viernes, 14 de julio de 2017

Si el software libre es tan bueno...


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Si el software libre es tan bueno... Kaos en la red

 

 


Aunque pareciera que el uso de software libre y sistemas operativos basados en GNU/Linux (casi en su totalidad libres o abiertos) es minoritario, nada más lejos de la realidad. Es cierto que aún, en las computadoras personales, las estadísticas son bastante bajas y analizaremos más adelante algunos de los motivos. Pero en el resto de aplicaciones que necesitan un desempeño severo de recursos informáticos, el software basado en GNU/Linux se impone de forma masiva.
1. ¿QUIÉNES USAN SOFTWARE LIBRE?
1.1. SERVIDORES WEB:
Las computadoras donde se alojan las páginas web se conocen como servidores. Son máquinas con alta exigencia de recursos ya que muchas de ellas reciben miles de visitas por hora. Estas computadoras necesitan tener, igual que las PC de escritorio, un sistema operativo instalado. Más del 75% de ellas usan sistemas basados en GNU/Linux, mientras que sólo el 8% tienen instalado Microsoft Server. Por ejemplo, Facebook, Amazon o Google usan software GNU/Linux en sus servidores.
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Sistemas operativos instalados en servidores web activos / Datos de mayo 2017. Fuente: http://news.netcraft.com/
1.2. SUPERCOMPUTADORAS DEL MUNDO:
La totalidad de las 500 principales supercomputadoras del mundo usan sistemas operativos basados en Linux (99.6%) o Unix (0.4%).
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Sistemas operativos instalados en supercomputadoras / Datos de noviembre 2016. Fuente: http://www.top500.org/
1.3. TELÉFONOS CELULARES INTELIGENTES:
Para mayo de 2017 el 72.68% de los smartphones que se utilizan en el mundo usan como sistema operativo Android, software basado en linux y desarrollado bajo licencias libres Apache y GNU GPL (hace casi 4 años, en noviembre de 2013, era el 41.1%). Esto permite que diferentes marcas de fabricantes de telefonía lo puedan usar y adaptar a sus teléfonos, desarrollando aplicaciones propias y rebajando los costos de los equipos. Le sigue con el 19.32% del mercado el sistema operativo privativo iOS de los teléfonos iPhone.
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Sistemas operativos de teléfonos inteligentes / Datos de mayo 2017. Fuente: http://gs.statcounter.com/
1.4. PLATAFORMAS DE EDUCACIÓN VIRTUAL:
La mayoría de instituciones educativas usan Moodle para sus cursos online, un software libre que se puede modificar, adaptar y usar sin pagar licencia. Según las estadísticas de Moodle, hay más de 81 millones de plataformas educativas corriendo sobre este software donde se ofrecen unos 12 millones de cursos. También, numerosas universidades del mundo instalan Dspace, un software abierto para repositorios y bibliotecas virtuales.
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Uso de plataformas educativas libres / Datos de agosto 2016. Fuente: http://www.capterra.com/
1.5. CMS – SISTEMAS DE GESTIÓN DE CONTENIDOS:
Los Content Management System son programas para diseñar y gestionar páginas web. La mayoría de sitios que se visitan a diario están administrados con estos sistemas. Entre WordPress (gestiona más de 18 millones de webs), Drupal y Joomla suman casi un 40% de webs que utilizan estos CMS de código libre. Y dentro del 35% de “otros” hay también varios licenciados libremente.
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Uso de CMS / Datos de junio 2017. Fuente: http://trends.builtwith.com/cms
2. PERO ENTONCES… ¿POR QUÉ NO LO USAMOS EN LAS COMPUTADORAS DE ESCRITORIO?
A juzgar por los datos anteriores la calidad de los programas basados en GNU/Linux y licenciados de forma libre no está en discusión. Además, los estándares de seguridad son más altos. No hay (casi) virus y es mucho más sencillo cifrar conversaciones usando herramientas libres. La mayor parte de plataformas y computadoras que requieren desempeños exigentes de software han optado por ellos. Entonces, ¿qué provoca que las usuarias y usuarios de computadoras personales no se decanten por alguna distribución GNU/Linux?
2.1. Casi todos los fabricantes de hardware tienen convenios con Microsoft. Por eso, al comprar una computadora, ya viene incluido el Sistema Operativo (SO) de Windows y la ciudadanía se ha acostumbrado por años a usarlo. La comodidad se impone y cuesta destinar tiempo para aprender cómo funciona un nuevo programa. También, esos mismos fabricantes, no publican de forma abierta los drivers (el software para que los dispositivos, por ejemplo una impresora, se comuniquen con el SO), por lo que a veces estos dispositivos no terminar de funcionar correctamente en las distribuciones libres.
2.2. El desarrollo de software libre no suele estar liderado por empresas sino por comunidades. Grupos de desarrolladores que contribuyen con su tiempo para que estos programas mejoren. Por eso, los programas libres muy específicos que son usados por pocas personas suelen tener pequeñas comunidades de desarrolladores por lo que se tarda más en que tengan estabilidad y sean funcionales.
2.3. Es cierto también que aún existen algunos problemas de compatibilidad entre formatos. Por ejemplo, si guardamos un archivo en el formato de Libre Office (.odt) es posible que no sea vea del todo bien en MS Office. Como Microsoft es un software privativo y no se puede saber cómo funciona Word, es imposible lograr que otros formatos funcionen al 100% en ese programa.
2.4. Existen muchos mitos en torno al software libre. Hay quienes siguen imaginando que los sistemas operativos GNU/Linux para computadoras personales se continúan manejando por comandos desde una pantalla negra. O que tienen una calidad técnica más baja, que son totalmente incompatibles o no son “profesionales”. La maquinaria comercial de los grandes monopolios se encarga de alimentar esos mitos y por muchos datos y evidencias que se expongan parece imposible rebatirlos.
3. ¿QUÉ HACEMOS ENTONCES?
Es importante seguir debatiendo sobre la soberanía tecnológica un concepto que poco a poco gana fuerza en América Latina. Al igual que un país no puede depender de las semillas de otros para poder alimentar a sus ciudadanas y ciudadanos, también tendría que ser autónomo en la producción y la gestión de la tecnología.
Por eso, la sociedad debe exigir a sus gobiernos que emitan leyes donde la libertad de los usuarios esté por encima de los intereses de las multinacionales. Por ejemplo, no debería estar permitido que las computadoras se vendan con software preinstalado y, si este fuera el caso, debería ser software libre.
También las leyes de educación deberían incentivar e incluir la enseñanza en las escuelas de informática con herramientas libres.
Y, por último, hay que abandonar el miedo al cambio y comenzar a usar software libre y difundir sus ventajas. Cuanto mayor sea la comunidad más rápido se avanzará en el desarrollo de programas y será la forma de obligar a los fabricantes de hardware a publicar drivers libres y diseñar sus máquinas 100% compatibles con GNU/Linux hasta que se consolide el desarrollo de hardware libre.
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