
En ese contexto, The Washington Post aseguró anoche que Dan Coats, director de inteligencia nacional, Mike Rogers, jefe de la Agencia de Seguridad Nacional y Richard Ledgett, ex subdirector de la NSA, acordaron entrevistarse con investigadores de Mueller, quien había sido nombrado fiscal especial en la causa tras la controversial desvinculación de Comey.
Al rato se encendieron las alarmas en la Casa
Blanca, que salieron a criticar las publicaciones la prensa. "La
filtración de información del presidente por parte del FBI es
indignante, inexcusable e ilegal", expresó Mark Corallo, abogado del
presidente.
El presidente, por su parte, volvió a usar su
medio predilecto de comunicación, Twitter, para defenderse ante las
acusaciones. Inventaron una falsa conspiración en la historia de los
rusos, encontraron cero pruebas, así que ahora van por la obstrucción de
justicia en la historia falsa. Qué bien", escribió Trump en su red
social favorita, Twitter. Al rato, agregó: "Ustedes están siendo
testigos de la mayor caza de brujas de la historia política
estadounidense - liderada por algunas personas muy malas y conflictivas"
Según el Washington Post, la investigación empezó después del polémico despido al jefe del FBI, James Comey, quien el viernes pasado ratificó ante el Congreso que el mandatario lo había presionado para que dejara de lado la pesquisa sobre los vínculos con Rusia de su ex asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn. Esta comparecencia había ocurrido un día después de que revelara sus charlas con un escrito de siete páginas, lo que entonces reforzó los lazos entre la campaña del magnate y el Kremlin.
En ese contexto, The Washington Post aseguró anoche que Dan Coats, director de inteligencia nacional, Mike Rogers, jefe de la Agencia de Seguridad Nacional y Richard Ledgett, ex subdirector de la NSA, acordaron entrevistarse con investigadores de Mueller, quien había sido nombrado fiscal especial en la causa tras la controversial desvinculación de Comey.
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