Acusando que los nueve años y medio de cárcel que le acaban de clavar
son producto de una “cacería” judicial, el expresidente de Brasil, Luiz
Inácio Lula da Silva, aseguró que no está “fuera de juego”, sigue firma
con la intención de ser candidato en las elecciones presidenciales de
2018.
Por si no toda su atención estaba concentrada a la espera del partidazo de México contra Jamaica, les recordamos que este miércoles el juez Sérgio Moro dictó una sentencia de casi 10 años en cárcel y 19 de inhabilitación para ocupar cargos públicos contra Lula da Silva, luego de encontrarlo culpable de corrupción. Como prueba de la imputación quedó el apartamento que la constructora OAS supuestamente dio al exmandatario a cambio de favoritismo con contratos de Petrobras.
Sin embargo, para Lula todas las pruebas en su contra no son más que verborrea. “No sé cómo alguien consigue escribir más de 300 páginas para no decir absolutamente nada de prueba contra la persona que quiere condenar”.
En rueda de prensa desde la sede del Partido de los Trabajadores (PT), Lula aseguró seguir siendo el mismo, por lo que el fin de su carrera política sólo puede ser dictado por el pueblo en las próximas elecciones presidenciales. “Sigo siendo el favorito en las encuestas”, señaló. Así, que además de solicitar a su partido no dejarlo de considerar como abanderado, anunció que apelará la sentencia en su contra.
En caso de no poder presentar a Lula para el próximo año, el Partido de los Trabajadores no tiene una opción fuerte para los comicios… y los otros partidos de oposición, menos. Entonces el camino se abre para Jair Bolsonaro, un exmilitar al que ya conocen como “el Trump brasileño”.
Información: El País, La Jornada
Por si no toda su atención estaba concentrada a la espera del partidazo de México contra Jamaica, les recordamos que este miércoles el juez Sérgio Moro dictó una sentencia de casi 10 años en cárcel y 19 de inhabilitación para ocupar cargos públicos contra Lula da Silva, luego de encontrarlo culpable de corrupción. Como prueba de la imputación quedó el apartamento que la constructora OAS supuestamente dio al exmandatario a cambio de favoritismo con contratos de Petrobras.
Sin embargo, para Lula todas las pruebas en su contra no son más que verborrea. “No sé cómo alguien consigue escribir más de 300 páginas para no decir absolutamente nada de prueba contra la persona que quiere condenar”.
En rueda de prensa desde la sede del Partido de los Trabajadores (PT), Lula aseguró seguir siendo el mismo, por lo que el fin de su carrera política sólo puede ser dictado por el pueblo en las próximas elecciones presidenciales. “Sigo siendo el favorito en las encuestas”, señaló. Así, que además de solicitar a su partido no dejarlo de considerar como abanderado, anunció que apelará la sentencia en su contra.
“Yo ya imaginaba que este proceso iba a terminar así porque lo último que le importaba a las personas que me hicieron testificar era lo que yo tuviera que decirles (…) Era imposible que los que prepararon el golpe contra Dilma se fueran a quedar de brazos cruzados para que los mismos volvamos en 2018”.En efecto, pese a que en medios locales le han tirado con todo, Lula se muestra como puntero en todas las encuestas de cara a las elecciones presidenciales de 2018. El “único” obstáculo que tiene el extornero mecánico para llegar nuevamente al poder es la dura condena dictada en su contra el pasado miércoles. Lula, con 71 años, cerca de cumplir 72, está decidido a pelear de la misma forma que cuando tenía 30.
En caso de no poder presentar a Lula para el próximo año, el Partido de los Trabajadores no tiene una opción fuerte para los comicios… y los otros partidos de oposición, menos. Entonces el camino se abre para Jair Bolsonaro, un exmilitar al que ya conocen como “el Trump brasileño”.
Información: El País, La Jornada
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